¿Qué ocurre si estás cruzando y el vehículo que se aproxima lo ocupa una persona leyendo el periódico? Que aunque esté parando, no cruzamos. La mayoría de los peatones establecen contacto visual con los conductores a la hora de cruzar. Parece que podemos adivinar sus intenciones a través de su expresión, pero no es ni de lejos un método fiable. Miramos a un lado, a otro, y si el coche se aproxima, aguardamos prudentes hasta que vemos que reduce la velocidad -y a veces cuando el coche ha parado, el ser humano decide no pasar-.
Esta sensación de inseguridad aumenta con la conducción autónoma, en la que sabemos que es el coche el que detecta al peatón y no el conductor. ¿Qué decisión tomará?
La empresa tecnológica sueca Semcon Global ha ideado un símbolo global que es entendido por todo el mundo: la sonrisa. Cuando el sensor de auto conducción detecta a un peatón, se envía una señal al frontal del coche y una sonrisa es iluminada por LEDs para confirmar que el coche parará.
La empresa quiere crear en un futuro un estándar global que se aplique a cómo los coches autónomos se relacionan con lo que les rodea. Pretenden mejorar así esta tecnología de manera que se instalen cámaras con sensores de seguimiento de los movimientos oculares y tecnología láser que funcione en condiciones atmosféricas adversas, cuando la visibilidad es reducida o el peatón no cruza por el paso adecuado.
Ya que la tecnología autónoma y los motores eléctricos son silenciosos, la empresa recomienda instalar también una señal auditiva junto a la sonrisa. La pregunta que surge es: ¿Llegaremos a confiar en los coches autónomos?
Fuente: Semcon