Cuando en alguna ocasión les he comentado a diferentes amigos, tomando una copa, que he estado probando un SEAT Exeo, los más “enteradillos” siempre saltan con lo mismo: ¡Pero si es un A4 de la anterior generación! ¿Tienen razón? Bueno, pues sí, pero con muchos matices.
Sé que con este modelo de la gama SEAT se creó una inusitada polémica (sobre todo al principio), por el hecho de estar basado en la anterior generación del Audi A4 (B7). Por ello, aunque uno no quiera acude con ciertas ideas preconcebidas sobre lo que se va a encontrar.
En primer lugar creo que deberíamos hacer una aproximación a dicho modelo sin contar con ese “San Benito” del que antes hablábamos. El coche debe ser juzgado como lo que es. Y cabe efectuarse una pregunta: ¿Podría SEAT haber fabricado este modelo sin haber heredado la plataforma del A4? Evidentemente, por tecnología e I+D+i, sí que lo podría haber hecho. Lo que sucede es que, en una época de crisis como la que vivimos, sería una tontería no aprovechar las sinergias que existen con otros fabricantes dentro del mismo grupo empresarial, para ahorrar en toda la fase de desarrollo de un nuevo modelo.
La base sobre la que se asienta este Exeo está sumamente probada, y manifiesta un standard de calidad muy alto, como corresponde a la marca de los cuatro aros. Y sobre todo permite a la marca de Martorell entrar en el segmento Premium de la mano de un excelente producto.
Además, como no podía ser de otra forma, SEAT ha mejorado el producto basado en el vehículo germano, realizando una implementación y puesta a punto propia, que como veremos más adelante mejora notablemente la versión donante. El SEAT Exeo trasmite una calidad mecánica, táctil y visual que no encontramos en otros modelos de la marca (veremos qué sucede con los nuevos modelos que están por venir), situándose también por encima de muchos otros productos de las mejores marcas generalistas.
Pero centrándonos en lo que nos interesa, la novedad de la versión a la que tuvimos acceso durante la celebración de las Presentaciones Regionales de SEAT, es la presencia del cambio Multitronic de 7 velocidades, en combinación con la motorización diesel Common Rail de 143 CV. Como muchos de vosotros ya conoceréis, este sistema se basa en una transmisión continua CVT (Continuously Variable Transmission), gestionada electrónicamente, cuya idea radica en que en lugar de tener un número fijo de marchas disponemos de una cantidad casi infinita de ellas por la existencia de un cambio gradual, optimizando la relación en función de la velocidad y las necesidades de cada momento.
Y, la verdad, hemos de decir que le sienta de maravilla, surgiendo entre estos dos elementos (transmisión y propulsor) una armonía perfecta. El carácter y la brusquedad del anterior motor dotado de “inyector-bomba” ha quedado en el olvido. Por el contrario esta última evolución dotada de “conducto común” es un prodigio de suavidad. Ofrece unas prestaciones más que suficientes y mueve con total soltura la tonelada y media larga, que pesa esta versión. El margen de utilización es amplio, aunque a bajas revoluciones, y debido a las pérdidas por resbalamiento del cambio automático Multitronic, le cuesta algo más de lo esperado. Este último aspecto lo pudimos apreciar empíricamente al compararlo “en vivo” con el vehículo objeto de una anterior prueba: el SEAT Altea XL 2.0 TDI CR 140 CV, pero equipado con el siempre excelente cambio DSG de 6 velocidades. Acelerando desde parado, la mayor inmediatez del cambio de doble embrague acababa imponiéndose siempre al modelo dotado del Multitronic (a pesar de que el primero “sólo” disponía de 6 marchas, y por tanto de una relación de cambio más abierta). Luego, a medida que aumentaba el régimen de giro las prestaciones eran mucho más parejas.
En el aspecto externo, no hay nada nuevo que destacar, fuera de lo ya conocido. Una vez abrimos la puerta y observamos el interior, inmediatamente nos damos cuenta que la calidad percibida está varios pasos por encima de a lo que nos tiene habituados la marca española. Se aprecia un ambiente Premium desde el primer momento.
El espacio interior, en las plazas delanteras, es bueno, con unos asientos, que al menos en esta unidad eran simplemente perfectos para el uso al que este vehículo va a ser destinado: sujetan, son cómodos y no resbalan.
Además permiten multitud de reglajes (todos ellos eléctricos), con lo que encontrar la postura adecuada no requiere el más mínimo esfuerzo. Asimismo, el volante tiene un tacto perfecto en cuanto a grosor y dimensiones, admitiendo todo tipo de regulaciones.
Sentados en el puesto de conducción, y si no fuera por el logo de SEAT en el volante, nos parecería estar delante de su primo germano. El salpicadero es una copia casi exacta del que montaba el A4 Cabrio de la anterior generación, con sus tomas redondas de ventilación. Los plásticos son de tacto suave y mullido, con ajustes milimétricos, que rayan a un nivel impresionante.
En lo referente a sus dimensiones interiores tenemos, indefectiblemente, que hacer referencia, de nuevo, a su origen. Y es que las dimensiones de dicha plataforma están ahí. Bien es cierto que nuevamente la “personalización” llevada a cabo en SEAT ha conseguido arañar en esta última remodelación unos centímetros (hasta 4,5) muy valiosos para los ocupantes de las plazas traseras. Se ha cambiado el mullido de la parte posterior de los asientos delanteros.
También se ha modificado el de los traseros, amén de colocarlos en una posición diferente. Junto a ello se ha variado el diseño de la parte inferior del umbral de las puertas posteriores, con lo que se consigue entrar y salir del vehículo más fácilmente. Pero nos seguimos encontrando con un túnel de transmisión muy elevado (herencia, otra vez, del modelo quattro de Audi) que, en la práctica, inutiliza la plaza central trasera. El maletero de esta versión ST, sin ser para “echar cohetes” sí dispone del suficiente espacio para el equipaje de una familia de 4 miembros, con unas formas, además, muy regulares y aprovechables.
Pero pongámonos en marcha para poder apreciar las cualidades dinámicas y de comportamiento de este SEAT Exeo. Aquí también se nota la “herencia Premium”. Además con el tarado específico de las suspensiones, realizado por los ingenieros de la firma de Martorell, ofrece una “pisada” excelente y muy eficaz en todo tipo de terrenos. Afortunadamente la versión probada no estaba dotada del chasis “Sport”. ¿Y por qué digo esto? Esta configuración ofrece un tacto “excesivamente” deportivo para una versión familiar que, en un altísimo porcentaje de los casos, no va a ser necesaria y que, además, penaliza en demasía el confort. Aunque tampoco le hace ascos a una conducción más decidida. El cambio Multitronic se adapta perfectamente a ambas circunstancias. Permite ir en “automático” sin que se aprecien los cambios de marchas, de forma suave y progresiva, o bien podemos poner la palanca en la posición “S” y accionar las levas de detrás del volante manualmente, facilitando unos cambios instantáneos. Las ayudas electrónicas (ESP) tienen un funcionamiento más que correcto, aunque quizás realizan su eficaz labor un poco antes de lo deseable, frenando los excesos cometidos con el acelerador.
Según los datos del fabricante el Exeo ST con motor 2.0 TDI CR de 143 CV y cambio Multitronic de siete velocidades, consigue unas magníficas prestaciones: una velocidad máxima 201 km/h, acelera de 0 a 100 km/h en 9,6 segundos y realiza los 1.000 metros, desde parado, en 31,2 segundos. El consumo medio ponderado es de apenas 5,8 l/100 km y las emisiones de CO2 de 153 g/km.
En vías rápidas el Exeo va totalmente aplomado y trazando de manera imperturbable las curvas a velocidades muy altas, con total seguridad. Además, si el asfalto se encuentra en perfectas condiciones, como era el caso, es realmente confortable.
Cuando el trazado se cierra más sigue manteniendo estas características, destacando el comportamiento dinámico sin descuidar el confort. Es de reacciones muy predecibles, bastante neutro, y levemente subvirador al límite. Se trata del concepto del “Chasis Ágil” diseñado por SEAT, para que disponga de unas reacciones más vivas y enérgicas La frenada es potente y dosificable y, en circunstancias normales, no se muestran síntomas de fatiga, solamente a ritmos de escándalo por carreteras de montaña llega a volverse un poco esponjosa.
En fin, si necesitas un vehículo dotado de una mecánica diesel con suficiente potencia para realizar todo tipo de desplazamientos sin problemas, cambio automático, con un consumo aquilatado y con espacio suficiente para el equipaje de sus ocupantes y no te gustan los monovolúmenes, quizá este SEAT Exeo ST 2.0 TDI Multitronic sea tu opción. Además la marca muestra una agresiva política de precios con ofertas constantes. No lo pases por alto.
- Calidad interior
- Combinación de motor y cambio
- Confort en marcha
- Tecnología a la altura
- Comportamiento equilibrado
- Relación calidad-precio
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