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Mario Nogales

BMW M8 Competition, prueba a fondo con el más excesivo de los M

Hablar de los BMW M en el mundo del motor son palabras mayores. Esa letra es la que queda reservada para los modelos más prestacionales, los que son creados directamente por la división deportiva, BMW Motorsport. Y entre la generosa gama M actual, en la que los SUV ya son protagonistas, hay un ejemplar que es el que ocupa la cima de la montaña. El BMW M8 Competition es el más potente y caro de los M actuales, parte de 200.800 euros en esta carrocería coupé y vamos a mostrarte todos sus detalles:

Aunque hace más de 30 años se coqueteó con el lanzamiento de un M8 de la generación E31, no fue hasta 2019 cuando este modelo llegó al mercado. Ese prototipo proyectado como un “Ferrari Killer” nunca llegó a hacerse realidad, pero potencial no le faltaba. Montaba una mecánica V12, la misma que el mítico McLaren F1, con 640 CV para conseguir prestaciones de superdeportivo. En aquel momento no había mercado para este modelo, pero ahora llega para abordar el segmento de los coupés grandes de altas prestaciones.

Exterior

Creo que nadie me va a rebatir que estamos ante uno de los BMW más bellos de los últimos tiempos. Con la creciente polémica sobre el diseño de la marca alemana, centrada principalmente en su parrilla, vemos que el Serie 8 es el más proporcionado en todos los sentidos. Tanto por su atractiva carrocería coupé de dos puertas, como por un frontal más comedido. En este caso, la parrilla de riñones no es tan exagerada. Ocupa un plano más horizontal y tiene las aberturas en el mismo marco y varillas dobles de color negro. Van a juego unos afilados faros que llevan la tecnología Láser de la marca.

El BMW M8 Competition está cargado de detalles de diseño, el frontal queda rematado por un paragolpes abultado y unas molduras de fibra de carbono fruto de equipar el paquete M Carbon. En este material también están acabadas las cubiertas de los retrovisores, branquias de las aletas, el spoiler sobre la tapa del maletero o el generoso difusor trasero. Sin embargo, el protagonismo se lo lleva el techo de doble burbuja, también en CFRP de serie, con esa forma y esa caída tan evocadoras.

Las insignias que acreditan que estamos con un M8 Competition van en color negro, al igual que las llantas M forjadas de 20 pulgadas, con un diseño de brazos de estrella que no deja a nadie indiferente. Si la delantera ya imponía, la zaga no se queda atrás. La curva de Hofmeister y ese pilar tan inclinado dan paso a un maletero rematado por el elegante spoiler. En la zona central destacan los pilotos traseros LED, mientras que la inferior es la más bruta del conjunto al contar con un paragolpes muy prominente, con el difusor de carbono y una cuádruple salida de escape circular.

El BMW M8 Competition se asienta sobre la plataforma CLAR, la dedicada a los modelos de mayor tamaño que fue introducida por el Serie 7. Esta arquitectura de aluminio con tecnología Carbon Core permite que sus dimensiones lleguen a un tamaño elevado. Tiene una longitud de 4.867 mm, con una anchura de 1.907 mm y una altura de apenas 1.362 mm; mientras que la distancia entre ejes se va hasta los 2.827 mm.

Interior

El exterior del M8 impone por lo deportivo de su diseño, pero el habitáculo tiene una atmósfera que combina a la perfección esa deportividad con el lujo que se espera de un tope de gama. Me he enamorado literalmente de los asientos deportivos M Carbon, un extra que cuesta unos 5.000 euros y que aporta un extra al conjunto. Por sus formas hacen que sea algo más difícil el acceso, pero luego recogen el cuerpo a la perfección, aunque no están hechos para las tallas más grandes. Además, sorprende que tengan regulación eléctrica, función memoria, calefacción o el logotipo M8 iluminado.

En cada ángulo de este BMW M8 Competition vemos algún tipo de guiño a su deportividad. Además de los asientos, tenemos a mano un volante deportivo M de cuero con las costuras de los colores de la división deportiva y unos botones en rojo que ya os contaremos para qué sirven. No pueden faltar los pedales de aluminio, las alfombrillas específicas, la palanca de cambios deportiva o las molduras de fibra de carbono en puntos como la consola central o las puertas. En definitiva, una calidad ejemplar y el equilibrio perfecto entre deportividad y distinción.

Si quitamos esos detalles propios del M8 Competition, encontramos una tecnología a la altura del Serie 8. Eso es una buena noticia porque el sistema multimedia ya trae de serie un buen número de bondades. La instrumentación digital está formada por una pantalla de 12,3 pulgadas y es personalizable, con algunos menús nuevos propios de la versión deportiva. Además, se completa con un Head-Up Display de generosas dimensiones que nos ayuda a no despegar la vista de la carretera. Y el resto del infoentretenimiento corre a cargo del sistema operativo BMW 7.0.

Eso se traduce en que la pantalla táctil principal de 10,25 pulgadas se beneficia de algunas funciones avanzadas como la información del tráfico en tiempo real o la conectividad completa con Android Auto y Apple CarPlay inalámbrico. Es intuitiva y responde con rapidez a los comandos táctiles. Además, permite también el manejo a través de la ruleta giratoria de la consola central, con el control por voz e incluso con el control gestual para algunas tareas básicas.

Ya comentamos que viajar en las plazas delanteras del BMW M8 Competition resultaba una experiencia satisfactoria para aquellos con un tamaño medio. Para los muy altos o voluminosos esos asientos podrían ser algo justos. Lo mismo pasa con las plazas traseras, pero aplicado a cualquier adulto.

Este coupé está homologado para cuatro pasajeros y los de la segunda fila tienen el acceso complicado por el hueco estrecho que dejan los asientos. Una vez dentro el espacio es limitado tanto para piernas como para cabeza. Mejor que sean utilizadas por niños o en caso de urgencia.

Maletero

El BMW M8 Competition es un coupé de dos puertas y eso no va a beneficiar a su maletero. Aunque sus dimensiones sean generosas, en este apartado se queda algo justo, pues tiene 420 litros de capacidad. Si hacemos la comparativa, incluso un BMW M4 tendría 20 litros más de maletero. Además, la boca de carga es algo estrecha debido a tener portón y no puerta completa, y queda a una altura algo elevada para cargar objetos pesados y/o voluminosos.

Por suerte, las proporciones del maletero están bastante bien aprovechadas con líneas rectas. Tampoco faltan detalles como la apertura eléctrica del portón, iluminación o ganchos y redes para repartir la carga. No hay espacio para rueda de repuesto, hay que conformarse con el socorrido kit antipinchazos en este ejemplar. Los asientos traseros se pueden abatir en dos partes (50:50) haciendo uso de unos tiradores en el propio maletero, dejando una superficie totalmente plana.

Equipamiento

El BMW M8 Competition es un tope de gama en sí mismo, por lo que su equipamiento de serie es muy generoso. Encontramos llantas forjadas de 20 pulgadas, faros con tecnología láser, sistema de escape M Sport, tapicería de cuero completa, molduras interiores de fibra de carbono, asientos deportivos M calefactados, BMW Display Key, carga inalámbrica para móviles y un buen número de ayudas a la conducción, entre otras.

Aunque también es un modelo altamente configurable que se puede completar con todo tipo de opcionales. Hay pinturas especiales, tapicerías de BMW Individual, distintas molduras, así como paquetes interesantes. Destacan algunos que llevaba nuestra unidad como el paquete exterior M de fibra de carbono o el paquete M Driver, aunque también otros elementos como el sistema de sonido Bowers & Wilkins, el carbono en la cubierta de motor o los frenos M de carburo de silicio reforzado con fibra de carbono.

Motor

La gama mecánica del BMW M8 se ha simplificado ligeramente. En el momento de su lanzamiento había dos versiones, ambas utilizando la misma mecánica y con una diferencia de potencia muy pequeña. Ahora se queda solamente en el Competition, con el V8 TwinPower Turbo de 4.4 litros llegando hasta los 625 CV y 750 Nm de par. Anteriormente se ofrecía también con 600 CV y menos equipamiento, pero se ha demostrado que el tope de gama se llevaba el grosso de las ventas.

Sobra decir que el BMW M8 Competition solamente está disponible con la transmisión automática M Steptronic, de convertidor de par y ocho velocidades. También viene por defecto la tracción total M xDrive, la opción más segura para canalizar tanta potencia. De hecho, sus prestaciones son uno de sus puntos más destacados. El coupé acelera de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos, para de 0 a 200 km/h en 10,6 segundos y puede alcanzar los 305 km/h de velocidad máxima con el paquete opcional M Driver.

Comportamiento

Montarse a bordo del BMW M8 Competition y arrancar su motor V8 biturbo de 4.4 litros es prácticamente una experiencia religiosa. El bramido que nos regala en frío es ronco y bien audible. Es fruto del sistema de escape deportivo M, que se puede regular abriendo y cerrando las válvulas para que se nos escuche más o menos a nuestro paso. En todo caso, con el paso de los kilómetros veo que no he probado el sistema de sonido opcional de Bowers & Wilkins porque no encuentro mejor sinfonía que la del bloque de ocho cilindros. Y aún así es más discreto que algún rival RS de Audi o AMG de Mercedes.

Y ya no es sólo cómo suena, sino cómo anda. Es una mecánica que destaca por refinamiento y, sobre todo, por contundencia. No hay que olvidar que los 750 Nm de par máximos están disponibles entre las 1.800 y las 5.860 rpm, lo que se traduce en un empuje estratosférico a cualquier régimen prácticamente. A la mínima insinuación del pie derecho nos deja pegados al asiento y en un abrir y cerrar de ojos podríamos perder el carnet de conducir debido a sus altas capacidades.

Otro aspecto a destacar es la transmisión automática M Steptronic, que nos ha gustado por su nivel de suavidad y rapidez entre marchas. También por su capacidad de adaptación gracias al botón Drivelogic y las tres posiciones, pasando de una más eficiente a otra bastante extrema. Además, un vehículo de este calibre requiere un gran chasis y el del BMW M8 Competition está hecho a prueba de bombas. Al final, es un coche que comparte un buen número de componentes con el M8 GTE que ha corrido en Le Mans y en el IMSA, por lo tanto su comportamiento no defrauda.

Ya de serie cuenta con detalles como la suspensión adaptativa M con amortiguadores controlados electrónicamente en función de las necesidades. No falta tampoco la dirección electromecánica M Servotronic para conseguir un tacto más real y preciso. Por fuera vimos unas pinzas de freno en color dorado, que son las que corresponden al sistema de frenos carbocerámicos, un extra que cuesta algo más de 11.000 euros. Su rendimiento es extraordinario, aunque hay que tener en cuenta que necesitan algo de temperatura para funcionar a su nivel. También se puede configurar su tacto en dos niveles gracias a la tecnología brake-by-wire.

De hecho, podemos configurar prácticamente todo en el comportamiento de este BMW M8 Competition. Ya mencionamos la transmisión, pero es que también podemos cambiar al gusto la respuesta del motor en tres niveles, el chasis en otros tres y la dirección y la frenada en dos. Incluso la tracción total xDrive puede ser modificada, pues está el modo 4WD normal, un 4WD Sport que desconecta parcialmente las ayudas e incluso el 2WD para convertirlo en un coche de propulsión y permitir deslizamientos del eje trasero. Con el M Mode ya tenemos prefijados los modos Road, Sport y Track para no tener quebraderos de cabeza.

En cualquier caso, este modelo sorprende por su agilidad y carácter deportivo. A priori podríamos pensar que se trata de un Gran Turismo prestacional, pues tiene un elevado peso de 1.885 kg. Sin embargo, estando al volante se percibe mucho más ágil y divertido. Sería un coche al que hay que tratar sin miedo, pero con respeto. A quien se compre un BMW M8 Competition le importará poco el gasto de combustible. Aún así, nos sentimos obligados a decir que durante la semana de pruebas rondamos los 15 litros. Está alejado de los 11,4 l/100km que homologa, pero cualquier M que se ponga te llama a sacar un poco más en cada curva.

Opinión coches.com

El BMW M8 Competition es la máxima expresión de poderío dentro de la marca. Estamos de acuerdo en que un M2 será más divertido o que un M3 tendrá más personalidad, pero éste ejemplar es su buque insignia en muchos sentidos. A nivel de diseño destaca por su enorme belleza, al tiempo que el interior ofrece una calidad abrumadora; siempre todo ello con la deportividad por bandera. El motor es una proeza de la ingeniería y los 625 CV son digeridos por el chasis de forma sorprendente.

Sí, nos está costando sacar “peros” a este M8 Competition, pues es un coche casi redondo. En el aspecto negativo habría que mencionar lo poco práctico que es, teniendo en cuenta sus dimensiones o que haya otros modelos que le hayan superado tecnológicamente. Y, por supuesto, que tenga un precio desorbitado para la mayoría de humanos. Aunque la tarifa de partida esté en 200.800 euros, lo cierto es que si lo cargas de extras, como es el caso de nuestra unidad, se encarece bastante. Nuestro M8 rondaba los 237.000 euros y nos dejaba rezando por que nos tocase un Euromillón.

Y eso que las ofertas en coches.com son bastante generosas en este modelo y en cualquier otro. Algunos podrán optar a este BMW M8 Competition gracias a nuestra financiación con buenas condiciones y también hay renting, aunque este ejemplar no sea el más idóneo para esta modalidad.

BMW M8 Competition
8.4Nota
Lo mejor
  • Diseño coupé de los de antes
  • Calidad de los materiales (carbono everywhere)
  • Conjunto de motor V8 + chasis
Lo peor
  • Plazas traseras testimoniales
  • Maletero justo para sus dimensiones
  • Precio reservado a unos pocos
Diseño9.5
Habitabilidad7.5
Acabados8.5
Maletero7
Equipamiento8.5
Motor9.5
Comportamiento9
Calidad Precio7.5

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