Uno de los grandes lanzamientos del año de BMW es la Serie 8. Tanto el Serie 8 Coupé como el Serie 8 Cabrio son los sucesores del mítico E31, su modelo homónimo comercializado durante la década de los ´90 del pasado siglo (entre 1989 y 1999 para ser exactos) y que fue presentado en el Salón de Frankfurt en septiembre de 1989.
Su producción comenzaría pocos meses después, en febrero de 1990, en la factoría alemana de Dingolfing (Baviera) donde justo ahora, también, se fabrica la nueva generación.
Este Serie 8 Coupé simbolizó las más altas cotas del diseño, la tecnología y el lujo que BMW era capaz de proporcionar a sus clientes. Por vez primera se emplearon para su concepción y desarrollo programas de diseño asistido por ordenador.
Destacó por sus líneas vanguardistas, con una carrocería en forma de cuña, el llamativo frontal inspirado en el del icónico BMW M1, los faros delanteros retráctiles, la ausencia de pilar B o una parte posterior recortada.
Era un coche adelantado a su tiempo y contaba con numerosos avances técnicos, inéditos en la época, como el eje trasero con 5 brazos de control (garantiza un guiado más preciso de las ruedas), el control automático de estabilidad (ASC + T), la dirección asistida variable en función de la velocidad, el sistema de control dinámico de amortiguación (EDC), o el eje trasero con cinemática activa (precursor de la Dirección Activa Integral).
Asimismo, fue el primer vehículo de altas prestaciones en equipar un motor V12 asociado a caja de cambios manual de 6 velocidades, aunque también se comercializó con una caja automática de 4 relaciones.
La primera variante del E31, el BMW 850i, se impulsaba mediante un propulsor de 12 cilindros (M70, el mismo que utilizaban los 750i de la época), con una cilindrada de 4.988 cc, 2 válvulas por cilindro e inyección electrónica Bosch Motronic, era capaz de proporcionar una potencia de 300 CV a 5.200 rpm, que le permitía acelerar de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h (limitada electrónicamente).
Apenas un par de años después de su lanzamiento se comercializaría el BMW 850 Ci, que incorporaba una evolución del 12 cilindros (denominada M73), con una cilindrada aumentada hasta los 5.379 cc, para entregar una potencia máxima de 326 CV a 5.000 rpm, con lo que podía acelerar en 6,3 segundos de 0 a 100 km/h, aunque la velocidad máxima seguía estando limitada a 250 km/h.
Al mismo tiempo, en 1993, se crearía lo que pretendía ser el modelo “de acceso” a la gama, el BMW 840 Ci, que dejaba de lado el descomunal V12 para decantarse por un motor V8 (M60) de 3.982 cc, con 4 válvulas por cilindro, que erogaba una potencia de 286 CV a 5.800 rpm, con una leve merma en las prestaciones.
La variante más prestacional fue el BMW 850 CSi, desarrollada por BMW Motorsport, de la que sólo se construyeron 1.510 unidades entre agosto de 1992 y octubre de 1996. Montaba la versión más evolucionada del V12 (S70), con una cilindrada de 5.576 cm3, inyección electrónica Bosch Motronic DME 1.7, y proporcionaba una potencia máxima de 385 CV a 5.300 rpm, lo que le catapultaba hasta los 100 km/h, partiendo de parado, en 6 segundos justos. La velocidad punta seguía estando “capada” a 250 km/h.
Desafortunadamente, su lanzamiento coincidió en el tiempo con una fuerte recesión económica (como consecuencia de la primera Guerra del Golfo) y, por tanto, muchos de los planes que había para desarrollar diferentes y más prestacionales versiones del Serie 8 E31 acabaron abandonados al fondo de un cajón, como una variante Cabrio o un previsible BMW M8 (conocido internamente como el Ferrari Killer) del que se conserva un prototipo en un garaje secreto denominado Giftschrank, en los sótanos del Museo BMW, en Múnich…
Aunque, al menos, parte de su legado sobrevivió, pues el bloque de 12 cilindros en V (S70/2) sirvió como base para evolucionar el propulsor que llevaría a innumerables victorias al mítico McLaren F1, diseñado por Gordon Murray, alcanzando una cilindrada de 6,1 litros (6.064 cm3), y una potencia máxima de 627 CV a 7.400 rpm. Pero eso ya es harina de otro costal.
En total, a lo largo de la vida comercial del E31, se produjeron poco más de 30.000 unidades (30.621, para ser exactos…) de las cuales apenas 356 tuvieron como destino nuestro país, entre otras cosas porque no sólo se trataba de un vehículo de alto coste, sino que la mayoría de las unidades tenían como destino EE.UU., el principal mercado para este tipo de vehículos. La producción cesó en 1.999.
Galería de fotos: