Las fuentes de energía renovable van poco a poco sustituyendo a la electricidad generada por combustibles fósiles en el planeta. Eso sí, todo el mundo sabe que no siempre tenemos sol o viento, de ahí que el almacenamiento de energía gane enteros, bien con embalses de bombeo o con baterías. ¿Por qué no usar coches eléctricos, que conectados a estaciones de carga son en conjunto una batería enorme que podría cubrir las necesidades de toda una ciudad?
No somos los primeros a los que se nos ocurre. De hecho, hay programas en este sentido, como el que hemos conocido en la ciudad holandesa de Utrecht, que puede ser pionera en esta forma inteligente de poner en marcha una carga bidireccional.
Conocemos varias aplicaciones a nivel doméstico, donde dispositivos con sistema de carga V2H (vehículo a hogar) pueden convertir un automóvil eléctrico en una fuente de energía de respaldo capaz de hacer funcionar un domicilio durante días seguidos. Se ha hablado también en diversas ocasiones de trasladar este sistema a toda una ciudad desde los albores de la revolución de los vehículos eléctricos. Y tiene sentido, ya que las baterías que emplean los vehículos eléctricos tienen las características adecuadas para enviar rápidamente energía a la red y suavizar los picos de demanda.
¿Cuál era entonces el problema? Pues que, en su mayoría, los vehículos eléctricos son de propiedad privada. Muchos de sus dueños no quieren o ni siquiera piensan en instalar un cargador especializado tipo Wall Box, mucho menos uno que sea capaz de realizar una carga bidireccional, con su toma convencional les basta.
El plan holandés quiere acabar con eso. Se trata de una colaboración entre empresas. Por un lado, We Drive Solar que construye la tecnología de carga bidireccional de energía limpia y trabajan con Hyundai y Renault para garantizar que sus automóviles puedan hacer el trabajo. Por otro MyWheels, la empresa de viajes compartidos más grande del país, que conectará 300 de sus alrededor de 3.000 automóviles a la red a través de sus estaciones de carga.
Pongamos un ejemplo, el Hyundai Ioniq 5. Incluso la versión más sencilla, con una batería de 58 kWh tiene al menos 125 kW de potencia de descarga. Si todos estén enchufados, la red de la ciudad tendrá acceso a una potencia teórica de 17,4 MWh (megavatios-hora) de energía, a tasas de al menos 37,5 MW.
Esto es sin duda una ayuda inestimable para la red energética y, al mismo tiempo puede significar una nueva fuente de ingresos para la empresa de viajes compartidos. No supondría tampoco un problema para la gran mayoría de usuarios de estos coches, ya que incuso con la mitad de carga de la batería cubriría la gran mayoría de viajes que se realizan en ellos.
We Drive Solar dice que la flota de 300 automóviles se lanzará a finales de año, para crear la «primera ciudad bidireccional del mundo». No dudamos de que seguirán apareciendo iniciativas de este tipo… ¿Por qué no flotas públicas de camiones de basura, correos –nunca de emergencias– que puedan servir para este propósito? Ahí dejamos la idea.
Fuente: We Drive Solar