Rimac es un pequeño fabricante croata que es bien conocido desde sus inicios ha sido conocido por centrarse en los vehículos eléctricos de alto rendimiento. En 2018 sorprendían al mundo con la presentación del Rimac C_Two, su prototipo más aspiracional hasta la fecha, con el que pretendían romper todos los récords. Desde entonces se ha estado trabajando en ese ejemplar, del que sale la versión de producción. Ha sido bautizado como Rimac Nevera y se muestra más impresionante que nunca.
Aunque el nombre no acompañe demasiado entre el público hispanohablante, lo cierto es que hace referencia a una poderosa tormenta mediterránea que se forma frente a las costas de Croacia. El Nevera quiere convertirse en otra fuerza de la naturaleza gracias a su potencia de 1.914 CV y 2.360 Nm de par que consiguen de forma conjunta sus cuatro motores eléctricos, situados uno en cada rueda. Es más del doble de lo que suelen entregar los superdeportivos de combustión tradicionales y eso también hace que sus prestaciones sean estratosféricas.
Este Rimac Nevera acelera de 0 a 96 km/h en 1,85 segundos, de 0 a 161 km/h en 4,3 segundos y alcanza los 300 km/h desde parado en 9,3 segundos; mejorando las estimaciones iniciales del prototipo. Esto le vale para completar el cuarto de milla en 8,6 segundos y podría seguir hasta los 412 km/h que tiene como velocidad máxima. Como decíamos, cifras que parecen de otro mundo y que nos hacen olvidar por momentos que se trata de un eléctrico.
La batería que monta el Nevera es una diseñada desde cero por Rimac que sorprende por rendimiento. Tiene una capacidad de 120 kWh gracias a sus 6.960 celdas, cuenta con refrigeración líquida y está hecha de litio, manganeso y níquel. Con su forma de H, forma parte del núcleo del superdeportivo, con lo que aporta un 37 % de rigidez a su monocasco de fibra de carbono y sirve para bajar el centro de gravedad. Gracias a ella consigue 550 kilómetros de autonomía y acepta cargas rápidas de hasta 500 kW, con lo que podría llegar al 80 % de capacidad en 22 minutos.
El comportamiento queda supeditado al sistema All-Wheel Torque Vectoring 2 (R-AWTV 2), que es la alternativa a los controles de estabilidad y de tracción tradicionales. Lo que hace es ir leyendo la carretera y haciendo más de 100 cálculos por segundo para ir entregando a cada rueda el par necesario. Se va adaptando a los modos de conducción, permitiendo elegir entre Range, Comfort, Sport, Track, Drift y dos personalizables. Cambian también el tarado de la suspensión de doble horquilla con amortiguadores controlados electrónicamente y de la dirección con sistema drive-by-wire.
El Rimac Nevera pone un poco de cordura con un sistema de frenado firmado por Brembo, que cuenta con discos carbocerámicos de 390 mm y pinzas de seis pistones. También ha recibido algunos cambios exteriores para favorecer su aerodinámica, mejorando la eficiencia en un 34 % respecto al prototipo. Para ello cuenta con un buen número de elementos activos que permiten dejar pasar más o menos aire en función de las necesidades.
El habitáculo biplaza del Rimac Nevera destaca por su calidad y tecnología. Cuenta con tres pantallas TFT para ofrecer una completa información al conductor y al acompañante en todo momento. La conectividad es muy completa gracias al sistema Rimac M2M y a la aplicación móvil de la marca. Entre su tecnología destaca el Driver Coach, un entrenador para pilotos que utiliza la inteligencia artificial para ayudar al usuario a mejorar su conducción.
De este ejemplar apenas se harán 150 unidades y su precio estará a la altura de su exclusividad. Se habla de 2 millones de euros por unidad, antes de impuestos.
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