Para una marca tradicionalmente dedicada al desarrollo de coches deportivos, hacer un todoterreno era como tirarse a la piscina sin saber si hay agua dentro. Esa sensación de vértigo fue la primera que sintieron los creadores del Porsche Cayenne cuando empezaron su desarrollo allá en 1998. Es cierto que ya habían tenido experiencia en el ámbito todoterreno con el 597 Jagdwagen, pero no tenía nada que ver hacer un sencillo vehículo militar que un todocamino que complaciera al gran público.
Ya hemos hablado del origen del Cayenne y del éxito que ha tenido, convirtiéndose en prácticamente un salvador para Porsche que les permite sobrevivir y hacer otros coches hoy en día. Pero lo que muchos no sabrán es que su puesta a punto tuvo lugar en España, concretamente en un pequeño pueblo leridano. La marca alemana buscaba localizaciones que pudieran ponerlo a prueba fuera del asfalto, pues la clave era conseguir un vehículo que se desenvolviera bien en terrenos abruptos, blandos o deslizantes.
Y la casualidad hizo que terminasen viniendo a España. Un trabajador de Porsche vio un anuncio alemán que ofrecía experiencias de conducción todoterreno. El promotor había descubierto años atrás un centro de actividades en el municipio de Basella, situado en la comarca del Alto Urgel. Parte de esa zona había quedado inundada cuando se construyó el embalse de Rialb y los alrededores suponían un enclave tranquilo y con muchas posibilidades. Así que contactaron con el centro de actividades y fueron a probar con unas jornadas de formación.
Cogieron varios modelos de la competencia y los probaron a fondo para ver los parámetros que debía cumplir el Porsche Cayenne. Después comenzaron con la puesta a punto de los prototipos, que necesitaron un extenso trabajo a nivel mecánico y también con los sistemas electrónicos de ayuda a la conducción. Por suerte, las instalaciones de Basella fueron perfectas para su desarrollo. De hecho, los técnicos alemanes quedaron prendados con una rampa, a la que bautizaron como «Estanis Hill» en honor a uno de los propietarios, Estanis Soler.
Llama la atención que aunque hayan pasado más de 20 años desde el lanzamiento del Porsche Cayenne, las relaciones con el Centro de Basella se han mantenido. Es el lugar donde se celebran las Off Road Experience de Porsche Ibérica y sigue siendo un lugar idóneo para poner a prueba a cualquier todoterreno que se preste.
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