Una de las primeras reglas del periodismo es no utilizar verbos condicionales en un titular; si la información no puede ser contrastada, no la publiques. En este caso está justificado, ya que se trata de Mercedes-Benz y una decisión que podría afectar seriamente al diésel. Y es que parece que los pronósticos se van materializando: los coches diésel se sitúan en un escalón cada vez más intestable dentro de la cadena de producción.
El aumento de las restricciones medioambientales y el auge de los vehículos eléctricos han hecho que la demanda tenga una tendencia descendente. Además, allí el precio de la gasolina es mucho más barato. Automotive News ha informado recientemente que Mercedes puede estar planeando dejar de producir coches diésel en Estados Unidos. De momento, el diésel Clase C no será ofertado el año que viene en la primera potencia mundial.
La firma de la estrella está trabajando para conseguir certificación de un número limitado de modelos diésel que había planeado ofertar en EEUU, según declaró el vicepresidente de ventas y producto de Mercedes-Benz, Matthias Luehrs, durante una entrevista. La EPA (siglas en inglés de la Agencia de Protección Ambiental) está presionando a los emisores más contaminantes con cambios en la normativa medioambiental, y más a raíz del diéselgate. Esto ha provocado que los procedimientos de verificación se vuelvan más rigurosos y por ende, que se retrasen las certificaciones para Mercedes y otros fabricantes.
También los gobiernos están presionando, aunque puede que la victoria de Trump cambie drásticamente e incluso revierta los pequeños avances en cuanto a emisiones de CO2 que se han dado en uno de los gigantes a nivel mundial en materia de contaminación. Como ya han confesado, los republicanos creen que el cambio climático se trata de un invento de su principal rival a nivel económico, China, para hacerles perder competitividad. Una conspiración mundial en toda regla.
Mercedes afirma que su prioridad es asegurar la certificación de la EPA para el V6 diésel en el GLS 350d, una versión diésel del SUV más grande de la firma. La compañía ha estado buscando la certificación para al menos cuatro modelos en EE.UU.: el GLS, el GLC y el GLE así como el sedán clase C.
Luhers ha afirmado que aunque no han llegado a un conclusión aún, la marca tiende a desarrollar coches que satisfagan la demanda de los clientes, por lo que tendrán que plantearse si tiene sentido ofrecer diésels en el futuro. Según el ránking que elaboró Transport & Environment (T&E) de las marcas más contaminantes, Volkswagen se sitúa como marca mas limpia, seguida de Seat, Skoda, Audi y BMW y MINI. Mercedes-Benz cae al puesto 14. Este verano la firma alemana presentó el nuevo motor diésel de cuatro cilindros del Clase E E 220 d, que daba el pistoletazo de salida a una familia de bloques de aluminio de cuatro cilindros. Por entonces, confiaba en la continuidad de este tipo de motor, pero las cosas pueden cambiar muy rápidamente.
Vía: Autonews