DFSK 500, a prueba: ¿adiós a los prejuicios del «made in China»?

DFSK son las siglas de Dong-feng So-kon. Se parecen a las del grupo de rap sevillano, SFDK, pero quieren perdurar en el panorama por mérito propio. Vienen con el DFSK 500 como punta de flecha para aquel público que busque una buena relación calidad precio. Tiene opción a llevar GLP para arañar unos cuantos euros más a lo largo de su vida útil y tiene bastantes cosas que decir. Nos quiere quitar los prejuicios del «made in China» y ya está disponible desde 17.945 euros. 

Aunque DFSK es una marca relativamente nueva y desconocida, a España ha llegado de la mano del Grupo Invicta. Se trata de una empresa de movilidad que trabaja con varias marcas de automóviles y también de otro tipo de vehículos como motocicletas, cuadriciclos o patinetes eléctricos. En su cartera, junto a DFSK hay otros como Seres, SWM y Omoda. Quieren que el servicio de postventa esté a la altura y prometen tener 45 concesionarios a finales de año.

El que decíamos es el precio de partida del DSFK 500, pero se incrementa en el caso de optar por el GLP. Son unos 2.200 euros más por esa versión, aunque sale a cuenta. A cambio, se lleva la etiqueta ECO de la DGT, también una mayor autonomía que con solamente el depósito de gasolina de 50 litros y, por último, los beneficios a la hora de repostar. No hay que olvidar que el GLP sigue siendo bastante más barato que la gasolina. Además, siempre lo puedes encontrar más barato en coches.com, donde tenemos las mejores ofertas de VN, financiación y renting.

Exterior

Probablemente, el DFSK 500 entra en el segmento con los diseños más trabajados. Los SUV pequeños son de los más innovadores en cuanto a imagen y buscan diferenciarse con una personalidad muy marcada. El de origen chino aunque ha optado por no arriesgar demasiado, es reconocible y nada estridente.

En el frontal sobresale una parrilla delantera de grandes dimensiones que tiene detalles en negro y queda totalmente alineada con los faros, que son menos estilizados. Por cierto, en su interior tiene el logo del fabricante, que lo empezaremos a ver cada vez más en los próximos tiempos.

El logotipo de DFSK es el mismo que emplea Dongfeng. Hace referencia a un par de golondrinas representadas de forma circular volando “en el viento del este”. Una percepción bastante poética que se debe precisamente a que Dongfeng significa literalmente un viento que viene de esa latitud.

Aunque no es un vehículo con una concepción deportiva, El DFSK 500 ha querido tener ciertos detalles dinámicos con los bordes del paragolpes en rojo, que pueden ir en cromado en otros acabados. Las llantas bitono también le dan carácter, pero hay que reconocer que sus 16 pulgadas de tamaño máximo se antojan un poco pequeñas respecto a las que vemos en otros ejemplares. No faltan los plásticos negros recubriendo toda la parte inferior de su carrocería para que no olvidemos que se trata de un todocamino.

Este ejemplar consigue cierta sensación de techo flotante gracias a tener el pilar B y parcialmente el C en color negro. No opta por la carrocería bitono completa, pero tiene una zaga llamativa. También vemos un spoiler de techo comedido justo por encima de la luneta y un portón bastante minimalista. Lo digo porque apenas tiene el nombre de la marca en el centro y el del modelo en un lateral, ambos con una tipografía elefante. Los pilotos traseros son más convencionales, al igual que ese paragolpes que remata la parte inferior.

Como decíamos, el DFSK 500 se trata de un SUV pequeño, aunque por dimensiones lo cierto es que se queda muy cerquita de algunos compactos como el SEAT Ateca. Hablamos de una longitud de 4.385 mm, con una anchura de 1.850 mm y una altura de 1.650 mm. La distancia entre ejes es de 2.655 mm y eso lo deja por encima de algunos rivales directos como el MG ZS o el SsangYong Tivoli a los que saca unos centímetros.

Interior

Cuando se entra al interior del DFSK 500 sí que se hacen un poco más patentes sus orígenes y se queda alejando de otros modelos. Por diseño no está mal, pues se opta por un habitáculo minimalista que tiene lo imprescindible para conducir y poco más. La instrumentación es como las de hace años, con unas esferas de gran tamaño para la velocidad y las revoluciones, además de una pequeña pantalla de 3,5 pulgadas que hace las veces de ordenador de a bordo. Se controla desde un volante multifunción bastante aparente que incluso está achatado en la parte inferior. 

Aunque cuando te pones a analizar su tecnología se ven claramente las carencias. La pantalla de 7 pulgadas está claramente por debajo de las de sus rivales más directos por tamaño. No sólo eso, también da la sensación de que tiene mucho marco y poca pantalla, además de presentar unos gráficos bastante anticuados. De hecho, su funcionamiento es tan simple que apenas nos deja modificar lo que escuchamos, una navegación algo obsoleta y poco más. Por suerte tiene conectividad con Apple CarPlay y Android Auto con cable, aunque no siempre haya funcionado correctamente. 

Otro punto en el que cojea el DFSK 500 es en la calidad de sus acabados. Es claramente un modelo low cost, que se queda bastante por detrás de otras marcas generalistas por el nivel de sus materiales. Son plásticos duros en su mayoría, aunque también vemos algunos tapizados en piel en este acabado superior. No tiene alardes, ni falta que hace. Preferimos quedarnos con la simplicidad que tiene este habitáculo y lo fácil que es de usar todo. Eso incluye los controles de la climatización monozona, con grandes ruletas al modo tradicional.

También habría que señalar que en su equipamiento hay algunos contrastes. Vemos que unidades como la nuestra se pueden beneficiar de un destacado techo panorámico, de sensores y cámara de aparcamiento o de la mencionada tapicería de cuero. Sin embargo, la dotación de sistemas de ayuda a la conducción es bastante justa y apenas tiene aquellos sistemas que son obligatorios por ley. 

Que sea uno de los más grandes en dimensiones también hace que tenga un interior muy aprovechable. Como decíamos, es uno de los B-SUV más prácticos del mercado, no tanto por las plazas delanteras que son convencionales. En la segunda fila hay espacio de sobra para dos adultos por su espacio para las piernas y para la cabeza. La plaza central es más justa debido a que no tiene forma y a que tiene un ligero túnel de transmisión. Además, por anchura, no es demasiado apto para llevar a cinco personas, mejor viajar cuatro. 

Maletero

El maletero va a ser uno de los puntos negativos del DFSK 500. A pesar de ser relativamente grande, aquí detrás tenemos una capacidad de 318 litros, bastante por debajo de la media. De hecho, está más de 100 litros por debajo de rivales como el MG ZS o el SsangYong Tivoli que son algo más pequeños. Es un maletero bastante simple en el sentido de que no tiene muchos ganchos ni sujeciones para la carga, pero sí que tiene una pequeña iluminación en el lado izquierdo.

Otro detalle que hay que mencionar de este modelo es que tiene un hueco bajo el piso en el que pueden entrar algunos objetos pequeños. Lo cierto es que también podría caber una rueda de repuesto, aunque fuera de emergencia. Eso sería en el caso de que no tuviera el depósito de GLP justo en ese hueco, que es una peculiaridad del DFSK 500. También cabe la posibilidad de abatir los asientos traseros en dos partes (60:40) para dejar una superficie casi plana con una capacidad que supera los 1.300 litros.

Motor

La gama mecánica del DSFK 500 es simple y va acorde con las necesidades que busca cubrir el vehículo. Tenemos solamente un motor de gasolina, que es un bloque atmosférico de cuatro cilindros y 1.5 litros de origen Mitsubishi. Tiene 106 CV de potencia y 147 Nm de par, cifras que van en consonancia con otros rivales de este perfil. Solamente se ofrece con una transmisión tipo CVT, pero la marca también está interesada en traerlo en formato manual para rebajar un poco más su tarifa. Además, hay una forma de que lleve la etiqueta ECO de la DGT gracias a un combustible alternativo.

La marca da la opción también de tenerlo con gas licuado de petróleo. Hay que destacar que la conversión a GLP de este ejemplar no viene de fábrica, es algo que se está en algunos países gracias a la ayuda del especialista de Países Bajos, Vogels VGI. Lo que hacen es una adaptación completa de la mecánica, además de sumar un depósito de 52 litros para este segundo combustible, algo que es instalado bajo el piso del maletero y que le permite aumentar su autonomía total notablemente.

Comportamiento

Estamos al volante del DFSK 500 con el acabado superior y también con la conversión hecha a GLP para beneficiarse de su etiqueta ECO. El cuatro cilindros atmosférico de 1.5 litros es bastante refinado, aunque como no hay mucha insonorización, el sonido se filtra bastante al habitáculo, sobre todo en una situación particular que veremos más adelante. Para comenzar he de decir que sus 106 CV no es una mala cifra para moverse en el día a día. Es una potencia suficiente para la mayoría de usos, aunque en ningún caso tendremos el coche más dinámico ni frugal del mercado.

De hecho, echando un vistazo a su ficha técnica, vemos que acelera de 0 a 100 km/h en 8,9 segundos, una cifra bastante normal. La velocidad máxima es de 165 km/h y los consumos y emisiones están algo por encima de la media. De hecho, homologa un gasto de 8,3 l/100km y unas emisiones de CO2 de 188 g/km. En nuestro caso lo cierto es que hemos registrado consumos similares, en torno a los 8,5 litros. Por suerte, siempre tendremos como aliado al GLP y su precio que está en torno a 90 céntimos el litro frente a los 1,6 euros de la gasolina.

Sin embargo, este modelo también tiene algunas peculiaridades de uso. La primera es ese cambio CVT que viene por defecto. Como el resto de convertidor de par, cuando la exigencia es baja lo cierto es que se comporta muy bien. El problema viene cuando queremos sacar el máximo del DFSK 500 y pisamos a fondo. Ahí es cuando las revoluciones se elevan y la sensación de resbalamiento es evidente. El coche no corre en la misma medida que sube de vueltas y el sonido llega a ser elevado. Tiene un modo secuencial y una serie de marchas prefijadas, pero la sensación no es demasiado positiva.

El comportamiento de este modelo sigue las mismas pautas que el resto de aspectos. Busca la simplicidad y el equilibrio por encima de todo y por eso no tiene modos de conducción ni nada que el usuario pueda tocar. Sí que se le permite elegir el combustible que quiere utilizar a través del botón de la consola central. Como es habitual, no se nota la diferencia entre la gasolina y el GLP, siendo el indicador para el nivel de ese último unas luces muy sencillas al lado del botón. Para repostarlo, tenemos el accesorio para adaptar la boquilla en la guantera.

A nivel de chasis no se ha hecho mal trabajo en el DFSK 500. Tiene una suspensión delantera tipo McPherson, mientras que la trasera es de barra de torsión. Se asegura tener de esa forma un comportamiento bastante equilibrado y que busca la comodidad por encima de la deportividad. Su tarado es bastante blando en términos generales, por lo que no va a destacar en carreteras de curvas. De hecho, su dirección es muy poco informativa y a veces nos lleva a imprecisiones en curvas. Además, su peso de 1.485 kg tampoco lo hace ser el más ágil del segmento.

Aunque hay que reconocer que es un ejemplar muy sensato para conducir en entornos urbanos y con algún viaje esporádico. Sin pretensiones ofrece prácticamente lo necesario y, aunque las recuperaciones sean lentas, lo demás no desentona demasiado. Incluso podríamos decir que para ser un low cost, tiene frenos de disco en las cuatro ruedas y que su fiabilidad va a ser mejor de la esperada al montar un motor Mitsubishi más que probado. Por si fuera poco, ofrece una garantía ampliable hasta los siete años por un precio bastante contenido de 900 euros por los tres años de extensión.

Opinión coches.com

El DFSK 500 es un todocamino bastante interesante. La llegada de los fabricantes chinos cada día que pasa es más patente y ganarán aún más presencia en los próximos años con los eléctricos. Y siempre comentamos lo mismo, que su capacidad para hacer buenos coches ha mejorado y sorprende mucho.

Con este modelo, el objetivo que se pusieron en DFSK fue de vender 700 unidades a lo largo de 2023. Parece que se va a cumplir si tenemos en cuenta que es un producto que tiene bastantes puntos fuertes y pocos flojos.

Si bien es cierto que

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