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FIAT_Panda_4x4_01
Gonzalo Yllera

Prueba a fondo: FIAT Panda 4×4 1.3 JTD

Como ya habréis observado los que nos seguís habitualmente, en Coches.com no nos gusta la monotonía. Os mostramos diariamente desde los artículos más sesudos hasta los vídeos más divertidos, eso sí, referidos todos ellos a este mundo que tanto nos apasiona. Y lo mismo nos ocurre con las pruebas a fondo, ya que desfilan bajo nuestra lupa todo tipo de modelos, desde berlinas de representación, pasando por los mejores deportivos hasta económicos urbanos.

El ámbito de los 4×4 tampoco permanece ajeno a esta enorme variedad de modelos analizados. Si hace pocas semanas os mostrábamos uno de los SUV Premium más envidiados, el BMW X6 40d, en esta ocasión cambiamos radicalmente de registro para desmenuzar otro de los más pequeños y simpáticos todocamino del mercado: el FIAT Panda 4×4.

Los orígenes del FIAT Panda se remontan a hace 34 años, cuando aparece en público por vez primera en el Salón de Ginebra de 1980, como culminación de un proyecto concebido por Giorgetto Giugiaro, e iniciado en 1976. Se trataba de un vehículo simple, divertido y, al mismo tiempo revolucionario por las ingeniosas soluciones adoptadas. En esa primera generación se convierte en uno de los modelos ciudadanos más populares en Europa gracias a su funcionalidad y robustez, además de su bajo coste de adquisición.

Montaba un pequeño propulsor de 4 cilindros y apenas 770 cc de cilindrada que entregaba 34 CV a 5.250 rpm, suficientes para que sus escasos 715 kg en orden de marcha alcanzasen una velocidad máxima de 125 km/h.

Apenas tres años después, en 1983, aparece la versión 4×4, convirtiéndose en el único modelo de tracción total dentro del segmento A. La cilindrada del pequeño tetracilídrico subió hasta los 965 cc, para entregar 48 CV a 5.600 rpm y permitirle lograr una velocidad máxima de 134 km/h, gracias a su contenido peso de 761 kg.

Pero la verdadera razón de su singularidad radicaba en la eficaz tracción 4×4 diseñada por la firma austriaca Steyr. El vehículo circulaba normalmente como un tracción delantera al que se podía acoplar, manualmente, la tracción trasera cuando las circunstancias lo requirieran, lo cual añadido a una primera velocidad muy corta le permitía comportarse como una verdadera cabra montesa accediendo a lugares a los que verdaderos especialistas 4×4 se las veían y deseaban. No es de extrañar, por tanto, la gran proliferación de este modelo en todo el entorno alpino de Italia, Suiza o Austria, donde se convirtieron en verdadera legión.

Esta primera generación se fabrica hasta el año 2003, momento en el que llega la hora de su sustitución. Se lleva a cabo una profunda renovación estética, renunciando a la carrocería de 3 puertas, para dejar paso a un modelo con 13 cm más de longitud y 10 cm adicionales en anchura, que se convierte en un éxito inmediato. Tan es así que, por vez primera un vehículo urbano (segmento A) recibe el título de «Coche del Año”, en 2004.

También se desarrolló una variante de tracción total, con un sistema de transmisión más evolucionado, que se activaba automáticamente cuando se producía una pérdida de tracción en las ruedas delanteras, mediante la utilización de dos diferenciales y un acoplamiento viscoso, lo que permitía una óptima distribución de par entre el eje delantero y el eje trasero, en función de la superficie sobre la que se circulase.

Hubo que esperar hasta febrero del año 2012 para descubrir la tercera generación del modelo turinés (que probamos en Nápoles) con sustanciales mejoras tanto de tipo funcional como de atención al detalle, todo ello en un envoltorio muy agradable a la vista. Y es, precisamente ésta, la versión que probamos esta semana, que viene dispuesta a dar más guerra que nunca… Pero ¿cuáles son sus armas?. Vamos a tratar de averiguarlo:

Exterior

La unidad cedida por FIAT para esta prueba estaba pintada en un bonito color propio de esta versión, denominado Verde Toscana pero, aparte de ello, lo que más le diferencia estéticamente hablando con respecto a sus hermanos de gama reside en los paragolpes delantero y trasero específicos, habiéndose modificado también los aletines laterales de los pasos de rueda, mucho más marcados, que le dotan de un aspecto musculado. Tampoco podemos pasar por alto las protecciones plásticas de las puertas o las metálicas que hay en los bajos, tanto en la parte frontal como en la trasera, con las que prevenir las consecuencias de pequeños golpes a la hora de circular fuera del asfalto y eso a pesar de la mayor altura libre al suelo, que se establece en 16 cm.

Sus cúbicas formas y recortadas dimensiones de apenas 3,686 metros de longitud, anchura de 1,672 metros (sin espejos y 1,882 metros con ellos) o altura de 1,605 metros (frente a los 1,551 metros de las versiones estándar) le confieren una inusitada facilidad para desenvolverse tanto entre la siempre feroz jungla urbana como fuera del asfalto, pudiendo transitar por aquellos pequeños espacios que vehículos de mayor tamaño tendrán vedados.

Como hemos visto la anchura total de la carrocería no es muy destacable y, por tanto, lo mismo sucede con el ancho de vías con 1,411 metros y 1,408 metros respectivamente en el eje delantero y trasero. Lo cual hace que, visualmente, tengamos delante un modelo con una desigual proporción entre altura y anchura. Esto no traerá mayores consecuencias, salvo en fuertes inclinaciones laterales en circulación off-road, donde tendremos que tener algo más de cuidado.

Los que sí reciben nuestros elogios (no tratándose de un todoterreno) son los buenos ángulos característicos de los que hace gala (21º de ángulo de ataque, 20º ventral y 36º de salida) en parte debido a los recortados voladizos, al estar situadas las ruedas en los extremos de la carrocería.

Y ya que las mencionamos, las bonitas llantas de 15 pulgadas de diámetro también son propias de esta variante y alrededor de ellas se montan unos neumáticos Continental Cross Contact Winter M+S, en medidas 175/65 R15 84T que son, como veremos más adelante, responsables de su increíble comportamiento en todo tipo de terrenos.

Los grupos ópticos delanteros se encuentran divididos en tres conjuntos diferentes: por un lado los faros principales que aúnan las funciones de luces de carretera y cruce, así como los intermitentes; un poco más abajo las luces diurnas y ya, en la parte inferior los faros antiniebla.

En la parte trasera estos elementos están dispuestos verticalmente en la parte superior de los montantes traseros, lo cual garantiza una óptima visibilidad por parte de los vehículos que nos siguen. La tercera luz de freno se sitúa en la zona más alta del portón, mientras que las luces antiniebla y de marcha atrás están encastradas en el paragolpes.

Los espejos exteriores tienen un tamaño y ubicación correctos, permitiéndonos controlar perfectamente lo que sucede alrededor del vehículo.

Interior

El interior del FIAT Panda 4×4 es francamente sorprendente. No destaca especialmente la calidad de los materiales empleados, pero el estilo juvenil y desenfadado con una llamativa combinación de formas y colores hará que nos resulte francamente simpático. Además dada la utilización a la que va a ser destinado este vehículo soportan bien la suciedad y son fácilmente lavables…

La posición de conducción ligeramente elevada nos permite otear el entorno gracias, también, a la buena visibilidad que proporciona la notable (en función del tamaño general del vehículo) superficie acristalada, aspecto que resulta crucial dadas sus excelentes virtudes camperas y que también se agradecerá, por ejemplo, en ciudad.

El volante tiene, quizá, un tamaño algo más grande del deseado, se encuentra excesivamente inclinado (como es norma en la marca) y, además, solamente es regulable en altura y no en profundidad. No obstante su grosor y manejo son buenos y no impide encontrar una postura de conducción adecuada, en parte debido a los reglajes del asiento del conductor.

Los asientos están forrados parcialmente en tejido técnico y en piel sintética de buen tacto, pero demasiado caluroso (suerte que la mayoría de sus usuarios lo emplearán en climas fríos). No destacan especialmente por su sujeción lateral pero son suficientemente cómodos en viajes (al menos los delanteros). En cambio los reposacabezas, aun cumpliendo su importante función, resultan algo duros e incómodos.

El espacio interior es correcto y se ha aprovechado de forma notable, sorprendiendo la cota de altura, más que suficiente, incluso, para tallas altas. Cuatro adultos viajarán con la suficiente comodidad (mejor los de las plazas delanteras que los de las traseras) sin sentirse torturados.

Existe la posibilidad, como era el caso de la unidad probada, de incluir 3 plazas en la parte posterior, pero no recomendamos en ningún caso la utilización de este espacio central (salvo en casos de extrema necesidad). Sus respaldos pueden plegarse hacia delante de forma asimétrica, para aumentar la exigua capacidad del maletero a la hora de transportar bultos de grandes dimensiones.

El cuadro de mandos tras el volante, de curiosas formas, nos muestra los dos relojes típicos que indican las revoluciones del motor o la velocidad y en su interior multitud de testigos nos alertarán de diversos aspectos de la mecánica, del sistema de tracción o del tipo de iluminación empleada.

En el centro otro tercer elemento sirve como ordenador de a bordo con indicación de temperatura externa, nivel de combustible o los cuentakilómetros parciales y totales, así como los consumos medios e instantáneos. Su sistema de iluminación nos retrotrae a los empleados hace algunos años y resulta complicado ver las grafías cuando, por ejemplo, usamos gafas de sol polarizadas.

El salpicadero está formado en su totalidad por plásticos duros pero de agradable tacto y formas. Lástima de los reflejos en el parabrisas que produce cuando incide sobre él directamente la luz del sol, al igual sucede con el plástico negro de la radio o de la climatización que, en numerosas ocasiones, impiden ver la información mostrada.

La consola central cuenta con la presencia de los mandos de los elevalunas delanteros, la palanca de la caja de cambios manual de 5 relaciones, de buena ubicación y manejo y, sobre todo, de un mando fundamental para nuestras incursiones off-road como es la tecla que activa o desactiva el ELD, del que hablaremos más adelante en el apartado referido al comportamiento de este pequeño modelo italiano.

Algo más abajo están las tomas auxiliares de audio y USB, así como un posavasos (donde puede ir situado un cenicero extraíble) y el correspondiente encendedor, que se usará más comúnmente como toma de corriente de 12 voltios. Finalmente, y para culminar el conjunto, encontramos el mando de accionamiento del freno de mano, con unas curiosas formas, a las que hay que acostumbrarse.

Maletero

Dadas las recortadas dimensiones generales de este modelo, evidentemente el maletero no es uno de sus aspectos más favorecidos. Con una capacidad total de apenas 225 litros, tendremos poco espacio más del estrictamente necesario para llevar nuestras pertenencias. Al menos sus formas son lo suficientemente regulares como para colocar adecuadamente lo que transportemos.

El portón, completamente vertical, tiene un tamaño reducido, acorde con el de este pequeño Panda, mientras que su boca de acceso se sitúa a una altura correcta, que no nos impedirá colocar objetos pesados en su interior.

Una vez plegamos los asientos posteriores, bien de forma asimétrica o totalmente, el espacio disponible para la carga se ampliará notablemente, hasta una cifra no facilitada por el fabricante, pero sin proporcionar un especio de carga totalmente plano y a costa de convertir al modelo en un auténtico biplaza.

Debajo de la zona de almacenaje hallamos una rueda de repuesto de emergencia, en medidas 125/80 R15 95M, para aprovechar mejor el escaso espacio disponible y no mermarlo aún más con una de dimensiones estándar, siendo menos problemático su uso que en otro tipo de vehículos gracias al escaso peso de este modelo.

Equipamiento

No está nada mal provisto este Panda 4×4, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un pequeño modelo urbano y el precio-base a desembolsar si queremos adquirirlo.

El equipamiento de serie cuenta con elementos tales como:

  • Asientos posteriores con apoyacabezas.
  • Radio-CD MP3.
  • Cierre centralizado con mando a distancia.
  • Climatizador manual.
  • Elevalunas eléctricos delanteros.
  • Rueda de repuesto de emergencia.
  • Sensor de temperatura externa.

  • Servodirección eléctrica Dual-Drive.
  • Volante regulable en altura.
  • Neumáticos de invierno.
  • Barras longitudinales en el techo.
  • Molduras de protección lateral.
  • Paragolpes pintados en el color de la carrocería.
  • Espejo de cortesía del conductor.
  • Toma de corriente de 12 voltios en la zona de carga.
  • Cubiertas de los retrovisores en el color de la carrocería.
  • Espejos eléctricos y desempañables.
  • Llantas de aleación de 15 pulgadas.

  • ABS
  • Airbag del conductor.
  • Airbag del acompañante.
  • Airbags de cortina.
  • ESP (Control de Estabilidad).
  • Tracción 4×4.
  • Start&Stop.
  • Luz en el maletero.
  • Parasol del lado del pasajero con espejo.
  • Tiradores de puertas en el color de la carrocería.

También contamos con la presencia de un navegador externo, firmado por TOMTOM, que dispone de un soporte en la parte superior del salpicadero, aunque su ubicación disminuye sensiblemente la visibilidad delantera. Su funcionamiento es francamente bueno y, además, contaremos con un sistema de navegación que podremos utilizar también como peatones o llevárnoslo a casa para actualizarlo en nuestro ordenador.

Aunque no es menos cierto que hay algunos elementos que deberían estar disponibles, aunque fuera como opción. Es el caso de los elevalunas de las puertas traseras o los sensores de luces y lluvia cuya ausencia es más llamativa cuando, por ejemplo, sí está disponible un dispositivo como el City Brake System que, mediante una cámara, detecta la inmediatez de una colisión, por debajo de 50 km/h, frenando automáticamente el vehículo.

Podemos comprar un FIAT Panda desde tan sólo 8.874 €, del 1.2 Pop 69 CV (gracias a las diversas ayudas gubernamentales y de la marca italiana), aunque la versión 4×4 está disponible desde los 14.550 €, del Panda 4×4 0,9 85 CV TwinAir.

En el caso del Panda 4×4 1,3 75 CV diésel podemos adquirirlo desde 15.331 €, pero la unidad probada contaba, adicionalmente, con el siguiente equipamiento:

  • Color Verde Toscana —– 322,00 €
  • Pack Flex 5 plazas —– 535,00 €
    • 3 cinturones traseros, 5 plazas y 3 reposacabezas traseros.
    • Asiento del pasajero abatible y convertible en mesa.
    • Asiento del conductor regulable en altura.
    • Kit fumador.
    • Kit confort.

  • Pack Tecno —– 535,00 €
    • Mandos en el volante (10 botones).
    • Blue & Me 2.
    • Personalización del idioma Blue & Me al español.
    • Luz de cortesía con temporizador.
  • Faros antiniebla —– 161,00 €
  • City Brake System (Mitigación de Colisión) —– 270,00 €
  • Climatizador automático —– 322,00 €

Por lo tanto su precio sube hasta los 17.476 €, una vez aplicados los descuentos (2.318 € como promoción del coche y 303 € como promoción del equipamiento opcional). Un coste final contenido para lo que es capaz de ofrecernos este singular modelo.

Motor

El FIAT Panda 4×4 puede montar dos propulsores diferentes: bien la variante TwinAir de gasolina, con tan sólo 2 cilindros y 875 cc, que rinde 85 CV; o también, como en el caso de la unidad probada, el conocido MultiJet, alimentado por gasóleo, de 4 cilindros y 1.248 cc, que gracias a la sobrealimentación y a la gestión electrónica es capaz de ofrecer una potencia de 75 CV a 4.000 rpm y un par máximo de 190 Nm a 1.500 rpm.

Sus prestaciones son francamente modestas, a pesar de tener que mover unos no excesivos 1.115 kg en orden de marcha, logrando una velocidad máxima de 159 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en unos eternos 14,5 segundos.

Pero sinceramente no creemos que nadie se compre este modelo con la finalidad de marcar el mejor tiempo en su tramo favorito de carretera de montaña, más bien al contrario, y en ese caso se muestra suficiente para llevarnos, casi, al fin del mundo. Sobre todo porque nos encontramos subidos a un modelo bastante frugal en lo que a consumo de combustible se refiere, con unas cantidades homologadas de 5,0 l/100 km en el ámbito urbano; 4,6 l/100 km en los recorridos interurbanos; y 4,7 l/100 km como consumo mixto.

Nosotros obtuvimos un consumo medio de 5,5 l/100 km, lo que no está nada mal, sobre todo porque las condiciones distaron mucho de las casi idílicas en las que se realizan las pruebas de homologación. Lo que supone que, a pesar de los escasos 35 litros de capacidad de su depósito, la autonomía ronda los 600 km. Las emisiones de CO2 se conforman con 125 g/Km.

Comportamiento

Como todo buen utilitario que se precie, comenzaremos analizando su comportamiento en el entorno urbano. No hay que olvidar los orígenes de este modelo y, por tanto, es en este ámbito donde el pequeño Panda se mueve como pez en el agua.

Si a ello le sumamos la altura ligeramente superior sobre los FIAT Panda más convencionales, unas suspensiones algo más cómodas a la hora de pasar por los baches o los guardias tumbados gracias a su mayor recorrido, un eficaz sistema Stop&Start (aunque hay que accionar a tope el embrague para que el coche vuelva a arrancar…) y, sobre todo, un volante grande y una servodirección eléctrica Dual-Drive que simplemente pulsando un botón se vuelve mucho más suave, entonces nos encontraremos ante el vehículo ciudadano “casi perfecto” porque, además, se puede aparcar en prácticamente cualquier sitio…

Si proseguimos la marcha y enfilamos alguna carretera nacional, y más si esta es de montaña, el pequeño Panda continuará mostrándose como un modelo de conducción intuitiva y fácil. El motor responde de forma muy lineal y si mantenemos una conducción fluida, sin fuertes aceleraciones y frenadas, entonces podremos lograr unos promedios medianamente aceptables. Los frenos gozan de un notable poder de detención, estando formados por discos ventilados delanteros, con un diámetro de 257 mm, y macizos traseros, con 240 mm de diámetro, que se muestran sobrados para detener los poco más de 1.100 kilos que pesa este modelo. Los neumáticos M+S con los realizamos la prueba no presentan excesiva deriva y agarran en seco por encima de las posibilidades dinámicas de este modelo.

Sólo si avivamos el ritmo, entonces sale a relucir su corta distancia entre ejes, con unas reacciones que se vuelven menos progresivas, lo que junto a una mayor oscilación de la carrocería repercute en que acabemos aflojando el ritmo.

Otro cantar es cuando la carretera se encuentra no sólo ya mojada sino, por ejemplo, nevada. Aquí el pequeño vehículo italiano se transforma. La tracción 4×4, el escaso peso, las eficaces gomas y el motor forman un conjunto que nos permitirá llegar donde otros modelos tendrán serias dificultades en avanzar o, directamente, se tendrán que dar media vuelta. Resulta pasmoso lo bien que se desenvuelve en estas condiciones, tal y como vimos en el vídeo de la primera parte de esta prueba. Por tanto no es de extrañar su proliferación en poblaciones de alta montaña, con carreteras estrechas, serpenteantes y con un clima extremo durante gran parte del año.

Si posteriormente tenemos que recorrer un largo trecho por autovía o autopista, es cuando el FIAT Panda se notará más a disgusto. No porque lo haga mal, pero no es su ambiente. El pequeño motor va siempre forzado (más si circulamos con 4 personas a bordo y el equipaje que cabe en el maletero) al disponer la caja de cambios tan sólo de 5 relaciones. Esto hace que el propulsor a 120 km/h, con la quinta marcha engranada, funcione a no menos de 3.000 rpm, con el consiguiente aumento de consumo y también de ruido, que se transmite claramente al interior. Además, en este tipo de vías, tanto por su mayor altura (que, sin embargo, resulta beneficiosa en ciudad o campo) como por las suspensiones más blandas, tienen como contrapartida que el viento lateral hace notar más su presencia, manifestándose en ligeras imprecisiones de la dirección y una trayectoria algo errática. Con lo que los largos desplazamientos acaban convirtiéndose en un trámite ingrato.

Pero si cómodo se encontraba en la urbe, no menos lo estará en cuanto circulemos con él fuera de los tramos asfaltados… Y es precisamente en los terrenos más complicados donde los recortados voladizos le confieren unos buenos ángulos característicos (21º de ángulo de ataque y 36º de salida, además de 20º de ángulo ventral) que, gracias a las contenidas dimensiones antes mencionadas, al poco peso, a la efectividad del sistema de tracción total, los neumáticos M+S que le otorgan una gran motricidad y al no menos voluntarioso propulsor diésel, nos permitirá pasar por sitios inimaginables.

La tracción total del pequeño Panda está basada en un sistema de transmisión tipo «Torque on demand», es decir, que sólo se activa cuando es necesario (aunque se encuentre pre-engranada). El resto del tiempo circularemos únicamente con tracción delantera. Además cuenta con una emulación de bloqueo de diferencial, denominado ELD (Electronic Locking Differential), que no es otra cosa que una función adicional del ESC (Electronic Stability Control), que frena la rueda que pierde tracción transmitiendo el par a la que está en contacto con el suelo, lo cual nos permitirá, por ejemplo, arrancar sobre superficies deslizantes de fuerte pendiente.

El único problema aquí viene porque, aunque la primera velocidad es corta, el motor prácticamente “no existe” por debajo de las 2.000 rpm, por lo que hay que revolucionarlo por encima de esa cifra para poder subir con cierta solvencia pendientes pronunciadas. Nos encantaría poder probarlo con una caja de cambios de 6 velocidades, en la que se podría poner un desarrollo aún más corto en la primera velocidad y contar con una sexta velocidad de desahogo, de forma que se reduciría todavía más el consumo de combustible, además de la sonoridad a velocidades de crucero por autopista y autovía.

Como lo prometido es deuda, y para que veáis que es absolutamente cierto todo lo que os hemos contado, aquí va el segundo vídeo del FIAT Panda 4×4, en esta ocasión desenvolviéndose con una facilidad pasmosa en la pista de pruebas de la firma italiana:

También sobre nieve:

Veredicto de Coches.com

Nos encontramos ante un vehículo francamente sorprendente. Ideal como segundo coche en aquellos lugares del norte de nuestro país (o en zonas de montaña) donde las condiciones climatológicas sean adversas gran parte del año. Nos podremos mover con total seguridad por carreteras nevadas, caminos de tierra o incluso pistas más complicadas si tenemos necesidad de ello. Llegaremos a lugares a los que incluso modelos calificados como todoterreno, que le duplican y hasta triplican en precio, tendrán serias dificultades en poder acceder.

Además si en algún momento tenemos que bajar a la gran ciudad no le haremos ascos pues dispondremos de un modelo utilitario que se desenvuelve a las mil maravillas en la urbe, con un consumo contenido, resultando fácil de aparcar. Y todo ello por sólo algo más de 15.000 euros. ¿Entendéis ahora el porqué de su popularidad en ciertos entornos?

Si requerís de un vehículo que cubra este tipo de necesidades, el FIAT Panda 4×4 puede ser una muy buena opción y estamos seguros de que no os defraudará. Siempre podéis encontrar el mejor precio disponible, para éste y otros modelos, en el buscador de Coches.com, aparte del seguro idóneo a vuestras necesidades.

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