Si a un apasionado de los coches le preguntas cuál fue el coche europeo icónico de los años 50, un 90% te diría que ese es el Mercedes 300 SL. En la historia del alas de gaviota descubrimos que fue un americano, Max Hoffman, importador de la marca en Nueva York, el que convenció a la marca de crear una versión de calle del potente W194 300 SL. El coche se convirtió en el objeto de deseo de las estrellas de Hollywood y, con ello, de todo el mundo.
Tras el alas de gaviota, llegó su versión descapotable, el 300 SL Roadster, al que siguió este 300 SLS que ves auqí. Llegó en una época convulsa en lo deportivo para la marca. En 1955 Mercedes-Benz se había retirado del deporte del motor tras un terrible accidente en Le Mans. Solamente un puñado de entusiastas, con coches de carreras privados, eran los únicos que lucían la estrella de los circuitos en los circuitos. Y uno de ellos era Paul O’Shea, de los más míticos pilotos estadounidenses de todos los tiempos.
En 1957 O’Shea decidió convertir un par de flamantes 300 SL Roadster de 1957 en coches de carrera de coches con los que ganaría el título de su categoría de la SCCA esa misma temporada 1957. Era una nueva prueba de la ingeniería suprema de la plataforma 300 SL y de la eficacia de la preparación de O´Shea con sus 300 SLS. Los Ferraris y Aston Martins se rendían ante los 300 SLS de Paul O’Shea, que compitió codo con codo contra Carroll Shelby durante toda la temporada… hasta coronarse campeón en la última carrera en el Riverside International Raceway.
Esta preciosidad que ves en las imágenes es una recreación exacta de aquellos 300 SLS de O’Shea. Hacerlo no era sencillo. Como el mítico piloto, como punto de partida se necesitaba un Mercedes-Benz 300 SL Roadster original como base del proyecto, y luego ponerse a trabajar.
Un trabajo así requería de los mejores especialistas de Mercedes-Benz en Kienle Automobiltechnik, Alemania, que se pasaron algo más de 2.000 horas afinando el proyecto en su taller. Empezaron por rebajar 250 kg de peso del roadster original, para lo que necesitaron muchas piezas de aluminio a medida, que incluian un bloque de motor, radiador, un depósito de combustible de 120 litros, refrigerador de aceite, se eliminó la calefacción por completo y se incluyeron asientos ligeros.
En cuanto a la estética, se eliminaron parachoques, ventanillas… y se instaló un pequeño parabrisas racing, ahorrando aún más peso y con el que tiene un aspecto aún más fiero, al tiempo que mejora la aerodinámica. Por último, se añadió la característica barra antivuelco de cromo tras el asiento del conductor.
El rendimiento del motor de 2.996 cc también se incrementó en 35 CV, para que el seis cilindros en línea rinda hasta 250 CV. Se ha mantenido la transmisión original manual de 4 velocidades. La suspensión delantera es independiente, con brazos y muelles helicoidales, y la suspensión trasera independiente con ejes oscilantes y resortes helicoidales. Sus frenos delanteros son de disco delanteros y lo straseros hidráulicos de tambor.
Si echamos un vistazo al interior de esta preciosidad plateada, tampoco decepciona. Domina el cuero azul oscuro, a juego con los asientos de tela escocesa de color gris azulado. Su magnífico volante de madera se inspira en la rueda del 300 SLR. Luce como recién llegado de una restauración.. y de hecho una inspección mecánica reciente ha certificado que todos los componentes están en una estado fantástico, con lo que este Mercedes 300 SLS está listo para volver a la pista y la carretera.
Pues bien, este 300 SLS Racing será subastado por RM Auctions mañána 8 de septiembre en Londres. Se espera que alcance un precio de entre 600.000 y 800.000 libras… y por una vez vais a permitir que no hagamos la conversión a euros porque imaginamos que, como nosotros, no te lo podrás permitir.
Fuente: RM Auctions
Galería de fotos: (por Tim Scott, cortessía de RM Auctions)