Desde que Opel entró en el Grupo PSA se han sucedido un buen número de cambios en la marca del rayo. Casi todos quedaron reflejados en el plan estratégico PACE!, que anunciaba una electrificación completa de la gama para 2024 gracias al uso de plataformas de PSA y un gran aumento de la rentabilidad gracias a las sinergias. También prometían no cerrar fábricas y mantener los empleos, pero ahora anuncian que se van a llevar a cabo 4.100 despidos a nivel mundial en los próximos años.
Este recorte tan significativo tiene lugar debido al descenso de ventas que ha experimentado la marca en los últimos tiempos. También se debe al cambio tecnológico que sufrirán sus vehículos, porque ese paso a la electrificación también se traduce en que los coches necesitan menos componentes y menos mano de obra durante su fabricación. De hecho, se calcula que la industria automotriz prescindirá de alrededor de 80.000 trabajadores a medio plazo por este motivo (sumando todos los despidos de todos los fabricantes).
Si nos centramos en los 4.100 despidos de Opel, la mayoría se centrarán en las plantas alemanas. En Rüsselsheim, Eisenach y Kaiserslautern ya se han anunciado programas de renuncia voluntaria para sus empleados. En primera instancia se prescindirá de 2.100 puestos de trabajo de aquí a 2025, mientras que se podrían recortar otros 2.000 puestos más en dos tramos de cara a 2029. De esta forma, la marca podría despedir a un 13 % de su plantilla en apenas una década, pues actualmente Opel emplea a unas 30.000 personas (16.000 de ellas en Alemania).
Michael Lohscheller, CEO de la marca, justificaba esta decisión hablando de que supone una mejora considerable de su competitividad. Al mismo tiempo se anunciaba una inversión en Rüsselsheim, donde se producirá la próxima generación del Opel Astra en su carrocería de cinco puertas a partir de 2021 y en la carrocería familiar a partir de 2022. Todavía está por ver cómo afecta y cómo se desarrolla este multitudinario despido.
Fuente: Automotive News