La tendencia SUV es imparable y queda patente en los números de ventas que consiguen los vehículos con este tipo de carrocería. Esta situación ha llevado a que haya poca originalidad y a que muchos coches sean parecidos entre ellos a pesar de pertenecer a marcas distintas. Precisamente de la necesidad de diferenciarse, nacen modelos como este Audi Q3 Sportback que hemos tenido la oportunidad de probar recientemente.
Todos pensaréis que el Audi Q3 (a secas) ya es un producto con buena reputación y una cuota de mercado bastante envidiable. Aunque a priori no existiera la necesidad de sacar una nueva versión diferenciada, en la marca de los cuatro aros han querido apostar por una estética más dinámica para todos aquellos usuarios que tienen al diseño como una de las prioridades de compra. También porque han visto los buenos resultados logrados con el Audi Q8, al menos nivel de imagen de marca. De hecho, ya se ha definido a este ejemplar como un ‘mini Q8’.
Se encuadra en esa nueva tendencia que está creciendo a pasos agigantados, la de los SUV coupé. Es algo que se destila, principalmente en los fabricantes premium, desde el lanzamiento de ese primer BMW X6 que llamó mucho la atención entre el público. Ahora se realiza el ejercicio en el segmento de los SUV compactos, dejando a este Audi Q3 Sportback prácticamente sin rivales y en una posición privilegiada. Vamos a comprobar si tiene lo que hay que tener para triunfar.
Exterior
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Sabemos que la expresión “SUV coupé” puede llegar a ser tremendamente contradictoria, pues une dos términos que son prácticamente opuestas. Así que vamos a tratarlo más como un vocablo marketiniano y a decir que, en este caso, consiste en la introducción de esa característica caída de techo de los coupés y de una zaga diferenciada. Es a partir del pilar B donde vemos las mayores diferencias de este Audi Q3 Sportback respecto al que no es Sportback.
Con la caída del techo se remodelan en pilar C y la luneta trasera, que van en una posición bastante más inclinada que en el modelo convencional. La zaga también queda rematada con un spoiler bastante prominente en el portón del maletero. Los pilotos traseros LED cuentan con un diseño muy reconocible, mientras que la zona inferior también ha sido rediseñada. Cuenta con una especie de difusor que va haciendo contraste y que oculta las salidas de escape.
Si volvemos a su diferenciado perfil, vemos que el Audi Q3 Sportback puede contar con llantas firmadas por Audi Sport, como es el caso de las de 20 pulgadas que monta nuestra unidad y que son clavadas a las que vimos en el Audi TT RS. En esta vista destaca la ausencia de barras de techo, algo muy de los SUV, al tiempo que se marcan más las nervaduras que atraviesan las puertas. Los pasos de rueda y las taloneras son de plástico negro, haciendo contraste con el resto de la carrocería.
Si nos movemos al frontal es más que evidente su parentesco con el Q3 convencional. Aquí apenas encontramos diferencias y vemos que el protagonismo se queda en la parrilla Singleframe octogonal (que es ligeramente más grande) y en esos faros LED que estrenaban diseño. El paragolpes y tomas de aire denotan deportividad, pues en el Q3 Sportback de serie tenemos las mismas formas que en el Q3 con el paquete opcional S line.
Aunque aparentemente el Audi Q3 Sportback no parece diferir en dimensiones con el modelo del que procede, lo cierto es que no es exactamente igual. Debido a esos paragolpes remozados y a la caída del techo, nos encontramos con que este ejemplar tiene una longitud de 4.500 mm (+ 15 mm), una anchura y 1.843 mm (- 13mm) y una altura de 1.556 mm (- 26 mm). La distancia entre ejes sí que se mantiene en los 2.680 mm originales.
Interior
Si en el exterior veíamos una diferenciación más que evidente, en el habitáculo no lo es tanto. En general vemos un diseño idéntico al de su hermano mellizo y solamente cambiarán aquellos detalles personalizables por cada usuario en su propia configuración. De esta forma, vemos una tecnología bastante actualizada y accesible. Ya de serie cuenta con el Audi Virtual Cockpit de 10,25 pulgadas, aunque opcionalmente se puede escoger una instrumentación de 12,3 pulgadas como la que aparece en nuestra unidad de pruebas.
Destaca por sus posibilidades de personalización y por tener una nueva vista (en la que no se aprecian demasiado bien las revoluciones). Su control es muy sencillo a través de los mandos del volante multifunción. Y para acceder a todo el infoentretenimiento tenemos la pantalla central, integrada en esa moldura bautizada como «Black Panel». De serie son 8,8 pulgadas, pero opcionalmente tenemos el sistema MMI Navegación plus con la pantalla táctil de 10,1 pulgadas y un mayor número de funciones.
Destaca por su manejo preciso (como si fuera la pantalla de un móvil) e intuitivo, con unos menús bastante simplificados y accesibles. Justo por debajo de la pantalla aparecen los controles de la climatización, ya con ruletas y botones analógicos, que quedan bien resueltos y son sencillos. Si seguimos bajando hay otra llamativa botonera para cuestiones más prácticas y relativas a la conducción, como puede ser los distintos modos seleccionables, el control de tracción o el aparcamiento asistido.
En general se podría decir que el habitáculo del Audi Q3 Sportback es minimalista y de calidad. Se ha trabajado mucho en los acabados de este SUV coupé y se pueden emplear materiales que esperaríamos en modelos superiores en la gama. En nuestra unidad destacaban detalles como el revestimiento del techo en color negro, la tapicería de cuero o las inserciones de Alcántara en algunas zonas. No termina de convencer precisamente ese Black Panel de la zona intermedia, muy sensible a ensuciarse.
Si pasamos a hablar de la habitabilidad, hay que empezar diciendo que en Audi abogaban por esa mejora en el diseño sin que haya una pérdida en la practicidad. En las plazas delanteras se cumple la premisa, pues los asientos (con ajustes eléctricos en nuestra unidad) son cómodos y tienen amplitud en todas las cotas, destacando el espacio para la cabeza. Aunque si pasamos a la segunda fila habrá alguna carencia lógica.
Lograr esa silueta coupé y hace que la accesibilidad a estas plazas sea algo peor, debido a la nueva forma del pilar C. Una vez dentro también da la sensación de tener menos espacio para la cabeza, aunque es más que suficiente para las estaturas medias. El espacio para las piernas es bueno y contamos con una banqueta con desplazamiento longitudinal que se mueve hasta 13 centímetros y también respaldos regulables en inclinación. Como es habitual, la plaza central es más incómoda por la carencia de forma y el túnel de transmisión, mejor viajar cuatro.
Maletero
Cuando abrimos el maletero del Audi Q3 Sportback sorprende que se mantenga exactamente la misma capacidad que en el Q3 normal. Son 530 litros bastante aprovechables gracias a esas formas rectilíneas, aunque la boca de carga sí que queda algo por encima. Si se desplazan los asientos traseros a su posición más adelantada, con los respaldos lo más vertical posible, se podrá obtener una capacidad de hasta 675 litros.
También hay algunos elementos que ayudan, como es el caso de las redes y los ganchos para fijar la carga o un piso del maletero que se puede fijar en tres alturas diferentes. Aquí no encontramos rueda de repuesto de emergencia, sino un kit antipinchazos y un generoso hueco. Si se abaten los asientos traseros se queda una superficie casi plana con 1.400 litros de capacidad, ahí si que algo menos que en el Q3 convencional, que tenía 1.525 litros.
Equipamiento
El equipamiento del Audi Q3 Sportback ya es bastante completo de serie. Hasta el modelo más básico contará con faros LED, llantas de 17 pulgadas, climatizador bizona, MMI Radio Plus con pantalla de 8,8 pulgadas, volante multifunción o retrovisores calefactados. En las ayudas a la conducción aparecen el Pre sense basic y el front o el aviso de cambio involuntario de carril. Su comportamiento estará mejorado por los modos de conducción del Audi drive select, por la suspensión deportiva y por la dirección progresiva.
Si se quiere una dotación mayor, se puede escoger el acabado Advanced (+ 2.800 euros). En este caso se suman los faros LED con intermitentes dinámicos traseros, las llantas de 18 pulgadas, portón de maletero eléctrico, sensor trasero o integración del smartphone. Por otros 2.000 euros adicionales está el acabado deportivo S line, que monta llantas de 19 pulgadas, inserciones cromadas, taloneras en contraste, difusor específico, asientos deportivos o revestimiento del techo en negro.
Sumando otros 2.000 euros se puede optar por el acabado tope de gama, que es el que montaba nuestra unidad de pruebas. Se trata del Black line, que añade las llantas Audi Sport de 20 pulgadas, molduras en negro brillante (en paragolpes, marco de la parrilla y marcos de las ventanillas), retrovisores y difusor también en negro o los cristales traseros oscurecidos. Además de estas líneas de equipamiento, también se ofrecen algunos paquetes interesantes.
Tenemos que destacar principalmente dos de ellos, que se pueden sumar a cualquier acabado. Por un lado, el paquete Confort (+ 1.500 euros), que cuenta con el espejo interior antideslumbrante, la cámara trasera, el Audi Parking System plus, la llave de confort, retrovisores exteriores calefactables y plegables o la banqueta trasera plus. Por el otro lado, el paquete Técnico (+ 2.500 euros) incluye el sistema multimedia MMI Navegación plus, el Audi Virtual Cockpit plus de 12,3 pulgadas y el Audi Sound System,
Motor
La gama de motores del Audi Q3 Sportback es bastante completa y tiene opciones tanto en gasolina como en diésel. En el primer grupo hay tres posibilidades. La primera es la versión 35 TFSI, con un motor de 1.5 litros de 150 CV, manual y tracción delantera. La segunda es la 45 TFSI con el motor de 2.0 litros y 230 CV, automático y tracción quattro. El tope de gama será el Audi RS Q3 Sportback que llegará a finales de año con el 2.5 TFSI de cinco cilindros y 400 CV de potencia.
Por la parte del diésel se mantienen dos opciones, ambas con el 2.0 TDI de cuatro cilindros. Por un lado está el 35 TDI, que desarrolla 150 CV, mientras que por el otro lado le sigue el 45 TDI, que llega hasta los 190 CV. En este caso, las dos versiones van ligadas a la transmisión automática S tronic de doble embrague y siete velocidades. El menos potente cuenta con la tracción delantera y el más potente con la total quattro.
De esta forma, nos encontramos probando el diésel de acceso, el Audi Q3 Sportback 35 TDI. Cuenta con el cambio automático y sus 150 CV y 340 Nm de par pasan directamente al eje delantero. Si nos fijamos en su ficha técnica antes de salir, vemos unas prestaciones que pasan algo desapercibidas, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 9,3 segundos y una velocidad máxima de 205 km/h. El consumo homologado está entre los 5,9 y los 6,3 l/100km (depende del tamaño de llanta) y las emisiones de CO2 entre los 153 y los 166 g/km.
Comportamiento
La toma de contacto con este Audi Q3 Sportback 35 TDI S tronic sucede por entre Granada y Málaga, por las carreteras de la comarca de La Axarquía. Durante los primeros kilómetros nos vamos encontrando con el bloque diésel de 2.0 litros, archiconocido dentro del Grupo Volkswagen. Nunca va a destacar por su refinamiento, pues el sonido llega con bastante claridad a su interior y pronto empezamos acordarnos de lo silencioso que era el 35 TFSI de gasolina.
Sin embargo, tiene algunas virtudes como ese empuje lineal y aprovechable, con los destacados 340 Nm de par entre las 1.750 y las 3.000 rpm. Consigue bastante agilidad en adelantamientos e incorporaciones, pero sus 150 CV de potencia igual son algo justos para los que viajen mucho o acostumbren a cargar el vehículo. No hay que olvidar que este ejemplar ya pesa 1.580 kg en vacío (muy poca diferencia con el Q3 convencional)
La combinación con la transmisión automática S tronic es la única posibilidad en esta mecánica. La caja de doble embrague tiene el comportamiento esperado y habitual en este tipo de modelos. Eso significa que es bastante rápida en la mayoría de situaciones, aunque presenta unos desarrollos largos que buscan favorecer el consumo. Por defecto irá rodando en marchas largas y a veces reaccionará con algo de lentitud cuando buscamos el máximo rendimiento.
Sin embargo, también aparece la posibilidad de que siga las órdenes del conductor mediante el uso de las pequeñas levas plásticas del volante, tan criticables por tamaño y tacto como siempre. También entran en juego los distintos modos de conducción que vienen con el Audi drive select, que es de serie en el Audi Q3 Sportback. Permite escoger entre Offroad, Efficiency, Comfort, Auto, Dynamic e Individual para adaptar ligeramente su comportamiento.
En esta versión de aspecto coupé también venía de serie la suspensión deportiva, que es opcional en el Q3 normal. Hay que añadir que el cliente que lo requiera podrá montar la convencional sin sobrecoste. Aunque esta suspensión puede parecer buena opción, lo cierto es que las hay mejores. Nuestra unidad montaba la suspensión adaptativa con damper control. Tener esos amortiguadores de dureza variable abre el abanico de posibilidades y hace que el comportamiento sea más preciso y equilibrado.
Aunque la rigidez aumenta, lo cierto es que no nos ha parecido una suspensión seca ni incómoda para el día a día. Lo mismo se podría decir de la dirección progresiva (también de serie), que lo que consigue es adoptar una relación más directa cuando aumenta el ángulo de giro. Se traduce en un guiado bastante preciso, si bien el grado de asistencia sigue siendo elevado y no transmite lo que consideramos que debería (como la gran mayoría de vehículos actuales).
Con el paso de los kilómetros nos vamos convenciendo de que este Audi Q3 Sportback 35 TDI S tronic tiene un equilibrio muy logrado. Es confortable para tramos rápidos en autopista y no desentona en curvas lentas a pesar de las carencias que ya supone ser un SUV. Terminamos la prueba con consumos que rondan los 8 litros, aunque no es un dato demasiado a tener en cuenta, ya que la conducción fue animada en los tramos de carretera secundaria y no hubo demasiada autovía en la ruta.
Opinión coches.com
El Audi Q3 Sportback se trata de un ejercicio de diferenciación de la marca de los cuatro aros ante el aluvión de SUV que hay actualmente en el mercado y las similitudes entre muchos de ellos. Un ejemplar en el que la estética y el equipamiento son realmente importantes, haciéndolo destacar sobre el modelo del que parte. También toma todos sus aspectos positivos, como podrían ser la tecnología y una habitabilidad muy similar (con un maletero que mantiene la capacidad).
El comportamiento es equilibrado en la versión diésel de acceso, el 35 TDI de 150 CV ligado al cambio S tronic. Si tenemos en cuenta que el tiene un sobreprecio de 2.500 euros aproximadamente respecto a un Q3 normal (a igualdad de versión), se convierte en una opción realmente interesante para los que busquen destacar. En Audi calculan que de los hermanos Q3 se venderán un 60 % de las unidades del convencional y un 40 % del Sportback. ¿Y tú de quién eres?
- Diseño exterior atractivo y diferenciado
- Equipamiento más completo de serie
- Comportamiento dinámico equilibrado
- Plazas traseras algo más justas
- Cada vez menos versiones manuales
- Precio con extras elevado
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