Wattens es una pequeña comunidad en el Tirol austríaco. En él viven cerca de 8.000 personas, pero es más conocido por la empresa que alberga: Swarovski. La marca es conocida en todo el globo por producir algunas de las mejores joyas de cristal del planeta, pero también incursiona en la fabricación de piezas para coches, como los faros del nuevo BMW i7. Porque el lujo en el mundo del automóvil adopta muchas formas, tanto por fuera como por dentro.
La berlina germana cuenta con unos grupos ópticos que no son solo los típicos proyectores de vidrio y plástico. En su lugar, se emplea cristal Swarovski para el elemento proyector. La marca bávara los llama faros “BMW Iconic Glow”, y son los primeros en cualquier modelo de BMW. Si te preguntas a qué pareja de pilotos atañen, no se trata de las unidades principales, sino de las ubicadas en la parte superior, las que dan cobijo a las luces LED de conducción diurna (DRL) e intermitentes. Nos gustaría saber lo que cuesta reemplazar cada uno.
El lugar donde estos faros comienzan sus vidas no es del todo diferente al lugar donde el resto del i7 comienza su puesta en producción, en una habitación muy calurosa de fundición, como muchas de las otras partes del i7. Desde allí, estos cristales se trasladan a una fábrica donde se empiezan a perfilar. Ese proceso emplea máquinas en lugar de manos humanas, presumiblemente para cumplir con las especificaciones necesarias para las luces. Porque una ligera desviación en el cristal significa que el de haz luz no se dirigirá al lugar correcto.
Después de eso, un técnico inspecciona minuciosamente cada cristal antes de mandarlo a su destino. BMW ha buscado que los cristales se parecieran a todo lo que Swarovski había hecho antes, aunque tenían que verse crecidos y no como joyas. Apostamos a que esta es una buena manera de decir “conviene que esos faros tan caros se vean súper bien”. Con toda honestidad, definitivamente lo hacen. Una vez colocados, los cristales se extienden a lo largo de la carcasa superior del faro del i7, conformando la luz diurna e intermitentes.
Estos módulos dobles en forma de L invertida cuentan con 14 diodos emisores de luz. Estos se encargan además de reflejar la luz en varias facetas al bloquear y desbloquearlo para otorgarle al BMW Serie 7 eléctrico un aura muy premium. La casa bávara afirma incluso que la estructura cristalina destaca aún más bajo la luz del sol. En palabras de la propia BMW, “es como sostener un cristal a la luz del sol u observar un brillante cielo estrellado” abriendo “nuevas dimensiones que ya no tienen nada en común con los faros clásicos”, manifiesta.
“El eje central de esta colaboración mutua era perfeccionar el proceso de esmerilado diseñado por BMW para lograr un resultado que plasmase como es debido la pasión y la pericia de dos marcas de renombre internacional”, declara Peter Widmann, vicepresidente primero y director ejecutivo de Swarovski Mobility. “Todos nuestros cristales son ‘Advanced Crystals’, para cuya fabricación se emplean materias primas cuidadosamente escogidas, productos que sobrepasan las expectativas de nuestros clientes y cumplen las exigentes normas”.
“Para su producción se utiliza un procedimiento patentado que no requiere del uso de plomo, y la fabricación se lleva a cabo 100 % en Austria. En Swarovski Nos esforzamos por alcanzar los máximos niveles de calidad y sostenibilidad para superar constantemente los estándares del sector. El lujo consciente forma parte de nuestro ADN”, añade el directivo. Así pues, con la mirada siempre hacia delante, los nuevos faros de cristal iluminan ya el camino hacia un futuro en el que la luz desempeñará una función para la ambientación y la individualización.
Fuente: BMW
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