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Ferrolineras
Rubén Mendoza

¿Qué son las ferrolineras?

La transición hacia el coche eléctrico se está encontrando con un obstáculo importante que nada tiene que ver con los propios vehículos. El precio o el desconocimiento de cómo será el aguante de los eléctricos y sus baterías no crean tantas dudas en los potenciales compradores como la falta de infraestructuras para la recarga. Ante este problema surgen soluciones como la de emplear la energía de los trenes para esta labor. Acompáñanos para descubrir qué es son las ferrolineras.

España se sitúa a la cola de Europa en relación a las infraestructuras de recarga de los vehículos eléctricos. Este déficit es todavía más evidente fuera de las grandes urbes o núcleos poblacionales. Cataluña, Asturias y Madrid tienen el mayor número de puntos de recarga, pero aún así se sitúan por debajo de la media europea y a una gran distancia de países como Noruega u Holanda que se sitúan en la vanguardia. Este miedo a no tener dónde poder enchufar tu coche es un gran problema para aquellos que no verían con malos ojos dejar la combustión y pasarse al eléctrico.

¿Qué son las ferrolineras?

Para solventar el problema de la infraestructura de recarga se han pensado soluciones. Una de las que están más cerca de hacerse realidad es la de las ferrolineras. Aunque el término pueda resultar desconocido para muchos, la realidad es que es una idea que ya tiene bastantes años en sus espaldas y es que el proyecto ya se presentó hace diez años. Sin embargo, a día de hoy, nada se ha visto de ello.

Esto puede cambiar en un futuro cercano. Adif, la entidad pública encargada de la construcción y gestión de las infraestructuras ferroviarias, quiere llevar a cabo la idea que ya presentó hace una década. Si funcionara, podrían habilitarse puntos de recarga en las 1568 estaciones de la red ferroviaria.

Y es que la teoría es muy simple. Se trata de almacenar la energía que produce un tren al frenar. La energía que produce el tren en la deceleración es enviada a la catenaria que la transporta a un convertidor que transforma la energía eléctrica de alta tensión (AT) en baja tensión (BT) sin afectación al tráfico ferroviario. Esta energía es almacenada y enviada al punto de recarga donde los vehículos eléctricos pueden conectarse.

El almacenamiento se realiza mediante un volante de inercia, una batería mecánica que, básicamente, es una masa que rota sobre un eje. Este volante se mueve por la acción de un motor eléctrico que tiene acoplado y que se nutre de la energía de la catenaria. El volante comienza a girar hasta su velocidad nominal de 6.500 rpm. Al llegar a ese punto, el volante deja de alimentarse y espera a ser descargada.

El proceso de descarga funciona a la inversa. El volante recibe la consigna de descarga y el motor acoplado actúa de generador. El volante reduce su velocidad en el proceso de descarga mientras que el motor entrega energía a la catenaria para que sea aprovechada por otros trenes o lo envía a un punto de recarga donde un vehículo enchufado recibe la energía en su batería.

Estos puntos de recargas se situarían en las inmediaciones de las estaciones, ya son el lugar donde los trenes deceleran. En una estación convencional, este sistema permitiría dos recargas simultáneas de baja o alta velocidad. En este último caso los coches podrían ver su batería completa en una hora. Las opciones de carga lenta están pensadas para aquellos que dejan su coche aparcado en la estación durante toda la jornada de trabajo. A lo largo del día, se podrían recargar unos 100 vehículos.

¿Cuándo estará en funcionamiento?

Aunque las ferrolineras sean un concepto todavía desconocido, lo cierto es que ya son algo real. La más antigua ha cumplido incluso dos años ya. En 2018 se abrió en el aparcamiento de la Estación María Zambrano de Málaga la primera ferrolinera de España y del mundo. A esta ciudad la acompañó Santander en marzo de 2019.

La intención de Adif es que, para 2022, las ferrolineras estén ya extendidas por todo el país. En esta primera fase se deberían crear 400 puntos de recarga rápida en estaciones de la red convencional y de la alta velocidad. Para llevar a cabo este proyecto, la entidad ferroviaria está intentado que otras empresas energéticas, como eléctricas o petroleras, se sumen al proyecto. Estas serían las encargadas de la explotación de los puntos de recarga, así como de su adaptación y mantenimiento. Adif está estudiando los puntos de interés para el mercado para concentrar las licitaciones en ellos.

Queda poco para que se cumpla este plazo y habrá que ver en qué queda el proyecto. España necesita más infraestructura de recarga para que la transición al eléctrico pueda ser una realidad. Es importante no caer en los errores de siempre y no dejar de lado a la llamada España vaciada, algo que puede suceder si las licitaciones se hacen únicamente atendiendo a los intereses de mercado. Si se hace bien, las ferrolineras, una patente de la española Adif, pueden ser una gran opción para el proceso de electrificación y de transición a las cero emisiones.

Fuente: Adif, Híbridos y Eléctricos, Cinco Días.

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