Hay pocos motores más icónicos que el VR6 de Grupo Volkswagen. El bloque de seis cilindros en disposición de «V estrecha» se ganó al público con rapidez debido a su funcionamiento refinado y a sus prestaciones. Aunque lo creyeras extinto desde hace tiempo, no ha sido hasta el pasado 12 de diciembre cuando dejó de fabricarse para siempre. Ha sido una longeva historia de éxito, pues han sido 34 años en el mercado y casi 1,87 millones de unidades producidas desde su lanzamiento en 1991.
Fue en el Salón de Ginebra de ese año cuando fue presentado en el Volkswagen Golf VR6. En ese año también pasó a modelos de gran renombre como el Passat o el Corrado. Esa primera iteración del motor VR6 tenía 2.8 litros de cilindrada y 174 CV de potencia, aunque con el tiempo hubo tamaños mayores y niveles de potencia superiores. La lista de coches que lo han portado en esta etapa es extensa, pues ha pasado por otros Volkswagen y también por modelos de otras marcas como Audi o Porsche.
¿Qué tiene de peculiar el motor VR6?
Que hablemos de motor VR6 y no de V6 se debe a la disposición de sus cilindros. En un motor en V vemos dos bancadas de tres cilindros que se enfrentan en ángulos amplios, que suelen ir desde los 45º hasta los 90º. Sin embargo, Volkswagen buscaba crear un bloque compacto, que fuera ideal para un posicionamiento transversal en vehículos de tracción delantera. Por eso su motor de V estrecha o VR tiene las bancadas enfrentadas en ángulos de 10,6º a 15º. Eso es lo que hizo posible que fueran instalados en vanos de motores de cuatro cilindros.
También tiene unas peculiaridades técnicas y es que este tipo de mecánica permite unas solamente una bancada de cilindros y una culata. Esos elementos son compartidos debido a su proximidad, algo que no es posible en un V6 convencional, que tiene sus dos bancadas de cilindros y dos culatas separadas. La disposición también permite que se puedan usar dos árboles de levas en lugar de cuatro, lo que simplifica el motor. A lo largo de su historia hubo VR6 de 12 válvulas (dos árboles con seis levas cada uno) y también de 24 válvulas (manteniendo dos árboles con doce levas cada uno).
Evolución del motor VR6
Ya mencionamos que el primer VR6 era un 2.8 litros con 174 CV y 240 Nm, niveles de potencia más que respetables para la década de los 90. Sin embargo, Grupo Volkswagen supo ver el potencial del motor y fue sacando versiones más capaces con el paso del tiempo. Siempre se mantuvo sin turboalimentación, aunque hubo variantes de 2.9 litros, de 3.0 litros, de 3.2 litros y hasta de 3.6 litros. En el primero de 2.8 litros equipado por los Golf MKIII y Bora la potencia ascendió hasta 204 CV y se sumó la tracción total para los modelos equipados con la mecánica.
Con el cambio de milenio, el VR6 de 3.2 litros de popularizó en el Golf R32con sus 250 CV y también se extendió al Audi TT de primera generación y al tope de gama del Audi A3. Estuvo presente en otros ejemplares como el Volkswagen Phaeton o el New Beetle RSi, además del Touareg. Más tarde llegaría al Volkswagen Passat, aunque ese fue el modelo que también vió la versión más capaz de la mecánica. El VR6 de 3.6 litros (portada por el Passat R36) llegaría hasta los 300 CV y 350 Nm de par. En función del mercado también fue montado en el Volkswagen CC, en el Porsche Cayenne o en el Audi Q7.
Aunque para muchos pareciera un motor extinto, el VR6 seguía vivo en algunas regiones concretas. La normativa de emisiones ha hecho que fuera imposible mantenerlo en Europa, pero hay otros mercados menos restrictivos. Hasta hace relativamente poco siguió vendiéndose en Norteamérica con el Volkswagen Atlas y también ha habido una versión modernizada en China. Allí había un VR6 de 2.5 litros turbo que poco tiene que ver con el original, pero que mantenía buenos niveles de potencia en modelos propios como los Volkswagen Teramont y Talagon.
Influencia del motor VR6
El desarrollo del motor VR6 respondía a la necesidad de hacer motores de categoría para modelos de menor tamaño, aunque también puso la primera piedra de otras mecánicas igual de curiosas. La V estrecha con ángulos reducidos dio vida al motor VR5 o V5 a secas. Nació en 1997 fruto de quitar un cilindro al VR6 de la época y llevaba el esquema impar a un nuevo nivel. Con 2.3 litros y 150 CV fue montado en modelos como el Passat, el Golf o el Bora (más el SEAT Toledo) e incluso tuvo una evolución.
También inspiró a los motores W de la marca. Fruto de la unión de dos VR6 en un ángulo de 72º se obtenía un motor W12 que tenía un tamaño mucho más compacto que el V12 tradicional. En esa época, Volkswagen tenía capacidad de crear y el W12 que se hizo famosos en Bentley no fue el único. El W8 fue fruto de unir dos VR de cuatro cilindros y, aunque no fue demasiado popular, estuvo presente en el Passat. El W16 seguía la misma pauta al unir dos W8 para lograr rendimientos superiores. Que se lo digan a Bugatti, que lo ha estado montando hasta muy recientemente…
Fuente: Andreas G. Schleith
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