Tanto aficionados al motor como los que nos dedicamos a probar coches llevamos unos años señalando un problema: la homogeneidad del mercado. Cada vez son más los vehículos que comparten plataformas, motores, desarrollos… apenas son pinceladas de diseño y acabados los que diferencian a unos modelos de otros. Salvo que seas el MX-30 R-EV, claro.
¿Pero el Mazda MX-30 no es otro SUV compacto, pensarás? Sí… y por supuesto que no. Reconozco que es una más de mis múltiples respuestas «gallegas», pero permitidme que me explique:
Diseño exterior único
En el mundo de los SUV de un tamaño entre los 4,30 y 4,50 metros hay una oferta enorme en el mercado. Docenas de modelos que pelean por diferenciarse. Y el Mazda MX-30 R-EV, lo consigue. Reinterpreta el diseño Kodo del resto de la gama, con un frorntal afilado y una zaga muy característica, con un minimalismo en las líneas, con superficies muy limpias.
Lo más llamativo, sin duda, su vista lateral. La caída del techo a partir del pilar B nos acerca a un coupé, con una luneta trasera que presenta una caída muy considerable. Y es aquí donde toca hablar de historia. Los Mazda cuya denominación comienza por MX son vehículos especiales. Algunos muy conocidos y otros menos:
Mazda MX-3 (1991-1998)
Lanzado en septiembre de 1991, era un pequeño coupé con 2-2 plazas, realizado sobre una plataforma específica, derivada del compacto Mazda 323. Con formas redondeadas y suaves formas, se podía elegir entre dos motores atmosféricos de gasolina, un 1.6 de 88 CV de potencia (luego sustituido por uno de 109 CV) o 1.8 V6 con 130 CV. Lo más interesante del coche posiblemente era el chasis, con un eje trasero de doble trapecio con el que resultaba muy ágil y estable.
Mazda MX-5 (1989-hoy)
Qué decir del roadster biplaza más vendido de todos los tiempos… Hemos repasado ya la historia del MX-5, con cuatro generaciones a sus espaldas y es el coche que mejor representa la conducción de un Mazda: sensaciones, agilidad y disfrute, sin necesidad de prestaciones desorbitadas.
Mazda MX-6 (1987-1997)
Fue un coupé de casi 4,50 metros, que compartía plataforma del Ford Probe (en los años 90 los americanos controlaban el 34 % de las acciones de la compañía). Este coupé con motor y tracción delantera sustituyó al 626 Coupé y tenía un motor 2.5 V6 con 162 CV en su segunda generación (la primera se vendió en Europa bajo la denominación Mazda 626 Coupé).
En el siglo XXI lo que triunfa cuando se habla de coches “aspiracionales” son los SUV. De ahí que además de los 4,39 de longitud tenga una altura generosa de 1,55 metros o los pasos de rueda tan marcados que aportan ese toque robusto tan buscado hoy en día. Pero hay más toques de diseño únicos… si bien para ello hay que abrir las puertas.
Interior único y cuidado
Hay otros SUV que juegan a ser coupés, con una línea de techo tendida. Pero ninguna marca se atrevió a hacer puertas no convencionales. Inspirado en las que montaba el RX-8, las puertas traseras laterales son más pequeñas de lo habitual y se abren al revés de las delanteras.
Esta solución permite un acceso a las plazas traseras más cómodo, al no tener un pilar central. Eso sí, obligatoriamente has de abrir la puerta delantera para abrir las de atrás. Se trata de una solución, que mezcla el estilo de los dos puertas con la practicidad de las de cuatro.
Pero eso es solamente el principio del habitáculo. Destaca en ergonomía, con un puesto de conducción pensado en el conductor, con una consola central flotante elevada muy accesible y con buena visibilidad. También por el uso de materiales sostenibles, seleccionados por maestros artesanos en Japón y con acabados y ajustes realmente buenos.
Sin duda, lo que más destaca es el empleo del corcho. Además de ser un material que aporta calidez y sostenible, no es necesario talar un solo árbol para conseguirlo. Hay aquí, además, un vínculo con el origen de Mazda. No es el único material eco-friendly: la tapicería se fabrica con botellas de plástico recicladas.
Y, por supuesto, tecnología. Hay hasta tres pantallas. La primera, el cuadro de mandos digital de 7 pulgadas. La pantalla del sistema multimedia en el centro del salpicadero, con 8,8 pulgadas y una integrada en la parte inferior, ante la consola central, también de 7 pulgadas y desde la que se controla en sistema de climatización.
El espacio en el MX-30 R-EV, a pesar de las formas, es más que de sobra para que cuatro adultos viajen sin problemas. Y con un maletero de 350 litros, suficiente para el día a día y algunas escapadas. Hay alternativas con mayor capacidad de carga, de acuerdo, pero a costa de no tener un coche con tanto estilo. De todos modos, es posible abatir los asientos traseros para conseguir un espacio de 1.155 litros de capacidad.
Conducción única: siempre se conduce en eléctrico
Los SUV híbridos enchufables comparten un hándicap. La marcas han apostado por baterías cada vez más grandes y pesadas y eso condiciona su comportamiento. Mazda ha apostado en el MX-30 R-EV por una buena batería de 17,8 kWh de capacidad, suficiente para la gran mayoría de desplazamientos cotidianos, ya que homologa 85 km de autonomía en modo eléctrico, hasta 110 km en circulación urbana.
El coche se mueve únicamente por la acción de su motor eléctrico de 170 CV (125 kW). El motor rotativo genera electricidad cuando se agota la batería. De este modo se evitan tirones cuando la propulsión cambia de un motor a otro, que es el funcionamiento habitual de los híbridos enchufables… Y empleando un motor rotativo se consigue mantener a raya el peso y puede meterse en mismo vano motor de la versión eléctrica, al ser muy compacto.
Además, el Mazda MX-30 R-EV cuenta con la tecnología G-Vectoring Control Plus, que proporciona una conducción precisa y suave. Además, se ha buscado una distribución de peso ideal, tanto entre ejes como colocando la batería bajo el piso –no bajo el maletero–, lo que garantiza mayor aplomo y dinamismo en curva.
Tenemos pendiente una prueba a fondo en nuestras carreteras habituales y conocidas para sacar a relucir todas sus virtudes dinámicas (y algún defecto también encontraremos). Por ahora, echa un vistazo a nuestras impresiones tras el primer contacto en Alemania:
Beneficios de Etiqueta Cero y de los eléctricos… sin sus hándicaps
Uno de los motivos por los que la gente estira tanto el uso de sus vehículos es no saber qué tecnología se va a imponer. Se quiere un coche nuevo con etiqueta Cero, pero los eléctricos tienen un uso en viajes limitados. Los híbridos enchufables, con autonomía mínima de 40 km, tienen ese distintivo azul… y el Mazda MX-30 R-EV más que la duplica. Con este coche puedes:
- Aparcar gratis y sin límite de tiempo en zonas de establecimiento regulado (varía según la ciudad).
- Peajes gratuitos y reducidos en algunas comunidades autónomas y libre circulación por el carril Bus-Vao.
- Acceso a zonas de bajas emisiones, incluso en días de alta contaminación.
El Mazda MX-30 R-EV tiene un precio desde 38.050 euros, exactamente lo mismo que la versión 100 % eléctrica, pero sin limitaciones de autonomía. ¿Qué tiene un precio elevado comparado con un coche con motor de combustión convencional equivalente? Esa tarifa no incluye promociones y descuentos y, además de eso, hay más:
- Ayudas a la compra: El Plan Moves III facilita comprar un híbrido enchufable de entre 30 y 90 km de autonomía con subvenciones de hasta 5.000 euros si entregas el coche viejo al desguace (2.500 si no).
- Impuesto de matriculación gratis (emisiones de apenas 21 g/km homologadas en el caso del Mazda MX-30 R-EV)
- Bonificación en el Impuesto de Vehículos de Tracción mecánica de hasta el 75%, según el municipio.
Y todos esto, sin el temor a quedarse un día sin batería, renunciar a hacer viajes largos con él o no poder usar el coche si ocurre un imprevisto y aún no se ha cargado, ya que con el depósito de 50 litros se genera electricidad suficiente para recorrer cientos de km extra.
Coste por uso
Más allá del coste de adquisición, está el coste por uso, lo que tienes que pagar por recorrer cada km. En una recarga en casa –que por el tamaño de la batería puedes realizar incluso sin invertir en un punto de recarga o aumentar la potencia de tu instalación, es notablemente más barato. A los precios de la carga doméstica, recargar esos 17,8 kWh cuesta 2,25 € en el mejor de los casos (con la tarifa Tarifa One Luz de Endesa).
El vehículo de Mazda más similar por tamaño y prestaciones es el CX-30 e-SkyActiv X de 186 CV, que homologa 6,1 l/100 km. Para recorrer esos primeros 85 km necesitaría 5,2 litros de gasolina… que a un precio de 1,7 € supondrían 8,84 €, cuatro veces más.
A mayor número de desplazamientos menores de 85 km que hagas entre cargas, antes se amortizará la diferencia de precio que pueda existir, evitando que gastes gasolina. En un viaje largo es innegable que, aunque la batería sea relativamente ligera (155,2 kg), el MX-30 E-REV gastará más que un CX-30. Eso sí, el Mazda MX-30 E -REV cuenta con un arma que pocos híbridos ofrecen, la posibilidad de recarga rápida hasta 35 kW.
Esto permite realizar cargas rápidas en corriente continua en viajes largos. De este modo, se pueden aprovechar paradas largas que hagamos para recargar energía limpia. En 25 minutos el coche puede recuperar del 20 al 80 % de la batería. Los precios no son tan económicos como en casa (en el tipo de cargador más habitual en España, de 50 kW, suele costar 0,40 €/KW)… pero de hacer una parada larga y contar con el cargador, compensa. Hay poca diferencia con la gasolina al precio actual, de acuerdo, pero existe.
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