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Rubén Mendoza

Historia del Toyota Supra: Deportividad y lujo van de la mano

En la actualidad, puede que el nombre de Toyota esté más asociado en el imaginario colectivo a su importante apuesta por la hibridación de sus modelos, perfectos para circular por espacios urbanos. Sin embargo, no siempre ha sido así. La marca japonesa contó con uno de los deportivos más icónicos del mercado. Por suerte, su desaparición no fue para siempre y, en el 2019, volvió como nuevo a las carreteras. Esta es la historia del Toyota Supra.

Para ir al comienzo de este icónico modelo hay que retrotraerse hasta los años setenta y observar lo que estaban haciendo las otras marcas japonesas. En el Z de Nissan se puede encontrar la necesidad de Toyota de sacar al mercado un auténtico deportivo que hiciera las delicias de los aficionados al motor. Ese solo fue el inicio, pero el Toyota Supra ha recorrido un largo camino por la historia hasta llegar al modelo de 2019.

Toyota Celica Supra A40

Como se puede ver en el nombre, el Supra no fue una creación completamente original, sino que fue una adaptación del Toyota Celica. De hecho, en el mercado japonés salió con el nombre de Toyota Celica XX en 1978. El Celica era un modelo más pequeño. Sobre su base, fabricaron un deportivo más largo, más ancho y, sobre todo, más potente.

Sin embargo, lejos de diferenciarse por su comportamiento deportivo, el verdadero éxito del Supra estuvo en lo relacionado al confort. Los acabados de lujo del interior eran lo que de verdad marcaban la diferencia, ya que su conducción poco tenía que ver con lo que se podía encontrar a los mandos de un vehículo verdaderamente deportivo. Pasaba de 0 a 100 en 10,2 segundos. El Toyota Supra se sentía mejor con la etiqueta de Gran Turismo.

El supra había aumentado 19,5 cm su distancia entre ejes con respecto al Celica. Esto hacía posible la inclusión de un motor de seis cilindros, con 2,6 litros y 110 cv. Podía contar con cambio manual de cinco marchas o automático de cuatro. Cabe decir, que fue el primer motor en serie de Toyota que equipó inyección electrónica. El vehículo contaba con suspensión a las cuatro ruedas y, también, frenos de disco en todas ellas.

Entre las grandes novedades que incorporaba el modelo, se encontraban los elevalunas eléctricos, un cierre centralizado o, incluso, un control de velocidad y techo solar. En 1981, el modelo vivió una actualización. Los 2,6 litros aumentaron hasta 2,8 llegando a los 117 cv.

Toyota Celica Supra A60

Solo un año después de la actualización, en 1982 llegaba la siguiente versión del Toyota Supra. Esta segunda generación seguía al amparo del Celica, aunque las diferencias cada vez eran mayores. Sin embargo, el proceso fue el mismo. Alargar la distancia entre ejes para poder incorporar el motor de seis cilindros.

Estéticamente, el Supra incorporó un elemento muy icónico como fueron sus faros escamoteables. El capó era verdaderamente inclinado, favoreciendo a estas líneas verticales el conjunto del vehículo.

El motor de seis cilindros seguía siendo de 2,8, aunque venía impulsado por un doble árbol de levas. La potencia llegaba ya a los 145 cv, con 210 newton metro de par, haciendo el 0 a 100 en 8,8 segundos. También existió una versión más potente atmosférica, que producía 181 caballos.

Aunque su nueva suspensión trasera independiente favorecía la deportividad, el Supra seguía destacando por su confort y sus detalles de lujo: un pequeño ordenador a bordo, climatizador automático… El modelo estaba disponible en dos acabados: el Performance y el Luxury.

Toyota Supra A70

En 1986 llegaba al mercado el nuevo Supra. Por primera vez, lo hacía solo; ya no tenía acompañante en el nombre. Celica y Supra se habían separado para siempre. El nuevo e independiente Supra estrenaba una nueva plataforma exclusiva. Al fin podía encontrar su verdadero camino.

Aunque este A70 no fue el que verdaderamente reventó el mundo del automóvil, sí que fue la pieza necesaria para lo que vendría después. Este modelo tenía unas líneas más suaves y empezaba a incorporar algunas curvas. Aunque seguía manteniendo el estilo hatchback, la parte trasera estilo targa favorecía la imagen de convertible. El coche era muy bajo y largo, y seguía manteniendo los fatos escamoteables.

El motor 3.0 de seis cilindros con árbol de levas conseguía 200 cv. Un año después, esta potencia se vería incrementada gracias a la inclusión de un turbocompresor con el que se llegaba a los 230 cv para hacer el 0 a 100 en 6 segundos. El modelo ya incorporaba ABS y llevaba suspensión de doble horquilla tanto delantera como trasera.

Como siempre, el Supra se preocupó mucho del confort y del lujo. Las distintas actualizaciones que vivió esta versión incorporaron techo practicable, neumáticos más anchos, asientos de cuero sintético, nuevo sistema de audio, techo solar… entre otras muchas mejoras.

Toyota Supra A80

El que parecía que iba a ser el último Supra supuso una auténtica revolución. En 1993 llegaba la nueva generación del deportivo japonés que ahora apostaba por la estética cupé y targa. Las líneas rectas desaparecían del todo y el modelo mostraba una fluidez total. Sus famosos faros habían desaparecido.

El A80 era más corto que el anterior y había reducido su peso en casi 100 kilos. Para ello se usaron materiales ligeros e, incluso, las fibras de las alfombras eran huecas para reducir la masa.

El motor dio un salto brutal, ganando en prestaciones a modelos como el Corvette. Para ello empleó el conocido 2JZ, un motor de seis cilindros en línea que permitía al Supra producir 220 cv de potencia, que llegaban hasta los 320 cv en la versión biturbo. Contaba con un cambio manual de cinco velocidades (seis en el motor turboalimentado) o de cuatro en la opción automática. El 0 a 100 se redujo drásticamente hasta los 4,6 segundos.

Esta generación es la más recordada y apreciada de la historia del Toyota Supra, pero, sin embargo, no fue un gran éxito en lo que a ventas se refiere. Toyota estaba asociada a vehículos cómodos de uso corriente y puede que el público no llegara a ver apetecible hacerse con un gran cupé de la marca japonesa. Tampoco ayudaba el precio, que fue incrementado de manera importante con respecto a las generaciones anteriores. Por el motivo que fuera, el Supra dejó de fabricarse en 1998.

Toyota Supra A90: Una nueva historia

En 2018 llegaba la noticia. Se veía por primera vez una nueva generación del Toyota Supra que llegaba 20 años después de que se terminara con la producción de la anterior. Fue en 2019 cuando fue presentado oficialmente y salió al mercado. Nos encontrábamos ante un cupé tremendamente agresivo que había sido producido de la mano de BMW. De hecho, la marca alemana se quedó con la versión convertible bajo el nombre de Z4. Toda la información del Toyota Supra 2019 la puedes encontrar aquí.

En definitiva, el Toyota Supra es un ejemplo de cómo triunfar partiendo de ser una simple revisión de otro modelo. A lo largo de la historia del Toyota Supra, este ha sabido reinventarse y encontrar su camino. Más de 20 años después de la presentación de su anterior versión, el Supra ha vuelto con más fuerza que nunca. Si puedes hacerte con uno, puedes estar seguro de que no te defraudará.

Fuente: Toyota, Motor Authority, Retromotor, Periodismodelmotor.

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