Mientras que se va conduciendo, el filtro tiene una función pasiva. Eso quiere decir que el aire va fluyendo a través de él capturando partículas a su paso. El segundo uso es activo y corresponde a los momentos en los que el eléctrico se está recargando. Ahí se activa un ventilador integrado para que el aire se mueva a través del filtro y se puedan absorber las partículas. Lo cierto es que este sistema ya sido probado durante más de 50.000 kilómetros y no han detectado ningún efecto negativo en el funcionamiento del propio coche.
En todo el ciclo de vida del sistema de filtrado se vio que es capaz de atrapar el equivalente a 14,9 kg de CO2. Además, está hecho de material reciclado en un 15 % y es posible reciclarlo después de su uso en un 60 %.