Todos recuerdan su primera experiencia tras el volante de un coche. No diré la de un servidor porque, tal y como están las cosas actualmente, podría meterme en un lío. Lo que está claro es que la mayoría de los enamorados del mero hecho de conducir estamos viviendo un cambio de envergadura: la transición hacia el coche eléctrico. Los hay más reticentes que otros al cambio, pero su asentamiento en detrimento de la gasolina y el diésel es inminente.
El Ford Model T, considerado por muchos el catalizador del vehículo personal, no tiene ya nada que ver con un Mustang Mach-E, más allá de que ambos tienen cuatro ruedas y un volante. Es justo decir que la gran mayoría de nosotros hemos aprendido a conducir con vehículos que, en su mayoría, ya contaban con “lujos” como el servofreno o la dirección asistida. Ahora destacan sobre todo las asistencias de ayuda a la conducción y la gran cantidad de tecnología a bordo, y nos hemos acostumbrado.
Si nos ponemos en el supuesto de que consideras que eres demasiado mayor para comprarte un coche eléctrico, he de decir que nunca es tarde para acoger el cambio. Los quemadores de combustible fósil ofrecen otro tipo de ventajas, como bien es el sonido o lo poco que se tarda en repostar un depósito. Sin embargo, las grandes ciudades terminarán por condenarlos, dado que la electricidad es más limpia de generar y de consumir que la gasolina o el diésel. Pero no hay que cerrarse en banda.
Nacido en 1920, Harold Baggott tuvo la primera experiencia de ponerse al volante del Model T a los 10 años, conduciendo como repartidor del lechero familiar en una granja. Luego, obtuvo su licencia en 1936 (el primer año en que se introdujeron en Reino Unido) y compró su primer automóvil, un Ford 8 Popular, en 1937 por 100 libras esterlinas (cerca de 8.000 euros actuales), y un Ford Anglia el año siguiente. En sus 101 años en el planeta, ha sido propietario de más de 20 modelos de Ford.
De hecho, la familia posee más de 140 chasisde vehículoscomerciales de la compañía para su negocio de autocares. Ford, por tanto, decidió darle una oportunidad a Baggott en uno de sus coches más modernos, concretamente uno que definirá el futuro de la compañía, el Mustang Mach-E totalmente eléctrico. Porque el anciano, a pesar de su edad, todavía conduce todos los días. Por supuesto, no se puedo resistir a la invitación, que también incluí aun paseo a bordo de un Model T de 1915.
Esto le permitió recordar sus tiempos mozos, cuando el simple hecho de arrancar el coche era increíblemente más tedioso que subirte y pulsar un botón. Para mostrar lo lejos que ha llegado la tecnología automotriz desde entonces, Baggott pasó del Model T a un Mustang Mach-E, en lo que probablemente sea un acto donde no muchas personas en el mundo puedan decir que han llevado tanto un Model T cuando era nuevo como un Mustang Mach-E, ambos simbólicos a su manera.
En el momento de hacer la prueba de manejo, Bagott aprovechó la oportunidad para invitar a sus bisnietos, Felix, de 15 años, y Charlie, de 12. El primero de ellos además tiene la ambición de ser piloto de carreras. El recorrido en sí no fue demasiado largo, de apenas tres millas (unos cinco kilómetros). Unos y otros fueron desde Beaulieu (donde se ubica el Museo Británico del Motor y el Model T) hasta la antigua aldea de construcción naval Bucklers Hard. Baggott quedó impresionado.
Fuente: Ford
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