La semana pasada hablábamos del Land Rover Defender XTech y lo definíamos como el último mohicano ya que esa edición especial puede ser, quizá, la despedida de este mito tal y como lo conocemos, antes de que, por razones legales sea sustituido, en 2014 o 2015 por el nuevo Defender, que posiblemente se base en el prototipo del Land Rover DC100, presentado por la marca inglesa en el Salón de Frankfurt 2011.
El Defender es el heredero del Land Rover Serie I, un ejemplo sobresaliente del diseño británico, que colocaría en cualquier lista de mis mitos de las islas. Quizá lo tengo un poco idealizado, ya que mi primer recuerdo de él fue cuando, de muy niño, me subieron a uno para visitar en un nido de águilas en un lugar inaccesible, donde vi unos polluelos que aún tengo grabados en mi mente. Pero no cabe duda de que en mi Top British tendría uno aparcado justo al lado del Jaguar E-Type o el Aston Martin DB4. Pero, además de ser todo un icono del diseño, era un coche robusto.
El Land Rover Serie I original era un 4×4 sorprendentemente pequeño, mucho más cercano a un Jeep Willys de un SUV moderno. Surgió en la posguerra, en 1948, durante un periodo de escasez de acero. Se trataba de un vehículo enfocado al trabajo, sencillo e ingenioso y fabricado en aluminio.
Los hermanos Spencer y Maurice Wilks, que trabajaban en Rover, crearon un nuevo concepto de vehículo que combinaba la simplicidad de un utilitario con la robustez y sobriedad de una herramienta de trabajo versátil (su parrilla se hizo famosa precisamente como… parrilla). Trabajadores de la agricultura, del ejército y de los servicios de urgencias y de rescate encontraron en Land Rover todas las cualidades que necesitaban en un vehículo por lo que el vehículo tuvo un éxito instantáneo y, a mediados de los 50, el nombre Land Rover ya tenía esa imagen de durabilidad y excelencia en todoterreno que ha perdurado hasta hoy.
Apenas once años, después, en 1959, el Land Rover número 250.000 salía de la cadena de producción de Solihull, Inglaterra. Empezaba así el entusiamo por el «off-road». Continuaron la saga la Serie II y la Serie III hasta que, en 1983 (sí, 35 años después), fue sustituido por el actual Land Rover Defender. Todos mantuvieron esas líneas angulosas, la calidad de terminación rudimentaria y el escaso nivel de equipamiento… pero capaz de llegar a algunas de las partes más inaccesibles del planeta.
Y toda esta historia (espero no haberte aburrido) viene al hilo de que sale a subasta un Land Rover Serie 1 original sin restaurar. Forma parte de Aalholm, una famosa colección de automóviles de Dinamarca. RM Auctions saca la colección completa a subasta el 12 de agosto… así que, si alguien se lo compra y quiere hacerme feliz, que me lo deje conducir un rato cuando lo restaure.
Fuentes: RM Auctions, Wikipedia
Galería de fotos del Lad Rover Serie 1: