Un error de la Dirección General de Tráfico (DGT) ha arruinado la vida de un hombre de 40 años. Le retiraron el carné de conducir y con ello perdió su trabajo. A partir de entonces, caída en picado y a toda velocidad.
El protagonista es un catalán de 40 años afincado desde 2008 en Cataluña. Su agonía comenzó en mayo de 2010, cuando un control de la Guardia Civil lo arrestó por conducir con el carné retirado desde febrero, como consecuencia de la retirada de todos los puntos por cuatro multas por exceso de velocidad nunca le fueron notificadas y que nunca recibió en su domicilio de Cantabria.
El caso es que, a finales de julio, Carlos López, el nombre del protagonista de esta increíble historia, fue absuelto por el Juzgado de lo Penal nº3 de Santander, precisamente por la falta de notificación.
Pero no acaba aquí (con final feliz) la historia. Debido a la retirada del permiso de conducir, Carlos López perdió también su trabajo. Era fontanero y necesitaba el carné de conducir para desplazarse de un lugar a otro. Realizaba diversos trabajos para varias compañías de seguros.
Éstas, al enterarse de su retirada de carné, dejaron de contratarle. A partir de entonces, caída en picado, ya que sin recursos económicos también perdió su vivienda, en la que había invertido 13.000 euros. Este fatídico relato no acaba aquí, puesto que el pasado jueves 30 de diciembre su hasta entonces pareja lo abandonó, por lo que Carlos tuvo que marcharse del piso en el que habían estado viviendo.
«Quiero que Tráfico me devuelva mi vida», reivindica Carlos López, que se apostó con su coche frente a la Jefatura Provincial de Tráfico de Santander. Pasó dos noches frente a la sede de la DGT de Cantabria, y ahora ha decidio ir a Madrid. Reclama una indemnización de 60.000 euros, aunque es consciente que no va a percibir dinero alguno. Lo único que reclama es un empleo, con el que comenzar de nuevo y empezar así una nueva vida… la misma que le sesgó un error administrativo.
Vía: El diario Montañés