Hace unas semanas cumplimos un sueño: conducir el coche que la mayoría del mundo debería conducir de aquí a unos años si queremos que el planeta deje de sufrir por nuestros excesos. Se trata de un coche eléctrico sí, pero el único con una autonomía más que razonable (superior a los 500 km) y que en Estados Unidos ya es líder entre las berlinas de lujo de su tamaño. Es el Tesla Model S, el coche que pretende poner un punto y aparte en el mundo de la automoción.
No se vende en España. Por ahora no es un mercado importante para la marca, que ha centrado su estrategia de expansión en otros mercados europeos. Pero eso no impide que la gente quiera este modelo… y que se haga viajes a Holanda para poder contar con uno en el garaje. Ese es el caso de Mark Gemmell, un escocés afincado en España que, tras comprar un Tesla Roadster que ahora utiliza su mujer no dudó un momento en comprar esta berlina en la que puede llevar a sus hijos cómodamente… hasta su Escocia natal, si quiere (viaje que ha realizado, por cierto).
Habíamos escrito tanto sobre la marca que conquistó a Mark que, cuando nos dio la oportunidad de probar su coche, incluso nos emocionamos. Una berlina de lujo y un coche eléctrico, en un mismo coche. ¿Cómo es posible que aún no se venda en nuestro país? Según los datos de Aniacam, en 2014 se matricularon siete unidades, cifra que se superará este año, pues en el primer cuatrimestre de 2015 ya se habían vendido seis.
De igual modo que en Estados Unidos, la compra del coche se formaliza a través de Internet. Y ojo, que la demanda es tal que tendrás que esperar cuatro meses por él. Luego, puedes ir a recogerlo a Tiilburg, (Países Bajos) donde está el centro de distribución europeo de la marca o bien contratar a la única empresa autorizada por Tesla para que lo traiga a España (y que también matricula el coche y te da la tarjeta de la ITV).
Si hay gente que realiza todas estas gestiones (que se acabarán cuando la marca decida por fin instalarse en España) solamente para poder conducir este vehículo ya nos indica lo especial que es. Y (gracias de nuevo, Mark) vamos a poder conducirlo un buen rato
Exterior
El Tesla Model S es de esos modelos que enamoran, pero que tampoco hacen que te gires cuando lo ves pasar, a no ser que seas realmente un entendido del motor y sepas que es un coche difícil de encontrar en nuestro país.
Por la elegancia de sus líneas me recuerda a un Aston Martin, salvo en el frontal, algo más afilado que los deportivos de Gaydon. El coche es muy bajo, debido sobre todo a que sus baterías se han colocado en la parte baja. Distribuidas en celdas, a la altura de la línea negra que marcas los bajos cuando lo ves desde el lateral.
Esto tiene una ventaja, que es que el centro cuente con un centro de gravedad muy bajo (las baterías son uno de los elementos que más incrementan el peso en los eléctricos), que ayudará a que tenga un comportamiento excepcional. Pero en su día creó problemas de seguridad, con un par de unidades que ardieron tras golpearse con piedras. Tesla, orgullosa de los resultados de pruebas de choque en Estados Unidos, no quiso que se repitiese y ahora los bajos cuentan con un blindaje especial que evita que un impacto con un objeto en la carretera pueda dañar las baterías. En un coche de este tipo no pueden dejarse detalles al azar, o el lobby petrolero actuaría de inmediato.
Mark me cuenta que la suya es una de las primeras unidades que llegaron a Europa y señala algunos fallos de ajustes en los embellecedores cromados de las puertas. Modelos posteriores ya están más afinados y crean una línea perfecta, me cuenta. La verdad, en un primer vistazo ni me hubiera dado cuenta.
Y es que Mark no ha escatimado a la hora de cumplir su sueño de que un Tesla Model S lo reciba en el garaje de su casa. Su modelo cuenta con el paquete Performance Plus, que añade unas llantas de 21 pulgadas de diseño turbina, para mejorar la aerodinámica. También incluye el pequeño alerón en la tapa del maletero. Realizado en fibra de carbono, ese pequeño spoiler mejora el “efecto suelo” un 77% a alta velocidad.
El último capricho que equipa este coche es la suspensión neumática que la marca denomina Smart Air Suspension. Se adapta automáticamente en función de la velocidad entre los modos Normal y Low (más baja a mayor velocidad para mejorar la aerodinámica), aunque también puede elevarse (modo High) a la hora de tener que atravesar un terreno muy bacheado o entrar en un garaje con una rampa muy empinada, por ejemplo.
Interior
El Tesla Model S es un coche sin llave. Bueno, tampoco es realmente así, pues cuentas con un pequeño llavero con forma de coche. Cuando te acercas al vehículo, este la detecta y los tiradores cromados de las puertas, hasta entonces enrasados en la carrocería (para no romper la línea de diseño y mejorar la aerodinámica en marcha), salen como por arte de magia para poder pasar al interior. No será la única sorpresa.
Si te gusta la tecnología y configurar mil y un apartados de cada uno de tus gadgets, el Tesla Model S es tu coche. Sorprende un poco el hecho de que no haya más que dos botones, el de las luces de emergencia y el que abre la guantera, mimetizados en los laterales de aluminio que enmarcan la pantalla de 17 pulgadas que, sencillamente abruma.
Menos mal que Mark acudió al rescate y en muy poco tiempo nos mostró lo intuitiva que es utilizarla (al menos con el coche parado). Colocada en posición vertical , domina toda la consola central y enseguida detecta el móvil del propietario.
Seis grandes botones, a modo de pestañas, dominan la parte superior, en los que tienes acceso a la música, agenda, calendario, teléfono, Internet, navegador, nivel de carga del vehículo, cámara de visión trasera… Puedes utilizarla mediante gestos (juntas y separas los dedos para alejarte o acercarte en un mapa, por ejemplo) y el cuidado de la presentación y diseño de los interfaces es especialmente cuidado. Voy a incidir ahora en varios aspectos que me llamaron la atención.
Desde la propia pantalla puedes controlar los cinco asientos calefactados del coche, así como abrir y cerrar los maleteros (sí, porque tiene dos, ya entraremos más adelante en detalle). Es posible hasta configurar la iluminación del coche y ver en la pantalla que las luces están iluminadas. Pasión por el detalle. En este sentido Mark me comentaba que Tesla seguía una estrategia parecida a Apple: no ser demasiado innovadores en el fondo (ya existían coches eléctricos con baterías de ión-litio, pero no tan chulos y sencillos de usar).
El hecho de poder ver cada configuración con tanto nivel de detalle hace que sea muy sencillo saber qué estás cambiando en cada momento, porque lo ves. Un detalle importante es que han mantenido en la parte baja siempre los mandos del climatizador, una de las funciones más usadas en el coche… para no perderse.
Hace ya un tiempo Elon Musk aseguraba que la ansiedad de autonomía se iba a acabar con el Tesla. Muchos esperaban que se anunciase una mayor eficacia de las baterías, pero no. Se trató de una “simple” actualización de software, que conectaba navegador con la información de carga de batería. Viendo su funcionamiento me sorprendió para bien.
En el navegador te indica los puntos de recarga conocidos (guardados por el usuario) a los que puedes llegar con la carga que te queda. A medida que recorres km en una dirección van apareciendo y desapareciendo. Pero lo mejor es marcar un destino en el navegador y dejar que el propio coche calcule. Colocamos Plasencia, un destino que Mark había visitado recientemente. El coche, además de la ruta, te indica qué porcentaje del viaje puedes viajar a fondo, cuánto debes ir más tranquilo para gastar menos energía… y puntos de recarga cercanos.
Como el coche cuenta con una tarjeta SIM, estas actualizaciones se realizan de forma automática. El coche gana funciones de manera remota, sin tener que acudir a un taller o concesionario. “Mientras duermes”, en palabras de Elon Musk.
¿Y los supercargadores? Sí, deberían aparecer, pero en España todavía no han llegado, por lo que hay que esperar. En esta red de electrolineras los propietarios podrán recargar sus vehículos de forma gratuita (las versiones más altas de gama, como la de Mark, lo incluyen de serie), o bien cambiar sus baterías en apenas tres minutos (en un futuro). Este sistema, que intentó desarrollar Better Place es realmente interesante. Pregunté a Mark si su unidad podría beneficiarse de él. Sí, el coche está pensado desde el inicio para ello. De hecho, los robots que sacan esas baterías del coche y colocan unas nuevas en un tiempo récord son los mismos que ensamblan el Model S. Visión de futuro.
Pero hay más vida en el interior del Tesla más allá de la interminable pantalla vertical. El cuadro de mandos es también digital, dividido en tres secciones (equipo de sonido, navegador y consumo de energía), mostrando lo justo, de forma muy clara.
El volante, grande y con un aro ancho que da gusto asirlo, apuesta también por el minimalismo. Es de tres radios y cuenta con apenas un par de mandos, el control de volumen a la izquierda y comandos por voz y llamadas de teléfono y un giratorio a la derecha, personalizable. Tras él se sitúa el selector de marcha, al estilo de los Mercedes Benz de antaño (de hecho, es el mismo selector de tipo palanca).
Se hace extraño en una berlina, que suelen apostar por un puesto de conducción “encerrado” entre la puerta y consola central, todo ese espacio que queda entre las plazas delanteras, en las que apenas se ha colocado un reposabrazos que integra un espacio para dejar un par de bebidas.
Detrás también hay bastante espacio. No hay túnel de transmisión y eso deja mucha amplitud para incluso tres personas (el del centro, como es habitual, irá algo más incómodo). El hecho de que los asientos estén muy bajos obliga a viajar con las piernas bastante estiradas y la línea del techo penaliza algo la altura, no demasiado alta para personas que midan más de 1,80 metros.
En cuanto a calidades, el salpicadero está forrado en piel, con superficies de fibra de carbono y marcos cromados que se repiten en las puertas, con un estilo bastante sueco. He de reconocer que los modelos de los marcas de lujo tienen unos acabados más finos, fruto de la experiencia de años cuidando del espacio de viaje de sus acaudalados clientes. Tesla ha apostado por diferenciarse con la tecnología y no entrar en los acabados súper exquisitos (por el momento).
Maletero
Una berlina de cinco plazas… y con un inmenso maletero de 740 litros. Cuando hablamos de coches eléctricos o de coches híbridos enchufables solemos hacer hincapié en el espacio que las baterías roban al cofre de carga. Tesla, con su solución de colocar las baterías bajo el piso ha podido dar ese extra de espacio que otros fabricantes, por emplear plataformas antiguas, pensadas para otros sistemas de propulsión, no han podido. Tiene un sistema de apertura eléctrico y puede abrirse desde el interior del coche (en la pantalla). Cuenta con un botón en el portón para cerrarlo.
Y sí, los asientos pueden abatirse (en dos partes), para formar una espacio de carga enorme que alcanza los 1.8 69 litros. A la altura de los coches más prácticos del mercado. Cuando realicé la operación, que se hace de forma muy sencilla, no podía creer que fotografiando el maletero de una berlina de corte deportivo. Pero hay otras dos sorpresas que enamorarán a los más prácticos.
La primera llega en forma de dos plazas extras, opcionales. Son útiles para niños y se esconden bajo el piso del maletero. Tienen una particularidad, que se viaja en ellas en el sentido contrario a la marcha. De otro modo, no habría espacio suficiente para las cabezas por la forma de la carroceria. Los pies se colocan en el lugar donde se ocultan las plazas y Mark me confesó que algún adulto no muy grande podría usarlas ocasionalmente. Tienen hasta su propio lugar para dejar bebidas.
La segunda de las sorpresas llega en el momento de abrir el capó delantero. Bajo él se ubica un segundo maletero, de 150 litros de capacidad. El espacio que existe tras la red de separación se ha perdido en la versión de cuatro ruedas motrices. Pero contar con un maletero similar al de un familiar medio (o incluso más) y añadir otro mayor que el que oculta un superdeportivo, Porsche 911 o un Audi R8, por citar dos modelos con esta solución.
Motor
Hace tiempo te contamos todos los entresijos de la gama del Tesla Model S. Pues bien, nos hemos subido a uno de los pata negra, el Tesla Model S P85+ (Performance Plus), el modelo con mayor autonomía (502 km en la actualidad), gracias a su batería con 85 kWh. Se basa en la versión 85D, que tiene 362 CV, pero que, gracias a un inversor más potente y aprovechando la máxima potencia que pueda extraerse de su batería, este P85+ tiene 422 CV de potencia y prestaciones del nivel de las mejores berlinas deportivas. Y sí. Estamos hablando todo el tiempo de un coche eléctrico.
Son 422 CV eléctricos (310 kW) a los que acompaña un par de 600 Nm que se entregan desde 0 km/h. Así es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en tan solo 4,4 segundos. Una cifra que lo coloca prácticamente al nivel del BMW M5 (4,3 segundos), que emplea un motor de 560 CV y una buena cantidad de gasolina.
Modelo | Baterías | Autonomía | Potencia | 0-100 km/h | Velocidad punta | Precio |
60D | 70 kWh | 442 km | 302 CV | 5,4 seg | 225 km/h | 66.800 € |
85D | 85 kWh | 502 km | 422 CV | 4,6 seg | 250 km/h | 75.600 € |
P85D | 85 kWh | 480 km | 700 CV | 3,3 seg | 250 km/h | 93.400 € |
En el cuadro superior puedes ver también cómo es la versión de acceso, El Model S 60D, ya cuenta con un interesante motor de 225 kW (302 CV) y prestaciones interesantes, con una autonomía muy competente. La joya de la corona es el Tesla Model S P85D, un auténtico salvaje que cuenta comn el modo “Insane”, capaz de dejar estas caras a los pasajeros cuando colocas la cámara en el interior del coche.
Comportamiento
Y llega el momento de la verdad. El Tesla Model S ya sabe que estamos dentro. Ha detectado la «llave» y como tiene un sensor en el asiento, sabe también que un conductor está preparado para conducir. El coche está listo y lo percibes en cuanto las luces de las pantallas comienzan su función. Si, hemos dicho que está listo ¿O esperabas acaso el sonido de un motor de combustión? No hay que pulsar siquiera un botón de arranque. Tan solo seleccionar la marcha que desees en el selector (que recordé por qué Daimler lo ha desechado, qué poco intuitivo es), y circular. Suavemente.
No voy a aburrirte contándote lo bien que se mueve en ciudad y a velocidades tranquilas. Es obvio… y más interesante contar la sensación que produce pisar el acelerador a fondo. No hay una patada de fuerza infinita, sino que es muy progresiva, pero a un nivel muy alto desde el primer momento. Ahí tienes los 422 CV y 600 Nm entregados al eje trasero. Créeme: es necesario dejar espacio libre a los coches que te preceden… tu morro estará de nuevo pegado a su trasera en mucho menos tiempo del que imaginas.
Pero las curvas existen… y es necesario tomar alguna. Y ahí me sorprende gratamente su comportamiento. No se trata de un superdeportivo (tampoco pretende serlo), pero es capaz de ir muy rápido en zonas reviradas. Me recordó a otra berlina deportiva que había probado hacía un tiempo por la mísma vía, el Maserati Quattroporte GTS. El Tesla lo conduje mayoritariamente en el modo Sport, el más deportivo, que afina su dirección, y la carrocería va en el lugar más bajo posible. Una delicia.
En una conducción más normal, el Tesla Model S saca a relucir todo su lado más confortable. El motor hace un ligero ruido (más del que esperaba, como una especie de silbido, sobre todo en aceleraciones fuertes), pero prácticamente todo el ruido que llega al habitáculo es del de rodadura y aerodinámico. En ese sentido, busqué si había algún tipo de ruido artificial para avisar a los peatones de nuestra presencia, algo que me había gustado en la prueba del Mitsubishi Outlander PHEV. No lo tiene, ya que no está obligado a ello por ley. Y tiene lógica, porque hoy en día los motores de gasolina son también muy silenciosos. Y no digamos si hablamos del motor de un Rolls Royce, por ejemplo. ¿También ellos deberían estar obligados?
El contacto fue tan corto que no tuvimos la oportunidad de probar cómo se carga. El punto de carga me fascinó, ya que se oculta en las ópticas traseras del lado del conductor. Lógicamente, el coche también recarga sus baterías en las frenadas y deceleraciones, como es habitual en los eléctricos. Conduciendo con un poco de cabeza y previsión, es posible no tener apenas que tocar el freno, una vez que le coges el tranquillo. Otros eléctricos, como el BMW i3 que probamos, me dio la sensación de que retenía incluso más el coche, pero el grado de retención es configurable en el Model S (también en el BMW) y es posible que frene de otro modo en un programa distinto, que permita jugar menos con las inercias.
Veredicto coches.com
Normalmente, cuando la gente sabe dónde trabajo, una de sus primeras preguntas es cuál es el mejor coche que he conducido. A partir de ahora diré que el Tesla Model S. Lo tiene todo: diseño deportivo sin estridencias, muy elegante, espacio más que suficiente, prestaciones a raudales, tecnología y además… es barato.
De acuerdo, no para todos los públicos, ni mucho menos, pero la carga sigue siendo mucho más barata que lo que cuesta «dar de beber» a las alternativas de combustión de un nivel de prestaciones similar. Y no hablemos de mantenimiento. Nulo. La mayoría de las «reparaciones» se hacen online y en los más de 65.000 km no se ha gastado ni un euro en un taller. Ni filtros, ni aceites… ¿Sabes lo que cuesta una revisión rutinaria, cada 15.000 o 20.000 km de un coche de alta gama? Hablamos en algunos casos de miles de euros. Ahora multiplica por tres. Y este coche puede aparcar gratis en el centro de Madrid, circular por el Bus-VAO incluso si va solo… pequeños beneficios extra de apostar por la movilidad limpia.
A la hora de enfrentarse a un viaje largo, Mark me daba la respuesta. Ha recorrido prácticamente toda España, ha ido a Escocia en él, planeaba un viaje a Montecarlo a ver la Fórmula E… Sí, eso ha implicado en numerosas ocasiones programar muy bien los viajes… y no importarle hacer noche en ocasiones. Mark ha peleado para que la red de Paradores Nacionales cuente con puntos de recarga y se sabe ya todas las casas rurales que disponen de uno. Es también una forma de conocer a gente que apuesta por una filosofía distinta, que quizá no vale para todo el mundo, cierto.
En su contra… pues lógicamente, que todavía no haya un servicio oficial de la marca en España, lo que sin duda echará para atrás a mucha gente… En el tiempo que lleva con el coche, a Mark le dieron un golpe. Hay que localizar a expertos en carrocerías de aluminio (no se notaba en absoluto, eran buenos), pero su mercado quedará hasta entonces reducido a estos primeros valientes que osan cruzarse Europa en pos del mejor coche eléctrico que se ha fabricado hasta la fecha.
- Dinamismo y autonomía en modo eléctrico
- Tecnología en el interior
- Espacio y soluciones prácticas inauditas en un coche deportivo
- Limitación de altura en las plazas traseras
- Dificultad de adquisición (por ahora)
- No disponibilidad de servicio técnico oficial, por si las moscas
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