Con la llegada del buen tiempo vemos cómo hay muchas más bicicletas en la calzada, ya que el solecito anima a usarlas. No cabe duda de que son uno de los usuarios más vulnerables de la vía, de ahí que hace tiempo ofreciésemos unos consejos de seguridad para ciclistas y conductores, ya que todos podemos poner mucho de nuestra parte para mejorar la seguridad vial.
Sin embargo, la tecnología también puede ayudar en este sentido. Puede que haya conductores despistados (o vándalos que no respeten la distancia de seguridad lateral), o que haya viento y los ciclistas no oigan si se acerca un vehículo por detrás.
Para estas situaciones ya hay en el mercado pequeños espejos retrovisores e incluso cámaras de visión trasera… pero también hay avances tecnológicos que han evolucionado con el tiempo, como los radares que alerta a los ciclistas automáticamente cada vez que un coche se acerca a ellos. Estos gadgets se conocen como Backtrackers y son sin duda un aliado importantísimo del ciclista en carretera.
Los primeros modelos
Los primeros modelos de Backtracker se desarrollaron por un equipo con sede en Sudáfrica, dirigido por el inventor Franz Struwig y pasaron por una fase de crowdfunding, donde cada postor participaba con 199 dólares (unos 150 euros), si se llegaba al monto final para producirse podrías tener el tuyo. Esta aportación colectiva de la primera hornada de los backtrackers permitió por un lado que la seguridad aumentase y que el mercado pudiese ofrecer más variedad de productos.
Funcionalidad
Este ingenio consta de dos módulos. Uno de ellos está montado en la tija del sillín, y consiste en una antena de radar de 24 GHz, un procesador y una luz trasera. Mediante tecnología Bluetooth, se comunica con el otro módulo, situado en el manillar, a la vista del ciclista.
Cuando se acerca un coche a menos de 140 metros de la parte posterior del ciclista, el radar de la unidad posterior lo capta y envía una señal al módulo delantero, que alerta al ciclista mediante de una fila de LEDs. A medida que el coche, se indicará su mayor proximidad en esa pantalla. Al mismo tiempo que esto sucede, la luz trasera también cambia. Pasa de ser un intermitente lento a uno más rápido, con el fin de llamar mejor la atención de los automovilistas.
Las baterías de los módulos se cargan mediante un puerto USB, y sus fabricantes aseguran que una sola carga es suficiente para ocho horas de uso. El nivel de carga de ambos dispositivos se indica a través de la pantalla frontal, al encender el sistema por primera vez. La empresa también indica que los ciclistas podrán también utilizar su teléfono móvil en lugar del módulo frontal (en calles de un solo sentido de circulación, no entendemos muy bien el motivo).
Modelos más recientes
Los backtrackers actuales, mantienen el propósito de seguridad vial intacto como el innovador Backtracker original y por supuesto, siguen siendo un dispositivo esencial para los ciclistas que desean estar alerta sobre los vehículos que se aproximan desde atrás. Sin embargo, los últimos modelos han incorporado nuevas características y tecnologías para mejorar su rendimiento y utilidad.
Uno de los avances más significativos es la integración de sistemas de detección de colisiones más avanzados, que no solo alertan al ciclista sobre los vehículos cercanos, sino que también son capaces de predecir y anticipar posibles situaciones de riesgo. Estos sistemas utilizan una combinación de sensores de radar y cámaras de alta resolución para monitorear el entorno del ciclista y proporcionar alertas tempranas sobre peligros potenciales, como vehículos en movimiento errático o situaciones de tráfico congestionado.
Además, los backtrackers modernos han mejorado su conectividad y compatibilidad con otros dispositivos y aplicaciones. Muchos modelos ahora ofrecen integración con smartphones a través de aplicaciones dedicadas, permitiendo a los ciclistas recibir notificaciones en tiempo real sobre condiciones de tráfico, alertas meteorológicas y rutas óptimas. Algunos dispositivos incluso permiten la transmisión de vídeo en tiempo real a través de conexión Wi-Fi, lo que proporciona una vista panorámica del entorno del ciclista y una mayor conciencia situacional.
En términos de diseño y comodidad, los backtrackers más recientes han adoptado formas más aerodinámicas y compactas, lo que los hace menos intrusivos y más fáciles de instalar en una variedad de bicicletas. Además, se han mejorado las capacidades de la batería, con modelos que ofrecen una autonomía extendida de hasta 12 horas con una sola carga, lo que garantiza un uso más extenso en rutas más largas.
Por último, vale la pena mencionar que la industria de los backtrackers está experimentando un crecimiento significativo, con una variedad de fabricantes y startups que ofrecen una amplia gama de productos con diferentes características y precios. Desde modelos básicos asequibles hasta dispositivos de gama alta con tecnología de vanguardia, los ciclistas ahora tienen más opciones que hace unos años para encontrar un backtracker que se ajuste a su bolsillo y necesidades.
Gama de modelos
De sobra es conocida la marca Garmin que ha apostado por los complementos electrónicos para todos los deportes y deportistas y nos ofrece su modelo Varia: que tiene dos configuraciones de compra que parte de los 199 € en su versión más sencilla. Como alternativa tenemos otra opción de la marca Magene y su modelo L508, en este caso es una versión más económica que Garmin que tiene un precio de 119€, eso sí, con menos batería.
Sea cual sea el modelo, este aparato es un gadget que se amortiza con cada salida. Como siempre, os pedimos prudencia y respeto a la hora de circular próximos a ciclistas y al rebasarlos.
[NOTA: Artículo publicado originalmente el 12/09/2020, corregido y ampliado]
Fuentes: Backtracker, Dragon Innovation, Garmin, Amazon, Make