La Academia sueca ha decidido que un veterano poeta reivindicativo y estrella del rock gane este año el Nobel de Literatura. Su nombre es Robert Allen Zimmerman, pero el mundo entero lo conoce como Bob Dylan. Nació un 24 de mayo de 1941 en Duluth, Estados Unidos, y hoy en día podemos decir que se ha convertido en una de las figuras más importantes de su generación.
Fue con Blowin´in the Wind, en 1960, cuando se convirtió en un icono del folk, el rock y de la cultura popular. Ahora es el primer músico que recibe en Nobel de Literatura por sus letras, y la Academia le reconoce por «haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición de la canción americana».
Lo que menos gente conoce es su adoración por el motor. La más temprana pasión de Dylan fueron las motos, y por eso solía conducir por su ciudad natal, Hibbing, Minnesota en su Harely-Davison Knucklehead negra. La vendió en 1957 a algún afortunado.
Mientras desarrollaba su identidad como escritor reivindicativo, hizo un tour por los Estados Unidos. Corría el año 1963 y junto a su conductor, Victor Maymudes, en un Ford Galaxie Country Sedan del 62. Era una etapa importante para Dylan, puesto que aunque ya había publicado dos álbumes, las apariciones en público eran vitales.
Por aquella época pasaba mucho tiempo subido en su moto Triumph Tiger 100 (100 es la velocidad máxima que alcanzaba), que disfrutaba por Woodstock, Nueva York.
Podemos considerar la etapa 1964-1966 muy sorpresiva. Pasó mucho tiempo de gira, grabando discos y viajando, así que cuando tuvo algo de tiempo libre se permitió un capricho: un Ford Mustang convertible de 1966. En una entrevista reconoció que fue la primera «cosa» cara que compró con su primer gran cheque, pero le duró muy poco puesto que se lo dejó a un chico que trabajaba para él y lo acabó estrellando contra un camión. De los restos obtuvo 25 dólares. Sin embargo compuso una canción en honor a su malogrado capricho llamada Destruction and Woodstock.
Y una vez más, un vehículo formó parte del destino que tendría que correr Dylan. En concreto uno de dos ruedas: fue un día de 1966 cuando perdió el control de su moto Triumph 500, provocándole serias heridas y y vértebras rotas. Estuvo fuera del mapa durante el tiempo suficiente para que preguntaran por él.
Una leyenda cuenta que Dylan tenía un Ford Mustang de 1965 instalado en la sala de proyecciones de su mansión de Malibú… aunque nunca se ha podido probar su existencia.
Fue durante 2014 cuando desató la polémica por protagonizar un anuncio de la Superbowl en el que se decía que el cantautor se había vendido. Con su profunda e hipnótica voz y en un exaltamiento de las barras y las estrellas comenzaba el anuncio para Chrysler diciendo «¿Qué hay más americano que América?» Así fue la única «polémica» que desató el Nobel de Literatura.
Vía: Phscollectorcarworld
Imágenes: Daniel Kramer