El Ferrari 250 GTO es una obra maestra que ha entrado por pleno derecho en los libros de historia de la automoción. El deportivo italiano de los 60 es un auténtico icono y actualmente el coche más valorado, alcanzado cifras de ventas totalmente surrealistas. Pero hoy vamos a hablar de un modelo que tiene algo que ver con él, una especie de descendiente bastardo que tampoco deja a nadie indiferente. Se trata del Iso Grifo A3/C y también fue firmado por cierto ingeniero italiano de renombre.
La vida de Giotto Bizzarrini siempre ha estado ligada a las cuatro ruedas. Comenzó su carrera en Alfa Romeo, donde comenzó a mostrar sus dotes como piloto, además de en la ingeniería. Aunque uno de sus pasos más notables fue cuando pasó a Ferrari y se involucró en varios proyectos. El más notable fue el del 250 GTO, conocido como el «patito feo de Bizzarrini». Pero después hubo una espantada en la marca del cavallino y salieron algunos de los ingenieros principales, entre ellos Bizzarrini, ahí es donde comienza a gestarse el Iso Grifo A3/C.
En un primer momento fundó Automobili Turismo e Sport (ATS), aunque también trabajó para otros proyectos como el del mítico Ferrari 250 GT Breadvan con Piero Drogo. Incluso se involucró en la construcción de un V12 para Lamborghini a través de su empresa Società Autostar. Sin embargo, uno de sus pasos más importantes fue su colaboración con la firma italiana Iso Rivolta. Buscaban hacer un deportivo atractivo, gracias al diseño de Bertone (firmado por Giorgetto Giugiaro, concretamente), y también muy capaz gracias a la ingeniería de Bizzarrini.
El primer Iso Grifo ya sorprendió por sus capacidades gracias al motor V8 de 5.3 litros, proveniente del Chevrolet Corvette, por su suspensión De Dion o por los discos de freno en las cuatro ruedas. Sin embargo, hubo una versión más capaz que quería llegar a la competición. Ese era el Iso Grifo A3/C de las imágenes, que gracias a una puesta a punto con cuatro carburadores Weber alcanzaba los 400 CV, una cifra muy destacada para sus 1.247 kg de peso gracias al uso de materiales ligeros con el aluminio.
Aunque las discrepancias comenzaron a surgir dentro de Iso Rivolta. A pesar del genial desempeño que lograba este Iso Grifo A3/C, el propietario Renzo Rivolta daba más importancia a la lujosa versión de calle A3/L. Tras una disputa, se puso fin a la colaboración con apenas 20 unidades construidas de este modelo. Por suerte, no fue el final para el vehículo, pues Bizarrini siguió insistiendo en su potencial a través de su propia marca.
En 1965 se comenzó a vender el Bizzarrini 5300 GT Strada, un ejemplar que tenía mucho en común con el Iso Grifo y que se vendía también en una versión Corsa de competición. Llegó a ganar su clase en clase en Le Mans , terminando noveno en la general. Hasta 1968 se construyeron 133 unidades, pero poco después Bizzarrini entró en bancarrota y se tuvo que despedir de su andadura en el mundo del motor.
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