Oldsmobile se hizo un nombre en el segmento de los muscle cars con el lanzamiento del Toronado en 1966, del que se decía que era el coche más innovador de los 60. Sin embargo, a diferencia de sus contrapartes nacionales, el Toronado no estaba destinado a desintegrar los neumáticos traseros al más leve golpe de acelerador. Con este coche, Oldsmobile desató el potencial de los vehículos de tracción delantera a todo el mundo y sacó a la luz muchas otras características futuristas.
En el mismo año en que se estrenó la serie original Star Trek, debe tenerse en cuenta que el protagonista de nuestra historia se colocaba como el buque de “clase soberana” entre los coupés estadounidenses contemporáneos. El Toronado, en realidad comenzó su viaje como un modelo conceptual; no había intención de ir más allá de un prototipo. Pero a la gente de la firma estadounidense le gustó la idea lo suficiente como para solicitarle al General Motors (GM) que lo llevase a producción para ponerlo en venta lo antes posible.
Inicialmente, el concept car estaba destinado a ser fabricado en una plataforma compacta, aunque finalmente se decidió optar por la estructura de coupé de lujo más grande, el mismo chasis que se utilizó en el Buick Riviera. Los ejecutivos de GM pensaron que un Oldsmobile de tracción delantera era, simplemente, el vehículo perfecto que podía compartir el pastel con el Thunderbird de Ford. Y tenían razón, dado que el Toronado fue un éxito instantáneo gracias a una excelente relación calidad-precio desde su puesta en escena.
La plataforma GM E se introdujo en 1963 para el Buick Riviera, de propulsión. Al ser también de corte premium, el Oldsmobile Toronado adoptó la plataforma durante parte importante de la historia de producción del automóvil. Sin embargo, el Toronado fue producido con una transmisión transeje (la caja de cambios, el diferencial y los componentes complementarios en una sola unidad), reintroduciendo así la tracción delantera en Norteamérica. Oldsmobile vendió 40.963 ejemplares en su primer año, y ganó el premio “Coche del año” Motor Trend.
Con una longitud de 5.359 milímetros, una anchura de 2.007 mm, una altura de 1.378 mm y una distancia entre ejes de 3.023 mm, estaba en la media del típico coupé estadounidense. Pero su peculiar diseño de propulsión era algo inédito en el país, siendo el segundo después del Cord 810 y 812 de 1937. Su diseño de hecho fue un homenaje al Cord 812 que sirvió de base para crear el primer prototipo del Tornado. A modo de curiosidad, el Cadillac Eldorado también contó con la susodicha plataforma GM E del Toronado en 1967.
Bajo el capó se escondía un motor V8atmosférico de 7 litros Super Rocket asociado a una transmisión automática Turbo-Hydramatic 400 de tres velocidades. Las dimensiones de este conjunto debían mantenerse bastante compactas, ya que las especificaciones del proyecto incluían los criterios de un sistema de tracción delantera.
Incluso para los estándares de hoy, 390 CV y 644 Nm aplicado al eje anterior son cifras abrumadoras. Sin embargo, el Toronado se conducía bien y su agarre era sorprendente para la masa a manejar.
Con más de dos toneladas de peso y una perezosa caja de cambios de convertidor de par que preponderaba el confort frente a la deportividad, no es que fuese tampoco un vehículo de altas prestaciones.
Con esa configuración (la más potente que tuvo en sus 36 años de vida) alcanzaba los 100 km/h desde parado en unos ocho segundos y su velocidad punta quedaba fijada en 217 km/h, pudiendo cubrir el cuarto de milla (400 m) en 16,4 segundos y cruzando la línea de meta a 150 km/h; cifras que conseguiría un Honda Civic 1.5 Turbo.
El inusual tren motriz del Toronado, llamado Unitized Power Package (UPP), se alojaba en un vano no más grande que el de un vehículo típico de propulsión. Durante su desarrollo de siete años, los componentes del UPP fueron conducidos durante más de 2,5 millones de kilómetros de pruebas para verificar su resistencia y fiabilidad. Por otro lado, la empresa de neumáticos Firestone diseñó un juego de gomas específicas para el coupé con las paredes laterales reforzadas que recibió el nombre de TFD ( Toronado-Front-Drive).
Los probadores de la época encontraron que el manejo del Toronado, a pesar de su notable sesgo de peso delantero y el consiguiente subviraje, no era demasiado diferente de otros coches estadounidenses de ese tamaño cuando se conducía bajo condiciones normales. De hecho, muchos periodistas contemporáneos sintieron que el Toronado era más equilibrado y receptivo que otros modelos, y cuando se lo empujaba al límite, exhibía características de manejo superiores, aunque era incapaz de marcar un sobreviraje terminal.
Y si bien los ingenieros de Oldsmobile se habían esforzado mucho en hacer del Toronado un gran turismo ejemplar, adolecía de algún que otro punto flaco. Uno de ellos era el sistema de frenado, quizá uno de los eslabones más débiles del Toronado. En su lanzamiento, venía equipado con un juego de tambores de 279 mm operados hidráulicamente. Con su elevado peso, tras varias frenadas intensivas, se sobrecalentaban provocando un desfallecimiento más que perceptible y, consecuentemente, unas largas distancias de frenado.
Con el paso de los años, el Oldsmobile Toronado gozó de diversas actualizaciones para no decaer en el número de ventas. Para 1967, los faros emergentes fueron reemplazados por un panel que los cubría. La designación del modelo, antes en el frente, se reubicó a los lados y la parrilla se dividió por la mitad verticalmente en el parachoques. El bloque V8 también se vio sustituido por una unidad de 7.5 litros, aunque con menos potencia (380 CV), pero con más par motor (691 Nm), y los frenos delanteros pasaron a ser de disco ventilados.
El Oldsmobile Toronado sigue siendo famoso por su enfoque futurista, quizá adelantado a su tiempo, provocando cambios en la industria a su manera. Tenía una singularidad en sí mismo que nos hace creer que el Toronado estuviera en producción hasta principios de los 90. Este es un muscle car es único y comenzó como un coupé asequible para las masas, y aunque las ventas cayeron a partir de su segundo año en venta, el Toronado se convirtió en un elemento básico en la alineación de Oldsmobile durante los siguientes 28 años.
Fuente: Classic Car History, Conceptcarz
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