Algunos fabricantes de coches también tienen sus divisiones para la fabricación de camiones. Dos de las más conocidas son Mercedes (Daimler) y Volvo, que son precisamente los protagonistas de esta noticia. La empresa alemana y la sueca se van a aliar a través de una empresa conjunta gestionada al 50 %. El objetivo no es otro que seguir trabajando para conseguir la neutralidad en carbono en Europa para el año 2050, algo que solo es posible avanzando también en el transporte de mercancías.
De esta forma, Daimler Truck AG y Volvo Group desarrollarán, producirán y comercializarán juntos celdas de combustible para llevar el hidrógeno a camiones y otros vehículos pesados. Se establecerán en la empresa que ya tiene Daimler para esta finalidad (Mercedes-Benz Fuel Cell GmbH) y Volvo Group se quedará con el 50 % por 600 millones de euros. A partir de ahí tendrán la mitad cada uno y será una compañía independiente y autónoma. Mercedes y Volvo seguirán siendo rivales en el resto de áreas.
En momentos complicados a nivel económico como es el actual, tiene más sentido aún la cooperación entre fabricantes, que unen fuerzas por un objetivo común. Será en la segunda mitad de la década cuando los resultados comiencen a llegar y tengan listos para la producción esos camiones de hidrógeno. Son vehículos pesados que emplean las celdas de combustible para reducir las contaminación durante las aplicaciones exigentes de larga distancia.
El esquema es el ya conocido de los coches de hidrógeno. La celda de combustible es la encargada de convertir el hidrógeno y el oxígeno en electricidad mediante el proceso de electrólisis, pasando esa energía a los motores eléctricos que mueven el vehículo. Hay dos tipos de hidrógeno según su producción. El verde es producido por la estación de servicio usando electricidad y agua, mientras que el azul se producirá usando gas natural, capturando el carbono y haciéndolo un combustible sin huella.
Fuente: Daimler