Ya se ha confirmado que los vehículos de combustión podrán vivir más allá de 2035 a pesar de la prohibición que pesaba sobre ellos a nivel europeo. La forma de sobrevivir ha sido crear una excepción para los coches que se muevan con combustibles sintéticos, aquellos famosos e-fuel que están dando tanto de qué hablar. Queda claro que son más limpios que la gasolina y el diésel actuales, pero hay otra cuestión que discutir: su precio. Se calcula que costaría alrededor de 210 euros llenar el depósito con estos combustibles.
Estamos hablando de una diferencia del 50 % respecto a lo que se paga actualmente y podría tener consecuencias importantes. El estudio es fruto de Transport&Enviroment, que no ha dudado en criticarlo. Para ellos significaría que solamente los usuarios más pudientes podrían permitirse el uso de estos combustibles. Eso podría dar lugar a un uso de gasolina de origen fósil, que seguiría siendo más barata, y repostar con ella los coches con motores de combustión certificados para funcionar con e-fuel.
Es una triquiñuela equiparable con el que se compra en la actualidad un híbrido enchufable para no encontrarse con restricciones en las grandes ciudades, pero luego nunca carga su batería. El precio superior a 2,8 euros/litro ha sido calculado para Alemania en el año 2030, aunque a largo plazo podría bajar. En todo caso, supondría un desembolso anual de unos 2.300 euros en combustible para un conductor medio. No parece una solución tan viable por precio, al tiempo que los responsables del estudio también se quejan a nivel de sostenibilidad.
Afirman que aunque los combustibles sintéticos consigan la neutralidad en carbono durante su producción, cuando son quemados en el motor todavía emiten algunas partículas contaminantes, concretamente NOx. Hablan de que si no se prohíbe todo tipo de combustión se podrían emitir hasta 160.000 toneladas de NOx en Europa para 2050. Eso en el caso de que se vendieran 46 millones de coches nuevos convencionales e híbridos para esa fecha.
T&E también afirma que se ponen en peligro las inversiones de los fabricantes en plantas de baterías en nuestro continente. Se trata de una nueva polémica en un tema candente que todavía está pendiente de resolución.
Fuente: Transport & Enviroment