El Lotus Elise es un reputado deportivo que ayudó a que la marca británica llegara al lugar que ocupa en la actualidad. Este pequeño biplaza salió hace ya más de un cuarto de siglo para sorprender por su comportamiento deportivo y por su agilidad. Aunque hay muchos detalles que no son tan conocidos del origen de este modelo, como que la sangre italiana corre por sus venas o que debe su nombre a una mujer real. Elisa Artioli es la protagonista de esta curiosa historia que merece la pena recordar ahora que se acerca el final del Elise.
Aunque para remontarnos a sus orígenes tenemos que señalar la figura de Romano Artioli, empresario italiano que fue propietario de Bugatti. Fue en la mágica época entre 1987 y 1998, justo antes de ser adquirida por Grupo Volkswagen. Siempre será recordado por el lanzamiento de aquel mítico Bugatti EB110, pero hoy vamos a tratar otro tema. Porque en esa misma época, concretamente en 1993, Artioli le compró Lotus a General Motors con el objetivo de darle una nueva vida y retomar la senda de Colin Chapman.
Se comenzó con un nuevo modelo que se alejara de lo planteado por el anterior Lotus Esprit, con una nueva base. Proyectaron un descapotable de pequeñas dimensiones, con un chasis de aluminio y una carrocería de fibra de vidrio que apenas superaba los 700 kg de peso. Era tradición que los nombres de sus modelos empezaran por la letra E, así que Romano Artioli lo tuvo muy claro. Quiso llamar a ese ejemplar como su nieta, así que nacía el Lotus Elise (traducido al inglés, eso sí) gracias a la influencia de una pequeña Elisa Artioli que por aquel entonces apenas era poco más que un bebé.
De hecho, Elisa tuvo bastante protagonismo después durante el lanzamiento del modelo, de «su» modelo. En varios eventos apareció montada en el coche ante la atenta mirada del público, imágenes que quedaron reflejadas para siempre. Incluso, a esa temprana edad, su abuelo ya le regaló un Lotus Elise de primera serie. Si el modelo había comenzado a fabricarse en 1996, en 1997 ya tenía el suyo esperando en el garaje. Por entonces tenía cuatro años de edad, así que tuvo que esperar bastante para conducirlo.
Cuando tuvo 19 años (en Italia hace falta un año de experiencia para coches más potentes) se puso a los mandos de su Lotus Elise y así ha seguido hasta la actualidad. Actualmente Elisa Artioli tiene 28 años y es una ferviente entusiasta del mundo del motor en general y de la marca que regentó su abuelo en particular. En sus redes sociales (tiene 22.000 seguidores en Instagram) no duda en compartir sus experiencias, siempre con su Elise de primera generación bien presente. También tienen protagonismo su incombustible abuelo y algunas reminiscencias a su época en Bugatti.
Algunas curiosidades de la vida de Elisa es que pasó una época por España para completar sus estudios universitarios o que recientemente fue invitada a las instalaciones de Lotus con motivo del 25 aniversario del modelo. Pasará a la historia por haber dado nombre a un deportivo ya mítico por mantener la filosofía de la marca intacta. La leyenda probablemente se acrecentará ahora que el Elise dará paso a una nueva generación de modelos.