Las iniciativas con el hidrógeno de Toyota no se limitan solo a la tierra firme. Después de todo, el transporte marítimo es un gran contribuyente a los gases de efecto invernadero. Desde que partiese en junio de 2017 desde el puerto de Saint-Malo, Francia, el Energy Observer es un buque del futuro que no solo no contamina, sino que emplea el propulsor de pila de combustible desarrollado por la firma de Aichi.
Como ya analizamos en su día, existen problemas inherentes con el hidrógeno a la hora de usarlo como combustible para automóviles. Es increíblemente costoso y requiere de mucha energía, es difícil de presurizar y transportar, y su infraestructura está mucho menos desarrollada que cualquier otro tipo de forma de movilidad, véanse los combustibles fósiles o la electricidad. Unos pocos fabricantes, como Toyota, Honda y Hyundai han apostado por ello, pero todavía suponen una pequeña porción en el mercado automotriz.
Sin embargo, el Energy Observer con motor Toyota está demostrando que el hidrógeno podría ser la mejor forma de moverse por alta mar. La firma nipona ha adaptado lo que aprendió del Mirai (del cual ya hay una nueva generación en camino) al antiguo catamarán de carreras que ahora viaja por el mundo predicando el evangelio de los vehículos marítimos movidos por pila de combustible. Puede que no sea tan rápido como antes, pero sin duda es mucho más eficiente.
Para moverse utiliza una pareja de turbinas eólicas y una amplia gama de células fotovoltaicas para impulsar la embarcación y proporcionar energía a su proceso de electrólisis para generar hidrógeno a bordo. El agua de mar se disuelve esencialmente en sus componentes y el hidrógeno aislado se captura para ser empleado dentro del generador eléctrico. El proceso no emite más que oxígeno y agua por el “tubo de escape”; el combustible es el océano, y en mar abierto significa gasolina gratis siempre.
“Estamos muy orgullosos de embarcar el sistema de pila de combustible de Toyota en nuestros pasajes oceánicos y probarlo en las condiciones más difíciles. Después de tres años y casi 20.000 millas náuticas de desarrollo, el sistema de suministro y almacenamiento de energía ahora es fiable y esperamos con ansias el siguiente paso del proyecto: obtener un sistema duradero y asequible disponible para nuestra comunidad marítima”, dice Victorien Erussard, capitán del Energy Observer.
Y es que resulta que el hidrógeno es una de las apuestas más fuertes de Toyota para un futuro a corto y medio plazo. “Este proyecto muestra que la tecnología Toyota Fuel Cell se puede utilizar en cualquier entorno y se puede extender a muchas oportunidades comerciales. Siempre es inspirador trabajar con personas que buscan los mismos objetivos y este proyecto respalda aún más nuestra visión de una sociedad del hidrógeno”, explica por otro lado Johan van Zyl, presidente y CEO de Toyota Motor Europe.
El transporte y la pesca comercial son responsables de casi mil millones de toneladas de CO2 anuales, o casi el 3 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Ante esta perspectiva, Japón se ha comprometido a impulsar su industria pesquera con una adaptación a gran escala del hidrógeno. El gobierno promete una reducción del 15 % en las emisiones de la industria naviera para 2030, y este tipo de tecnología podría lograrlo mucho más rápido.
Ahora, el sistema se somete a pruebas de alta presión en el mar antes de que el Energy Observer continúe con su misión oficial de visitar 101 puertos en 50 países en los próximos seis años para difundir información sobre la energía limpia. Hasta ahora, el barco ha registrado ya 18.000 millas náuticas (algo más de 33.300 km), 25 países y 48 puertos. Próximamente volverá a tomar salida en el puerto de Saint-Malo para el inicio de su Tour 2020.
Fuente: Toyota
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