En septiembre nuestro analista de referencia, Perpe, nos informaba del auge de la automoción china, cuyas importaciones de vehículos volvían a cobrar fuerza. Buenas noticias para el mercado y la industria automotriz, cierto, pero puede que no tan buenas para el medio ambiente. Y es que la contaminación, sobre todo en las ciudades llega a niveles alarmantes. A mediados de este año las autoridades comenzaron con un plan de achatarramiento de seis millones de vechículos, aquellos más sucios, con el fin de empezar a atajar el problema.
Se trataba solamente de una medida para empezar a reducir esos niveles de polución que claman al cielo. El segundo paso será el empuje del mercado de coches eléctricos. Para ello se destinarán 10 billones de yuanes (unos 15.000 millones de euros) en fomentar los vehículos eléctricos y la infraestructura de apoyo, como estaciones de carga públicas, según informa Bloomberg.
Si la noticia se confirma (las fuentes del Bloomberg, «dos personas conocedoras de la materia» no suena muy oficial»), podría suponer un avance de la movilidad eléctrica a nivel global. Desde que los chinos abandonaron las bicicletas y el transporte público para abrazar los medios de transporte privados, la contaminación se ha desbocado en el país, provocando muchos problemas de salud.
Esta gigantesca inversión ayudaría, sin duda ayudaría a romper el gran problema de los coches eléctricos, que es como la pescadilla que se muerde la cola: necesitas un buen número de estaciones de recarga para que la gente apueste por comprar vehículos eléctricos… pero si nadie tiene coches eléctricos, nadie construye estaciones de carga. Y los fabricantes necesitan una demanda suficientes de ventas de coches eléctricos para amortizar sus elevadas inversiones y así poder ofrecerlos a precios más asequibles… pero como los vehículos eléctricos no son baratos, nunca se venden en grandes cantidades.
Por todo ello, China podría acelerar la transición a una movilidad con vehículos menos contaminantes. Además de hacer frente a sus terribles problemas de contaminación, tal vez incluso fomentar una nueva industria (por ahora, China no destaca en vehículos eléctricos, a pesar de todo el bombo que se dio a BYD hace años y de que Saab, en manos chinas, apueste por esos vehículos). Con un buen número de electrolineras y algunos incentivos para hacer los vehículos eléctricos más competitivos frente a modelos de combustión, ambas cosas podrían cambiar.
¿Pero de dónde saldría toda la energía para mover esos coches? Sí, hay un problema ahí, ya que la red generadora de energía eléctrica en China es muy sucia y se fundamenta en la combustión de carbón. En el mapa que ves sobre estas líneas (de Greenpeace Reino Unido), puedes ver el impacto de estas plantas de carbón en la salud de los habitantes de China. Se dice que, cada año, mueren 275.000 personas en el país asiático de forma prematura por la contaminación de estas centrales. Así pues, los coches eléctricos no solucionarían la contaminación… sino que incluso podrían agravarla.
¿No les queda otra a los chinos si no quieren volver a moverse en bicicleta? Bueno, los motores eléctricos son mucho más eficientes que los motores de combustión interna y las emisiones se producirían más lejos de donde vive la gente, pero seguiría siendo un gran problema… a menos que la energía se produjese de un modo más limpio. Y ojo, que ahí también se observa movimiento. China quiere instalar 70.00 megavatios de energía solar para el año 2017, el triple de lo que tienen actualmente. 2017 no está tan lejos… y con un par de empujones más, su producción con energías renovables podría cubrir gran parte de la demanda. Sin duda, parece que han tomado el buen camino.
Fuente: Bloomberg