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Bloodhound SSC cohete hibrido
Marta Lorenzo

Así empuja el cohete híbrido del Bloodhound SCC para alcanzar 1.600 km/h

Aunque el Bloodhound SSC se parece más a un cohete que a un coche, lo cierto es que para batir el actual récord de velocidad sobre tierra establecido en 1.227,986 km/h, es necesario que tenga esa forma. En inglés las siglas SSC significan Super Sonic Car, es decir, es un tipo de vehículo capaz de circular por encima de la velocidad del sonido (1.234,8 km/h).

En este caso, se espera que el Bloodhund SSC supere los 1.600 km/h, es decir, 1,4 veces más rápido que la velocidad del sonido. Tanto el director del equipo, Richard Noble, como el piloto, Andy Green, son los mismos protagonistas que ya batieron el anterior récord de velocidad en 1997. Además, en esta ocasión cuentan con todo un consorcio conocido bajo el nombre de Proyecto Bloodhound, que cuenta con la participación de estudiantes de la principales escuelas y universidades de todo el Reino Unido.

Los datos del Bloodhound SSC

El Bloodhound SSC pesa 7,5 toneladas pero su suspensión está pensada para soportar más de 30, debido a las grandes velocidades que tendrá que soportar. Debajo de la carcasa encontramos tres propulsores diferentes. El mayor de todos ellos es un gigantesco motor Rolls-Royce EJ200 que le da hasta 90 kN de empuje. Cuenta también con un pequeño propulsor Cosworth para las maniobras a baja velocidad y, un cohete con el que obtener los 120 kN adicionales necesarios para superar la velocidad del sonido sobre tierra. Entre los tres, la fuerza total de impulso se sitúa en 21 toneladas.

Pero hay otras muchas cifras de récord en el Proyecto Bloodhound. Las ruedas, por ejemplo, tendrán que rodar unas cuatro veces más rápido que las de un F1 ya que, solo la llanta (que pesa unos 95 kg), se espera que aguante las 10.200 rpm que supondrá unas 50.000 fuerzas G en la perpendicular al suelo.

El fondo del Bloodhound SSC está completamente hecho de acero, el único material que puede soportar la abrasión de la arena del desierto de Hakskeen Pan (Sudáfrica) a más de 1.500 km/h y cada centímetro de su carrocería está pensado para soportar las 12 toneladas de presión por cada metro cuadrado. El parabrisas podría soportar el impacto de un pájaro de 800 gramos a 1.600 km/h y en el habitáculo donde Andy Green tratará de batir el récord del mundo de velocidad, la temperatura rondará los 150º C.

Como sucede con los aviones, el Bloodhound tiene un sistema de frenos, los flaps, que ofrecen hasta 6 toneladas de fuerza de frenado y también unos paracaídas, que ofrecen otras 9 toneladas. En total, Andy Green tendrá que soportar aceleraciones entre +2G y -3G, es decir, frenará en 100 km/h cada segundo, lo que en casi todos los libros de física se define como un choque en toda regla.

Tras conocer el impresionante interior del Bloodhound SSC y los test de comunicaciones, en los que participaron un caza y un Jaguar F-Type R Coupe en sentidos opuestos, produciendo velocidades de cierre (relativa de dos objetos que que se mueven el uno hacía el otro) de  1.126 km/h, ha llegado el momento de conocer el impresionante sistema de propulsión. Lo desarrolla la empresa noruega Nammo, con ayuda de la Agencia Espacial Europea desde 2010. Lo describen como «lo último en la evolución de la tecnología de motor de cohete híbrido»,

Durante la prueba del motor del cohete, de apenas 16 segundos, generó 3 toneladas (30 kN) de empuje antes de ser parado, mediante el cierre de la válvula de entrada del aire. Cuando el Bloodhound realice su intento de récord en Sudáfrica en 2016, utilizará un racimo de tres de estos motores híbridos. Además, se empleará un motor a reacción EJ200 Rolls-Royce de un caza Typhoon, y un motor V8 de un Fórmula 1 2010 para accionar una bomba de combustible de alta capacidad para el cohete. En ests vídeo puedes ver su funcionamiento:

Fuente: Gizmag, Autobild

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