Fue en el Salón de Nueva York donde se produjo la presentación en sociedad del nuevo Mercedes GLE. Se trata de una profunda renovación de la Clase M, que cambia de denominación debido a la nueva nomenclatura en la marca de la estrella. De todas las versiones que saldrán a la venta, sin duda la que más llamará la atención es el Mercedes AMG GLE 63, la variante de alto rendimiento firmada por AMG Performance.
Este SUV de altos vuelos se distinguirá rápidamente del resto de la gama, gracias al paragolpes delantero con un splitter integrado a media altura que la marca denomina «A-Wing”. Sobre ella, una parrilla central con un único listón doble como único aditivo, que parece indicar que el mayor aditivo está dentro.
Y lo hay. En dos variantes, como últimamente nos acostumbra la marca. Por un lado, el Mercedes-AMG GLE 63 4Matic con 557 CV a 5.750 rpm (con un par de 700 Nm entre las 1.750 y las 5.500 rpm) y por otro la versión aún más prestacional, el Mercedes-AMG GLE 63 S 4Matic, con 585 CV de potencia a 5.500 rpm y un par de 760 Nm entre 1.750 y 5.250 rpm.
Esta apabullante cifra de potencia sale de la mecánica V8 biturbo de 5.5 litros. Asociada a una transmisión automática 7G-Tronic de 7 velocidades, sus prestaciones son salvajes para un coche de este tipo. El GLE 63 acelera de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos, que bajan a 4,2 segundos para el GLE 63 S. La velocidad máxima de ambos está limitada a 250 km/h, pero puede aumentarse hasta los 280 km/h con el paquete opcional AMG Driver’s Package.
Su consumo medio homologado es bajo para estas capacidades, pues se queda en 11,8 l/100 km, con unas emisiones de CO2 de 278 g/km, que saldrán por sus espectaculares cuatro salidas de espape, mimetizados en el difusor de su paragolpes posterior.
Lógicamente, estas dos versiones cuentan con una puesta a punto específica. Entre ellas, además de sistema de tracción total AMG Performance 4Matic, que prioriza al eje trasero, repartiendo la potencia entre ejes del 40:60 o la suspensión adaptativa AMG. La potencia se transmite al suelo con unas ruedas enormes, con llantas de 20 pulgadas calzadas con unos neumáticos 265/45 (habrá llantas de 21 pulgadas opcionales con neumáticos 295/35).
El habitáculo está a la altura de la espectacularidad de su propulsor. Destacan los asientos deportivos AMG tapizados en cuero napa, aderezados por los pespuntes contrastados y las insignias AMG. En el puesto de conducción, un volante AMG y una instrumentación específica con detalles en fibra de carbono, una aguja del velocímetro en color rojo y la función de cronómetro en el display central.
¿Y es necesario un producto así? Desde luego. Un SUV de lujo como el nuevo GLE (máxime com el cambio de denominación), necesita un estandarte que lo coloque como referente. De igual modo que el AMG GLE 63 Coupe se las verá con el BMW X6 M, el gran rival de este nuevo AMG GLE 63 tendrá que batirse con el BMW X5 M, otro torrente de potencia que cuenta con un motor V8 de 4.4 litros Twin Power turbo de 575 CV. Se trata de una pieza clave en la estrategia de SUV de la marca… Esta variante (y las más modestas) llegarán el próximo verano, para allanar el camino al futuro GLC, el crossover más pequeño que el GLE y que sustituirá al GLK actual.
Fuente: Daimler
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