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Mario Nogales

Ford Explorer RWD 286 CV, a prueba: ¿mejor que los eléctricos de Grupo Volkswagen?

Explorer es una de las denominaciones con mayúsculas dentro del mundo del motor. Se ha mantenido en la gama de Ford desde 1991, cuando nació como un todocamino robusto que derivaba del Bronco. Las primeras generaciones no las vimos por nuestro mercado, hubo que esperar a la sexta. Probablemente no encajase mucho en Europa y fuera un incomprendido en muchos aspectos. Por eso llegó recientemente un Ford Explorer renovado que rompe con todo lo anterior. Está disponible desde 44.716 euros sin ayudas.

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Como íbamos diciendo, el Ford Explorer cambia radicalmente y eso se debe al acuerdo que tiene la firma del óvalo con Grupo Volkswagen. Debido a la necesidad imperiosa de electrificar su gama, han recurrido a la plataforma MEB para sumar modelos eléctricos. En primera instancia fue el Explorer y después le siguió el Capri, ambos con un parentesco más que evidente con los Volkswagen ID.4, Skoda Enyaq, Audi Q4 e-tron o Cupra Tavascan con el que lo comparamos en vídeo:

Exterior

El Ford Explorer opta por un diseño que no podía ser más diferente en cuanto a enfoque. Destacan formas más redondeadas y claves que intentan hacer homenaje al Explorer anterior, aunque no tenga nada que ver. Comienza con un capó prácticamente plano, que deriva en unos faros muy estrechos, que van unidos por una moldura de color negro en su parte frontal.

Para encontrar el logotipo del óvalo tenemos que bajar un poco más, a la zona donde estaría una parrilla que ha sido cancelada debido a que no hay tanta necesidad de refrigeración. Por debajo se puede ver que es una delantera en dos volúmenes, pues el parasoles se ensancha y también integra las tomas de aire, además de algunas protecciones para darle un extra de robustez al crossover eléctrico.

Desde la vista lateral, probablemente lo más destacado sea el juego que consigue tiñendo todos los bajos en negro, al igual que los pilares. Las llantas del Ford Explorer pueden ser de 19 a 21 pulgadas, teniendo algunas un componente aerodinámico que le ayuda a sacar algún kilómetro extra de autonomía. Las manecillas de las puertas no van enrasadas en la carrocería, por lo que tendríamos que hablar de un diseño más tradicional.

Por su parte, en la trasera del Ford Explorer vemos un pilar C flotante gracias a esa moldura en negro, que queda perfectamente alineada con una luneta de pequeñas dimensiones. Justo por debajo de ella, queda un portón con los pilotos LED en los laterales. Quedan unidos mediante un listón horizontal que va en negro y exhibe el nombre del modelo. La parte baja del Explorer destaca por anchura, pero también por las protecciones de plástico negro, divididas por una moldura plateada.

Antes hablábamos del Explorer como un SUV grande de siete plazas. Con esta transformación a eléctrico utilizando otra base, vemos que es considerablemente más pequeño. De hecho, ahora podríamos decir que es un SUV compacto con una longitud de 4,47 metros, una anchura de 1,87 metros y una altura de 1,63 metros. La distancia entre ejes son 2,77 metros.

Interior

En el interior del Ford Explorer vemos soluciones muy interesantes de aprovechamiento del espacio e incluso una disposición diferente de su tecnología. La instrumentación es una pequeña pantalla de 5,3 pulgadas con una personalización algo limitada. El selector de cambio está a su derecha en la columna de dirección y los mandos del volante también son táctiles y algo complicados de utilizar. El Head-Up Display es correcto y ayuda a no desviar la atención de la carretera.

Pero la pantalla táctil principal de 14,6 pulgadas, que es el centro neurálgico del sistema multimedia es más destacada que la de los modelos del Grupo Volkswagen. Lo primero es que tiene una disposición vertical al estilo tablet y que puede pivotar, permitiendo que el usuario regule el ángulo de inclinación hasta 30º. Eso no solo ayuda a mejorar la visibilidad, también permite dejar un pequeño hueco bajo ella que puede quedar oculto cuando salimos del vehículo. Además, cuenta con el sistema multimedia SYNC Move 2 de Ford, que es rápido e intuitivo.

Peca, como en la mayoría de modelos, de tener todas las funciones de forma táctil al haber eliminado botones. Eso incluye la climatización, que tendremos que operar mediante varios clics en la pantalla restando atención. Por suerte, la integración con el móvil es muy buena y permite tener Android Auto y Apple CarPlay de forma inalámbrica. También es muy práctico el contar con un hueco con carga inductiva para dos smartphones o que bajo la consola central cuente con un hueco de 17 litros en el que puédenla entrar hasta un portátil.

La calidad en este Ford Explorer tampoco desentona demasiado. Está claro que es un modelo de marca generalista, pero busca acercarse a los premium. CasI todas las superficies superiores van cubiertas por plástico blando, mientras que también hay algunas molduras que imitan la fibra de carbono. No hay casi Piano Black en este interior, ni elementos que sean discordantes.

Algunos recordaréis que el anterior Explorer era un SUV grande con siete plazas. De aquel solo queda el nombre, pues ahora es un cinco plazas puro con unas dimensiones más comedidas. La segunda fila estaría en la media del segmento. Es bastante amplia por su espacio para las piernas y la cabeza no se queda tan cerca del techo como podríamos pensar, incluso cuando monta el panorámico de un metro cuadrado. La plaza central no tiene túnel de transmisión, pero tampoco una anchura demasiado buena. Hay salidas del aire acondicionado y también tomas USB-C para estas plazas.

Maletero

El maletero del Ford Explorer va acorde a sus dimensiones. Son 470 litros de capacidad hasta la bandeja, algo por debajo de lo que vemos en otros modelos con la misma plataforma, que son más largos. Las proporciones están bien aprovechadas y hay iluminación y ganchos para fijar la carga. También un pequeño hueco bajo el piso que permite llevar los cables de carga sin que molesten demasiado. Ademas, bastaría abatir los asientos traseros en dos partes (60:40) para conseguir una capacidad máxima de hasta 1.460 litros.

Motor

La gama mecánica del Ford Explorer es bastante simple. El de acceso es el RWD Standard Range con 170 CV, que ofrece un motor trasero y propulsión. Queda ligado a la batería de 52 kWh para homologar 378 kilómetros de autonomía.

Por encima se pueden escoger los de autonomía extendida. El RWD Extended Range, que tiene la misma configuración de todo atrás, alcanza los 286 CV y 545 Nm de par. Gracias a la batería de NMC con 77 kWh de capacidad homologa una autonomía de 602 kilómetros, que es muy destacada y le deja por encima de la media del segmento.

También hay una variante AWD Extended Range que consigue la tracción total gracias a un segundo motor delantero. En este caso, se consigue una potencia conjunta de 340 CV manteniendo los 545 Nm de par. Es más rápido en las aceleraciones, pero también gasta más. En este caso, la batería es de 79 kWh y la autonomía homologada se queda en 566 kilómetros, que no está nada mal

Comportamiento

Nos ponemos al volante del Ford Explorer que estaría en la parte intermedia de la gama. Es el RWD de autonomía extendida, que mantiene un solo motor empujado el eje trasero, pero con un nivel de potencia superior. Son nada menos que 286 CV y 545 Nm de par, bastante destacado para tratarse de un SUV de su tamaño. De hecho, presume así a priori de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos, mientras que su velocidad máxima está limitada a 180 km/h. Y el de tracción total es alrededor de un segundo más rápido.

En el comportamiento dinámico la verdad es que se nota la solvencia durante las aceleraciones, con la típica “patada” de los eléctricos bien presente. Sin embargo, el Explorer no va a destacar sólo por eso. Uno de sus puntos fuertes es la insonorización del habitáculo.

Apenas llega ruido del exterior y vamos como en una burbuja de paz. Como pasa en otros modelos, su comportamiento se podría cambiar con los modos de conducción. El usuario puede elegir entre Eco, Comfort, Sport e Individual para adaptar ligeramente su carácter, estando bastante bien aprovechados.

Los 602 km de autonomía son en el acabado base. En el Premium que lleva nuestra unidad se reduce esa cantidad en 30 kilómetros por las llantas y, en la vida real, también quedará más limitada. Hemos calculado que podríamos hacer entre 450 y 500 kilómetros con una conducción mixta y sin forzar demasiado. La verdad es que ese consumo homologado de 13,9 kWh/100km solamente lo podremos conseguir en trayectos urbanos o con orografía favorable, será más habitual verle en torno a los 17,5 kWh/100km.

En esta versión con batería de 77 kWh se acepta una carga rápida en corriente continua de 135 kW. Está por detrás de los 185 kW que ofrece el tope de gama, pero aún así le permite pasar del 10 al 80 % en 28 minutos. En corriente alterna también se puede cargar a una potencia máxima de 11 kW.

La frecuencia con la que se cargue dependerá del uso y de la forma de conducir del usuario. También de cómo se utilice la frenada regenerativa o el modo B para incrementar la retención. Al tacto del freno hay que hacerse y sería una de las pegas principales de este apartado, junto a que no hay levas para ajustar esa retención.

El Ford Explorer está asentado sobre la plataforma MEB del Grupo Volkswagen, de eso no hay duda. Pero la marca del óvalo ha querido darle al chasis una puesta a punto propia y bien optimizada. Se nota en una suspensión que es bastante firme, sin llegar a resultar incómoda. No hay mucho balanceo y queda bastante disimulado su peso superior a las dos toneladas. Incluso la dirección tiene un tacto natural dentro del nivel elevado de asistencia. Es precisa y ayuda al usuario durante las maniobras y también en tramos revirados.

Opinión coches.com

El cambio de fórmula del Ford Explorer se ajusta a los tiempos que corren de forma eficaz. Es cierto que pierde esa personalidad que tenía el anterior y siempre hay que lamentar la pérdida de un motor V6 como montaba cuando era híbrido enchufable, pero esta es la realidad que nos ocupa. Además, el trabajo que ha hecho la marca americana con la plataforma de origen alemán es magistral. Nos atreveríamos a decir que es un vehículo más redondo que todos aquellos que salen de Grupo Volkswagen a pesar de que la tecnología no sea propia.

A nivel de diseño es cuestionable, pues hay otros más atractivos. Sin embargo, no deja tacha alguna en su equipamiento o al generoso espacio que ofrece en su habitáculo. La gama mecánica es la misma que en el resto con plataforma MEB. Sin embargo, en el Explorer vemos un comportamiento más refinado, destacando para bien la calidad de rodadura, sin renunciar a la agilidad. El precio de partida está en 44.716 euros sin ayudas, pero con el descuento de la marca se puede quedar en 39.876 euros y todavía se podría descontar el Moves…

Ford Explorer RWD 286 CV
8.1Nota
Lo mejor
  • Espacio interior y maletero
  • Equipamiento de serie completo
  • Mejora en el apartado dinámico
Lo peor
  • Algunos materiales del interior
  • Similitudes con otros de VW
  • Precio de partida elevado
Diseño7.5
Habitabilidad8.5
Acabados8
Maletero8
Equipamiento8.5
Motor8
Comportamiento8.5
Calidad Precio7.5

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