Hoy retrocedemos al año 1956 para hablar del Ferrari 290 MM, un coche diseñado para la Mille Miglia en sustitución del 860 Monza. El Ferrari 290 MM llevaba consigo un motor V12 de doble encendido y cárter seco, originario del 4.5 de Gran Premio, que rendía una potencia de 320 CV, alcanzaba una velocidad máxima de 280 km/h, una cifra bastante sorprendente al tratarse de un coche de antes de los años 60.
La transmisión era manual de cuatro velocidades y contaba con una suspensión delantera independiente con resortes helicoidales y barra estabilizadora. En términos de pesos, el coche no llegaba a alcanzar la tonelada de peso, se mantenía en los 880 kilogramos de peso, por lo que contaba con una gran relación peso/potencia.
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El chasis del 290 MM era prácticamente idéntico al utilizado por el Ferrari 250 Berlinetta, otro coche de éxito en el mundo de la competición.
Este coche nació no nació únicamente para participar en la Mille Miglia. Nació para ganar la Mille Miglia, y así fue. Castellotti se hizo con el primer puesto en una carrera loca y Fangio entró a meta en cuarta posición. Este modelo también fue todo un éxito en otras competiciones, por ejemplo, logró el tercer puesto en los 1000 kilómetros de Nürburgring y en 1957 ganó los Buenos Aires 1000 kilómetros.
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Pero no todo funciona para siempre y pasados los años 60 el modelo dejó de ser un referente a nivel de competición. A partir de entonces pasó a formar parte de las colecciones privadas, su tiempo en competición había pasado, tras dejar una huella imborrable.
En términos económicos estamos ante uno de los coches más valiosos de la historia. Se trata de un coche legendario en el que se refleja la pasión y la perfección del equipo de Maranello. Además, el coche que ves en las imágenes fue el que tuvieron entre manos los míticos pilotos Juan Manuel Fangio, Alfonso de Portago o Phil Hill y conserva totalmente su estado original.
El día 10 de diciembre este coche se subasta en Nueva York y existe una gran expectación. No es para menos, ya que los expertos aseguran que puede convertirse en el coche más caro del mundo y de la puja arrancará en 24,6 millones de euros. No es una cifra descabellada, ya que son pocos los Ferrari de los años 50, menos aún los de competición y, todavía menos, que hayan sido conducidos por un mito como Fangio (su Mercedes Benz W196 alcanzó los 20,2 millones de euros, sin restaurar). Ahora toca esperar y ver.
Fuente: RM Sotheby’s
Galería de fotos: Tim Scott, cortesía de RM Sotheby’s