Todos sabemos que la industria de la automoción pasa por un momento peliagudo. A la pandemia vivida a nivel mundial le ha seguido una crisis de componentes sin precedentes que está causando que sea complicado adquirir un vehículo nuevo. Hay dos motivos principales, sus altos precios y los plazos de entrega elevados. De hecho, es bastante habitual que se extiendan varios meses desde el momento del pedido hasta la entrega final al cliente. Tanto es así, que algunos fabricantes solo garantizan el precio de los coches por cuatro meses.
El caso es que podrían darse situaciones en las que el cliente tenga que pagar más de lo que se acordó inicialmente cuando se hizo el pedido una vez le sea entregado el coche, meses después. Y no es algo exclusivo de un fabricante en particular, parece una tendencia que está siendo adoptada por varios debido a la situación actual. Aparentemente ya lo hacen algunos como Mercedes, BMW, Volkswagen o Kia; que optan por no dar precios vinculantes cuando se realiza un pedido. O lo hacen, pero solo asegurándolo por un tiempo limitado.
El motivo es el rápido aumento de precio en las materias primas y componentes que se utilizan para fabricar los coches, que hace que el precio se incremente durante el proceso de producción. Eso lleva a que Mercedes y BMW garanticen contractualmente el precio si «hay un máximo de cuatro meses entre la fecha del contrato de compra y la fecha de entrega confirmada cuando se adquiere el vehículo». Si se sobrepasa ese plazo de entrega, el precio del coche «cambia en la misma proporción en que cambian los precios de lista». Y al cliente solamente le queda aceptar la subida o rescindir el contrato. En Mercedes eso sólo se podría hacer si la tarifa aumenta más del 3 %.
Por otro lado, otras compañías como Volkswagen y Kia adoptan estrategias diferentes. En la alemana se asegura el precio si se ha concretado la fecha de entrega. Si el cliente hace un pedido a un concesionario que ha agotado su cuota se le da un abanico de precios estimados, al igual que el plazo. En la coreana se ha designado un plazo de siete meses para mantener el precio acordado en el pedido a fábrica. Otra cuestión significativa es que las financieras pasan por un problema similar, pues a ellas les afectan las rápidas subidas de los tipos de interés.
Por suerte, los bancos y las financieras de las marcas sí que están manteniendo el compromiso inicial y no están subiendo los intereses a sus clientes. Aunque también hay alguna laguna en los contratos y se guardan esa posibilidad por si la situación empeoran. Como decíamos, una situación bastante peliaguda para el sector de la que va a ser difícil salir.
Fuente: Automobilwoche