Está claro que si, a día de hoy, la firma japonesa Toyota decidiera abrir un circo, le iban a crecer los enanos con toda seguridad. Estos últimos meses están siendo un auténtico calvario para ellos, ya que tras los golpes de los problemas de sus Prius, Yaris y las debilidades del Lexus GX 460, se ha añadido ahora las dificultades de la Toyota Sienna.
La compañía acaba de anunciar que llamará a revisión voluntaria a cerca de 600.000 unidades de este modelo, fabricadas desde 1998 y vendidas en Estados Unidos y Canadá, debido a un problema de corrosión en el cable que sujeta la rueda de repuesto. Aunque, en principio, los vehículos afectados se encontrarían en las zonas más frías de ambos países, sus responsables han preferido curarse en salud y ampliar la llamada a muchos más vehículos.
Las primeras informaciones hablan de que ese cable estaría afectado por las sales provenientes de la sal utilizada en las zonas más frías contra la nieve. Una circulación repetida por calles y carreteras con abundancia de esta sustancia, sería la que estaría provocando ese grave deterioro. El riesgo estaría en que, de romperse, la rueda quedaría suelta y podría poner en peligro a otros conductores.
En Estados Unidos, la opinión pública y las autoridades están muy preocupadas por la gestión que Toyota está haciendo de su crisis. Se ha conocido que la Cámara de Representantes quiere los mandatarios de la firma vuelvan a presentarse ante ellos para dar explicaciones, apenas 3 meses después de que su presidente, Akio Toyoda, acudiera a disculparse personalmente.
De este modo, los frentes abiertos para Toyota se amplían casi diariamente. Sin haber podido resolver todavía el drama de los problemas de los pedales de freno y acelerador de los Prius y Yaris, el mercado americano está, poco a poco, pasándole factura al fabricante japonés, que ya ha perdido su puesto como líder de ventas.