La llegada de los fabricantes chinos a Europa está siendo tremenda, con un buen número de marcas desembarcando con fuerza en los distintos mercados. Se han intentado poner frenos a la situación, aranceles mediante, pero parece que ni con esas se va a detener su avance. De hecho, también se plantean la producción en nuestro continente abriendo instalaciones para saltarse los impuestos. Ahora se ha confirmado que están interesados en las fábricas que quiere dejar Volkswagen para así ganar más influencia.
Grupo Volkswagen está en una situación peliaguda. Ha tenido que tomar decisiones drásticas para sobrevivir, con el anuncio reciente de 35.000 despidos para 2030. Aunque prometían mantener sus principales centros de producción, lo cierto es que hay instalaciones que quieren dejar. Ahí es donde entran en escena los chinos, pues funcionarios del gobierno y fabricantes están trabajando de forma conjunta la expansión. Fabricar en Alemania supondría introducirse en el centro neurálgico de Europa, al tiempo que se saltan los aranceles.
Todavía está pendiente lo que podría suceder, ya que en Alemania hay elecciones en febrero y el resultado influirá en el rédito que se le da a China. Mientras que esa situación se esclarece, todo apunta a dos lugares: las fábricas de Dresde y Osnabrück. Son las instalaciones de Volkswagen que más peligro corren y que están en el punto de mira. La de Dresde se queda este mismo año sin coches que producir y está a la espera. La de Osnabrück seguirá produciendo el T-Roc Cabrio hasta mediados de 2027 y no tiene actividad programada a partir de ahí.
Las negociaciones con los sindicatos han sido duras y de ahí el anuncio de no cerrar fábricas. Pero la realidad es que a Volkwagen le vendría bien vender alguna de estos centros y el de Osnabrück parece que ya tiene pretendiente chino. La clave sería dar continuidad a la actividad en la zona y que se mantengan los intereses de la empresa y de los empleados. Los fabricantes chinos, lógicamente, tienen cierta preocupación en cómo serían recibidos por los sindicatos alemanes, que tienen mucha fuerza.
Ahí es donde podrían llegar los acuerdos de joint venture para mantener los estándares y las condiciones de Volkswagen. Al igual que Volkswagen se ha aliado con SAIC para producir en China, se podría llevar a cabo una opción intermedia. Lo que queda claro es que los inversores chinos están muy interesados en la industria automotriz alemana y que en los próximos años podría haber movimiento.
Fuente: Automotive News