No revelamos nada al asegurar que los SUV están de moda, en todas sus variantes. Y las marcas premium apuestan cada vez más por ellos pues, según todos los indicadores. Si ya suponen un 40% de las ventas de BMW ahora, en declaraciones a Auto Express, el presidente de Audi, Rupert Stadler, aseguraba que estima que hasta un 50 % de sus ventas totales serán SUV en el año 2020.
Con estas perspectivas, nadie duda que la apuesta por estas carrocerías será mayor. Ya sabemos que habrá un futuro Audi Q1 para 2016 y que en 2017 podría llegar un Audi Q8 que haga frente al ya confirmado BMW X7. Los diseños de los nuevos SUV se están afinando con prototipos… ¿pero cómo serán en el apartado técnico? Es posible imaginar por dónde irán los tiros echando un ojo al referente tecnológico actual de la gama SUV, el Audi Q7 2015.
La principal característica, que situará por delante de sus competidores al Audi Q7, es la aplicación de técnicas de construcción ligera, que han logrado reducir reducir el peso final del SUV premium hasta 325 kg. Y eso que es mayor que antes: ahora mide 5,50 metros de longitud, 1,97 metros de anchura y 1,74 metros de altura. El resultado: que un gigante así, con motor 3.0 TDI baje de las dos toneladas. La marca ha aplicado en este SUV todas las técnicas Audi Space Frame que lleva aplicando desde hace más de dos décadas. De este modo lo han conseguido:
Carrocería: 71 kg menos
Gracias al diseño multimaterial, en la estructura de la carrocería se ahorran 71 kilogramos. La célula que conforma el habitáculo está realizada con elementos de chapa de acero de muy alta resistencia conformadas en caliente, mientras que para la parte delantera y trasera de dicha estructura se utilizan paneles de aluminio.
Tres anillos de torsión refuerzan el extremo delantero, la zona de los pilares C y el marco del portón, contribuyendo a mejorar la rigidez estática y dinámica de la carrocería, en pos de un mejor comportamiento dinámico. Otros detalles, como el nuevo diseño de la viga transversal de refuerzo por detrás del salpicadero, reducen las vibraciones un 40% comparado con el anterior Audi Q7.
Como no podía ser de otra forma, se emplea mucho aluminio. Además de los paneles de la carrocería, las aletas delanteras, el capó motor o el portón trasero, también las puertas, donde se ahorran 24 kilogramos de peso.
Chasis: 100 kg menos
En el tren de rodaje, en comparación con el modelo anterior el nuevo Audi Q7 rebaja el peso total hasta en 100 kilogramos, gracias a la suma de muchos pequeños ahorros. Los principales se encuentran en las suspensiones. Con brazos fabricados en aluminio y acero de alta resistencia, en el eje delantero esta construcción permite ahorrar 27 kilogramos, mientras que la reducción en el eje trasero es todavía mayor, hasta 40 kilogramos menos. Las reducciones de peso en este apartado son particularmente importantes a la hora de mejorar el confort y la agilidad de manejo.
Otras reducciones de peso se encuentran en el nuevo árbol de la transmisión hueco. O los cojinetes realizados en aluminio forjado, que consiguen rebajar el peso en 7 kilogramos. El diferencial central autoblocante, el auténtico corazón del sistema de tracción quattro, está integrado en la carcasa del cambio tiptronic de ocho velocidades, y es un 25% más ligero. En total, el ahorro en el conjunto de la transmisión supone una disminución de 20 kg en el peso final.
El sistema de escape del Audi Q7 es totalmente nuevo, y resulta 19 kilogramos más ligero que el de la generación anterior. También hay ahorros adicionales en piezas como los componentes del sistema de refrigeración; el ventilador, por ejemplo, reduce el peso en 3,5 kilogramos. Y en el cableado del vehículo se rebaja el peso más de 4 kilogramos.
En el habitáculo del Audi Q7 destaca la nueva generación de asientos modulares en las plazas delanteras, que son 5 kg más ligeros. En total, teniendo en cuenta también los asientos de la segunda fila en las versiones de cinco plazas del Audi Q7, el ahorro que permiten los nuevos asientos es de 18,7 kilogramos.
Además, el Audi Q7 es el primer SUV premium en utilizar aluminio como material para la fabricación de los pedales de freno, que reducen el peso hasta un 60%.
Fuente: Audi
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