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Porsche Mission E Concept 2015 03
Luis Ramos Penabad

Porsche Mission E, así deberían ser las berlinas futuras

Más allá del nuevo Porsche 911 2016 y sus motores turbo, los de Stuttgart tenían guardado un as en la manga en forma de prototipo. Se trata del Porsche Mission E, un interesantísimo concept car que esboza cómo debería ser el primer deportivo eléctrico de cuatro plazas en la historia de la marca. Y nos gusta todo lo que propone.

Para empezar el diseño, en el que se combinan rasgos del 918 Spyder en el frontal, del 911 en la zaga y un lateral más Panamera, pero de mayor simpleza y belleza. Y con innovaciones, como la aerodinámica integrada. Las entradas de aire no solamente definen a la carrocería, sino que se han pensado para aumentar eficiencia y el rendimiento. En el frontal destacan los nuevos faros de LED Matrix con el diseño luminoso de cuatro puntos.

Hay detalles que nos recuerdan que el Porsche Mission E es aún un concept, como las puertas de apertura antagonista sin pilar B para facilitar el acceso o las cámaras que sustituyen a los retrovisores (y ayudan a mejorar la aerodinámica). En la zaga la luna trasera remata  en un par de alerones, con un emblema de la marca iluminado bajo de un arco luminoso que va de lado a lado del prototipo, en un elemento de cristal de color negro.

Pero más allá de la hermosa línea lo más novedoso es su sistema de propulsión. El Porsche Mission E cuenta con dos motores eléctricos síncronos (en cada eje) de imán permanente (PSM), similares a los utilizados Porsche 919 Hybrid que ganó Le Mans 2015. Tecnología probada en 24 Horas compitiendo al máximo y que recuperan energía al frenar. Su potencia «es superior a los 600 CV» y lanzan al Mission E a 100 km/h en menos de 3,5 segundos y a 200 km/h en menos de 12 segundos.

Anuncia 500 km de autonomía y se recarga al 80% en 15 minutos

Hay más. A diferencia de los motores de los coches eléctricos actuales, pueden desarrollar su potencia máxima incluso durante la aceleración repetida en breves plazos de tiempo. La potencia se transmite al asfalto mediante una tracción total, controlada con Porsche Torque Vectoring, (distribución variable del par en las ruedas individuales). Y la dirección activa en las cuatro ruedas determina la dirección deseada deportivamente de forma muy precisa. Ojo al dato que ofrece Porsche: Menos de 8 minutos en Nürburgring.

De acuerdo. No son los primeros en hacer un coche eléctrico deportivo. Pero el Porsche Mission E es, además, utilizable como un coche de combustión. Tiene una autonomía de más de 500 kilómetros con una sola carga de la bateríay puede recargar energía para otros 400 kilómetros (80% de la carga) en un cuarto de hora aproximadamente. ¿Cómo? Empleando la técnica de 800 voltios, mientras que los vehículos eléctricos actuales se quedan en 400 voltios. Así logra estos tiempos de recarga más cortos y puede montar baterías más ligeras. Eso no impedirá que pueda cargarse en una toma de 400 voltios o incluso mediante inducción, sin cable alguno.

Imaginamos que, como a nosotros, cuanto más lees más quieres que lo fabriquen ya. Porque aunque jamás puedas llegar a permitirte un Porsche, es clave que los fabricantes de coche de lujo inicien el camino a la movilidad eléctrica. Lógicamente, si es un Porsche, mejor. Sobre todo cuando te enteras que conservar el ADN deportivo de la firma ha sido prioritario en este desarrollo.

Han colocado la batería de iones de litio en los bajos del coche, en toda su longitud entre el eje delantero y el eje trasero. Así se equilibra el peso entre ejes y se consigue un centro de gravedad muy bajo, que debería ganar sensaciones deportivas. Y aunque las baterías penalicen el peso total, se ha pensado en la ligereza: carrocería de aluminio, acero y plástico reforzado con fibras de carbono y llantas de carbono, de 21 pulgadas delante y de 22 detrás. A falta de conocer el peso del coche (quizá jamás se revele), la intención es buena, y clave para un comportamiento dinámico.

Toda esta tecnología es tan apabullante que casi nos olvidamos del interior, que tiene su miga porque podría adelantar tendencias de futuro. Como no precisa túnel de transmisión se gana amplitud (algo que también vimos en nuestra prueba del Tesla Model S). Cuenta con cuatro plazas individuales, de un diseño muy deportivo y entre los delanteros hay una futurista consola central. El salpicadero recuerda vagamente al del 918 Spyder, pero más sencillo. El cuadro de instrumentos sube o baja al mismo tiempo que el conductor sube o baja el asiento o simplemente si baja un poco la cabeza, para que el volante nunca tape información importante, gracia al seguimiento ocular (eye tracking)

Por otra parte algunos mandos, como la radio o el climatizador, integrados en ese salpicadero minimalista, sin botones, se controlan vía gestos en un display holográfico. Así, el conductor o el acompañante controlan las funciones primarias (multimedia, navegación, clima, contactos y vehículo), sin establecer contacto. Bienvenido al futuro.

Fuente: Porsche
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