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Škoda 1100 OHC Coupé (5)
Luis Blázquez

Škoda 1100 OHC Coupé, un olvidado que vuelve a la vida

Este es el Škoda 1100 OHC Coupé. Estamos hablando de un vehículo construido en los años 50, y solo se hicieron dos unidades como la que ves en pantalla. Ambas han perecido en el olvido del entusiasta durante muchos años, hasta que la firma checa ha decidido restaurarlos. Todo ello de acuerdo con la documentación histórica y aunando en el proceso la tecnología punta, y técnicas tradicionales para la construcción de la carrocería.

Antes de ser restaurados, la pareja era prácticamente desconocida, ya que uno de ellos sufrió daños irreparables tras un incendio después de chocar, y todas las piezas y componentes que sobrevivieron fueron desmanteladas. El eje trasero con la caja de cambios integrada, que era único en su tipo, se envió al Museo Técnico Nacional de Praga y luego se donó al Museo Škoda hace un cuarto de siglo. En cuanto al otro ejemplar, se estrelló. Afortunadamente sin tantos daños, pero no impidió que su dueño hiciese algunos cambios.

Pero vayamos al meollo de la historia. La planificación del Škoda 1100 OHC (con la designación interna 968) estaba destinada principalmente a carreras de circuito de resistencia. Comenzó en la primavera de 1956, y a finales de 1957 se completó la primera de dos copias con carrocería abierta de poliéster reforzado de fibra de vidrio (PRFV). Entre 1959 y 1960, los diseñadores de la marca continuaron trabajando en el proyecto 968 y crearon dos Škoda 1100 OHC de techo cerrado, donde se utilizaron componentes de otros modelos de producción.

Sin embargo, a diferencia de los Škoda Sport y Supersport, creados a finales de la década de los 40, el coche ya no se basaba en un chasis de tubo central con horquillas para montar un motor OHV en la parte delantera. En su lugar, el Škoda 1100 OHC Coupé se benefició de un chasis de tipo armadura, ligero pero rígido, soldado a partir de finos tubos de acero. Las ruedas frontales utilizaron una suspensión trapezoidal, que constaba de dos brazos triangulares dispuestos uno encima del otro, mientras que la zaga recibió una configuración de brazo tirado.

El motor estaba ubicado detrás del eje delantero y, junto con la unidad de ensamblaje formada por el diferencial posterior y la caja de cambios de cinco velocidades, lograba una distribución de peso casi ideal. El manejo del dinámico era sobresaliente. En cuanto al bloque en sí, el 1100 OHC Coupé estaba propulsado por una unidad de cuatro cilindros atmosférica. Con la relación de compresión de 9,3:1, dos carburadores, encendido por batería de doble dínamo de Bosch, magnetos Scintilla y muchas otras modificaciones, era muy bueno en su clase.

Su potencia era de 92 CV a 7.700 rpm, con unos impresionantes 85 CV por litro de cilindrada; en momentos puntuales, podría alcanzar hasta 8.500 rpm. En función de la relación de cambio general, que podía ajustarse según la pista de carreras específica, el biplaza con carrocería de aluminio y un peso en vacío de solo 555 kilos alcanzaba una velocidad máxima de alrededor de 200 km/h. Los frenos de doble circuito siempre aseguraron una desaceleración efectiva y, para reducir la masa no suspendida, se montaron tambores traseros en el diferencial.

La carrera deportiva de los dos Škoda 1100 OHC Coupé fue breve, de 1960 a 1962. En 1966, se vendieron a compradores privados cuando ya no se les permitió competir debido a los cambios en los reglamentos técnicos, lo que resultó en el final de la categoría de “menos de 1.100 cm3. Posteriormente, ambos coches quedaron destrozados en accidentes de tráfico. El propietario del primero, cuyos componentes sobrevivientes se usaron en la reconstrucción, reemplazó el motor del 1100 OHC con un cuatro cilindros OHV de un Felicia de producción.

El segundo coupé se incendió en un accidente. El conductor logró escapar del vehículo, pero la carrocería de aluminio sufrió daños irreparables. Como decíamos al comienzo del artículo, el eje trasero fue desmontado y llevado a la colección del Museo Técnico Nacional de Praga antes de ser donado al Museo Škoda hace 25 años. Por suerte, la documentación técnica original fue crucial para el éxito del proyecto. Casi todo permanecía en el archivo de Škoda Auto, incluida una explicación de cada sección y un dibujo explicativo para la instalación de piezas.

Los componentes mecánicos originales tenían muy poco desgaste, ya que el coche solo había participado en algunas carreras. La renovación de toda la estructura, junto con un radiador, el depósito de combustible y otros elementos recién reconstruidos, se terminó a finales de 2015. La idea era exhibir el chasis en el Museo Škoda junto al modelo descapotable. Sin embargo, se decidió en cambio reconstruir el coupé como un vehículo completamente funcional.

La tarea más desafiante fue reconstruir la carrocería de aluminio. El diseñador original fue el ex diseñador de la fábrica Jaroslav Kindl. Los carpinteros de entonces construyeron una maqueta en madera según sus documentos. Un grupo de empleados metalúrgicos martillaba los paneles de aluminio a mano y luego soldaba o remachaba individualmente. Durante reconstrucción, el equipo del taller de restauración del Museo Škoda trabajó en estrecha colaboración con el Centro de Prototipos de Škoda Auto.

Basándose en escaneos de los dibujos 2D a escala de 1:1, se creó una cuadrícula tridimensional que luego se procesó visualmente. Las formas de los componentes individuales se examinaron minuciosamente y se corrigieron. Por ejemplo, delante del coche y cerca de las luces traseras. Se compararon fotografías históricas con los bocetos y el modelo 3D. Luego, los expertos pudieron ver el coche desde todos los lados en el estudio y hacer ajustes. Se crearon modelos en miniatura seguidos de modelos de las esquinas delanteras y traseras de la carrocería a escala 1:1.

La carrocería se creó a partir de láminas de aluminio de 0,8 milímetros y 1 mm de espesor que se soldaron manualmente y se moldearon para dar forma en la reconstrucción. Originalmente, ambos coupés eran únicos y presentaban un acabado anodizado. En la pista, sin embargo, este tratamiento no demostró ningún beneficio, por lo que ambos coches fueron pintados de rojo a mediados de la temporada de 1962. Como curiosidad, algunos componentes vienen de otros modelos de Škoda, como el volante de un Popular o el bombín del Octavia.

Fuente: Škoda

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