Ian Wright es uno de los fundadores de Tesla, una de las compañías más dedicadas al transporte eléctrico, y dejó la empresa que creó tan solo un año después de haberlo hecho. Wright, tenía un motivo claro: había dejado de creer que los coches eléctricos merecieran la pena. Por eso ahora busca adaptar sus conocimientos a los vehículos en los que si cree y con los que trabaja actualmente, los camiones de la basura y de reparto.
Los coches eléctricos están de moda y hasta California apuesta por ellos abiertamente, pero son más caros que cualquier diésel o gasolina, debido al alto coste de las baterías eléctricas. Además, el supuesto ahorro en combustible posteriormente es mayor, pero no llega a salir rentable en muchos casos, ni siquiera utilizando los supercargadores de Tesla.
Wright maneja cree más conveniente adaptar todos esos avances tecnológicos a algo que de verdad vaya a ser rentable desde el principio. Y en lo primero que ha pensado ha sido en los camiones de reparto y de basura, que suponen un coste en combustible de unos 47.500 euros anuales. Además, estos camiones están frenando y arrancando continuamente, lo que incrementa la ineficiencia de los combustibles fósiles… ya que se puede generar más energía en esas frenadas. Aquí el vehículo eléctrico si que parece rentable, al suponer un cocnsiderable ahorro de combustible .
La startup creada por Wright ya fabrica trenes de potencia eléctricos para camiones y ha recibido un pedido para 25 camiones de del gigante americano FedEx. Esto permitirá a la compañía de transportes doblar la eficiencia del combustible, además reducir las emisiones de CO2 a la mitad (y un extra de buena imagen). Los camiones son en realidad híbridos, ya que combinan electricidad con gas natural, mucho más limpio que enchufar un coche eléctrico para su recarga, según Wirght.
Uno de sus camiones de basura, según Wright, puede reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno en un 95%, las de partículas en un 78% y las de CO2 en un 58%. Esto, además de ahorrarse una grandísima parte de todo el dinero que actualmente gastan en combustibles y contribuir a la reducción de contaminación en las carreteras.
Ian Wright declara con claridad que los sistemas no son baratos, pero que en los casos con los que trata su startup si que sale realmente rentable, al contrario que con los coches. Los camiones si que gastan una cantidad de combustible considerable como para que sea beneficioso realizar ese gasto al principio, además de contribuir a un medioambiente más limpio.
Fuente: Fast Company