En 1976 daba comienzo una saga gloriosa que se ha ido extendiendo y perdura en la actualidad. Hablamos de la del Volkswagen Golf GTI, el compacto deportivo por excelencia que siempre ha levantado pasiones entre los aficionados. En 1978 llegaba al mercado el Fiat Ritmo (aquí también como SEAT Ritmo), un simpático compacto con el chasis del Fiat 128, al que pensaba reemplazar. El caso es que también hubo versiones deportivas para luchar contra la hegemonía del Golf GTI, el más importante fue este Fiat Ritmo Abarth 130 TC.
Porque la firma italiana recurrió a su preparador por excelencia (hoy marca independiente) para que hiciera una versión más dinámica y deportiva. Sobre esa primera serie se hizo un Ritmo Abarth 125 TC que ya tenía unas prestaciones destacadas. Pero fue después de un restyling cuando mejoró en todos sus aspectos. La actualización a la que se sometió el Ritmo en 1982 dio lugar a una reducción de peso de 70 kg, además de un cambio estético notorio en la parte frontal, cambiando totalmente las formas de parrilla y faros.
Y el año siguiente llegaba el Fiat Ritmo Abarth 130 TC, que empleaba las mismas premisas que su antecesor pero ahora con un motor de cuatro cilindros y 2.0 litros con dos carburadores dobles y ligado a un cambio manual de cinco velocidades. Conseguía desarrollar una potencia de 130 CV y mejoraba considerablemente a nivel prestacional. Con ese reducido peso de apenas 950 kg, este modelo era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 7,8 segundos y una velocidad máxima de 195 km/h, bastante conseguido para la época.
Cabe destacar que en ese momento era más rápido que la mayoría de rivales, incluso que el Volkswagen Golf GTI. Sería así hasta 1985, con la llegada del Golf GTI 16V de segunda generación que exprimía el motor 1.8 hasta los 139 CV. En ese momento hubo una ligera actualización del Fiat Ritmo, aunque la versión firmada por Abarth se mantendría sin mejoras a nivel mecánico y se estancaría ligeramente.
Y lo cierto es que las ventas del modelo italiano no terminaban de despegar como las de cierto competidor alemán. Se le achacaban fallos como la oxidación o la falta de fiabilidad y al mismo tiempo iban llegando cada vez más rivales competitivos. El caso es que la marca italiana dio un giro a su programa y decidió cancelar la producción del Fiat Ritmo en 1988. Sería sustituido por el Fiat Tipo (no confundir con el actual), aunque jamás volvería a ser lo mismo.
Fuente: eBay
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