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Gonzalo Yllera

Prueba a fondo: BMW X6 xDrive 40d

Como se suele decir en estos casos, ni los más viejos del lugar recuerdan tal sucesión de, las ahora denominadas, ciclogénesis explosivas que están azotándonos con toda crudeza durante estos últimos meses de invierno, nada benévolo con nosotros. Los meteorólogos se afanan en explicar dichos fenómenos: “que si se trata de una situación atípica… “, “que sólo pasa muy de tarde en tarde…”, “que se debe a una conjunción de factores derivados del calentamiento global…” y otro largo etcétera. Nosotros no somos expertos y les dejamos a ellos esa complicada labor pero, a lo mejor la explicación está mucho más cerca de lo esperado, concretamente en el vehículo que probamos esta semana para vosotros: el poderoso BMW X6 xDrive 40d.

Este SAV (sí, he dicho SAV y no SUV, como acrónimo del término utilizado por BMW: Sport Activity Coupé) intimida desde el primer vistazo, destila poderío por todos sus poros y su presencia no pasa en absoluto desapercibida. A pesar del frio reinante y de las fuertes rachas de viento, lluvia y nieve, acceder a su interior supone aislarse completamente de lo que sucede a nuestro alrededor, no filtrándose ni el más mínimo silbido del viento… La sensación subjetiva (pero también objetiva) es la de estar dentro de una burbuja hermética que nos protege de todos los peligros de ahí fuera…

Además la altura a la que vamos situados nos otorga un control total sobre el entorno a lo que se suman un poderosísimo propulsor diésel biturbo, que más parece un modelo de gasolina por su sonido y sensaciones acompañado, como no, de la alabada tracción total xDrive. Por tanto, no es de extrañar que no sólo no evitásemos las carreteras más ratoneras y complicadas, sino que las buscásemos deliberadamente, con la tranquilidad de sabernos conduciendo uno de los mejores vehículos para afrontar tales tramos, independientemente del estado en el que se encontrasen.

BMW marca tendencia con los vehículos que diseña y fabrica. Desde sus recientemente aparecidas variantes eléctricas, pasando por los compactos, los deportivos, las berlinas de lujo y ,ahora, incluso sorprenden con un monovolúmen, los modelos de la firma bávara escogen su propio camino (que a algunos gustará más y a otros no tanto), pero no dejando indiferente a nadie. Quizá no sean, en ocasiones, los primeros en llegar a un nicho de mercado, pero lo que sí sabemos es que una vez deciden dar el paso, se convierten en un auténtico referente frente a sus competidores, tanto a nivel de calidad, rendimiento o comportamiento.

Esto es lo que sucede también cuando hablamos de un segmento tan en boga como el de los SUV Premium. El caso del BMW X6 que hoy es protagonista de nuestra habitual prueba semanal no hace sino mostrarnos esa peculiar visión de los ingenieros germanos. Y es que no parece muy lógico mezclar en un mismo envoltorio un SUV de proporciones descomunales, un deportivo, un coupé y todo ello animado por una mecánica diésel de más de 300 CV de potencia… ¿o sí?.

Vamos a analizarlo pormenorizadamente para tratar de encontrar la respuesta:

Exterior

La primera visión de este modelo nos deja perplejos. Sus dimensiones se salen de los cánones habituales, provocando que tengamos que recalibrar nuestra tabla de valores. A duras penas conseguiremos estacionarlo en las plazas de parking estándar o, como nos ocurrió a la hora de intentar lavarlo, antes de la sesión fotográfica, tener que realizar numerosas maniobras para cuadrarlo sin que sobrepasase lo límites de seguridad del túnel de lavado.

Y es que sus 4,877 metros de longitud, una anchura de 1,983 metros (con los espejos plegados, que aumenta hasta los 2,195 en caso de no estarlo) y una altura de 1,690 metros, no contribuyen en exceso a que pasemos desapercibidos a sus mandos. Si a ello le sumamos unas líneas sumamente atractivas y tremendamente poderosas tendremos el coctel perfecto para ser el centro de todas las miradas, tanto en parado como cuando circulemos con él.

El frontal, de formas muy redondeadas y aerodinámicas (con un coeficiente de penetración Cx de 0,34) teniendo en cuenta que estamos ante un gran SUV o SAV (perdón), está presidido por los dos simbólicos riñones centrales, de generoso tamaño, cada uno con sus 7 lamas verticales, destinados a refrigerar el poderoso propulsor. A ambos lados los grupos ópticos delanteros (bi-xenón) que remarcan su aspecto intimidante, aúnan las funciones de luz de día, cruce, carretera e intermitentes, contribuyendo a redondear no solo el apartado estético sino a mejorar nuestra seguridad, gracias a la excelente iluminación que proporcionan en todo tipo de circunstancias.

Justo debajo de esas dos aberturas tan características de la marca alemana, se encuentran otras dos, pero esta vez en formato longitudinal, la superior algo más estrecha que la inferior, encargadas de enviar aire fresco a los radiadores e intercooler, y que delimitan la zona de la matrícula. En los laterales inferiores del paragolpes hay otras dos tomas, con una aportación más estética que funcional (ya que están cerradas), donde se sitúan los faros antiniebla, rodeados de un reborde cromado. La altura libre al suelo supera por poco los 21 cm.

No podemos pasar por alto tampoco el enorme tamaño de los espejos retrovisores, en consonancia con el masivo aspecto del resto del vehículo.

La vista lateral es la más característica de este SUV, donde se ha intentado dotar a la carrocería de un mayor dinamismo y deportividad, adoptando una pronunciada caída del techo a partir del pilar B, asemejándolo a un coupé tradicional. Los resultados son buenos hasta que nos acercamos a este X6 y nos damos cuenta de sus verdaderas proporciones.

El aspecto musculoso de este modelo también se delata en las pronunciadas nervaduras que recorren la carrocería desde la aleta delantera hasta la trasera, el necesario estribo lateral (opcional, pero totalmente recomendable para poder acceder más fácilmente al interior) o los pronunciados pasos de rueda que dan cabida a las descomunales ruedas que equipaba la versión probada. La distancia entre ejes es de 2,933 metros.

Las llantas elegidas para esta unidad son las denominadas Streamline 297, de 20 pulgadas, con diferentes dimensiones en ambos ejes. Diciéndolo finamenteno son las que más nos gustan del extenso catálogo que BMW tiene para este modelo (aunque para gustos…). Sobre ellas se montan unos excelentes neumáticos Dunlop SP Sport Maxx GT en medidas 275/40 R 20 106W en el tren anterior y 315/35 R 20 110W en el posterior. Afortunadamente no tengo que hacerme cargo de la factura a la hora de sustituirlos…

La zona trasera viene marcada por esa pronunciada caída del techo que comentábamos anteriormente, que nos deja un portón trasero muy tendido, con los inconvenientes intrínsecos de esta configuración, es decir, a pesar del buen tamaño del cristal posterior, la visibilidad es escasa. A ello se suma la incomprensible ausencia de un limpiaparabrisas trasero, lo que hace que, en días como en los que transcurrió la prueba, se reduzca drásticamente la visibilidad trasera (ahora comprendemos el gran tamaño de los espejos exteriores…)

El borde del portón del maletero presenta una forma plana que casi se asemeja a un pequeño alerón trasero y cuyo diseño responde a un cuidadoso estudio aerodinámico. Los grupos ópticos posteriores están formados íntegramente por LEDs, que garantizan la correcta visibilidad de este mastodonte de la carretera, sobre todo teniendo en cuenta que esta será la parte de la carrocería que verán más frecuentemente el resto de los usuarios de las vías por las que circulemos.

Su aspecto masivo se ve culminado por el paragolpes en el que se exhiben, en ambos laterales, dos inmensas salidas de escape que permiten respirar adecuadamente al propulsor. La zona central incluye una protección plástica de la zona baja, que remarca su lograda estética, pero dudamos seriamente que ningún propietario de un X6 esté dispuesto a comprobar su eficacia.

Interior

Una vez que abrimos la sólida puerta, franqueamos la entrada y nos subimos al asiento del conductor, lo primero que nos llama la atención es la considerable altura a la que estamos situados (y no nos referimos sólo a nivel físico…). Pero salvo eso, a lo que nos acostumbraremos enseguida, la posición de conducción no es muy distinta a la del resto de berlinas deportivas de la firma. Muchos de sus elementos presentan un tacto y apariencia ya conocidos, resultando bastante intuitivos, con la sobria presentación típica de la marca bávara.

Lo que se aprecia enseguida es la traslación al interior de sus generosas medidas exteriores, con un habitáculo muy amplio y cómodo, donde será muy difícil que se toquen los codos de los ocupantes de las plazas delanteras o traseras, gozando además de suficiente altura hasta el techo, incluso para las tallas más altas.

Destacan los excelentes butacones, de impecable realización, ergonomía y calidad de los materiales elegidos para su confección, como siempre ocurre en BMW. Además las numerosas posibilidades de regulación eléctrica facilitan enormemente el encontrar la postura de conducción más adecuada, que puede ser memorizada, si es que comparten el vehículo conductores de diferente talla o complexión.

El volante, por dimensiones, tacto y grosor, así como las levas situadas detrás del mismo están diseñados única y exclusivamente para proporcionar las mejores sensaciones de conducción, acordes al conocido lema de la marca. El cuadro de instrumentos ofrece una información clara y precisa, exponiendo sólo la información necesaria. Si bien quizá echamos de menos la típica pantalla, entre ambos relojes, que nos muestre diversa información complementaria. Aunque para eso está el Head-Up Display, opcional, que no montaba nuestra unidad de pruebas.

El salpicadero está presidido por una gran pantalla central, en la zona superior, donde podremos visualizar tanto las instrucciones de guiado o los mapas del sistema de navegación, como la información del excelente equipo de audio, el teléfono o las cámaras perimétricas (Top View) que rodean el vehículo y que de tanta utilidad son, dadas sus grandes dimensiones.

El resto de controles, situados debajo, son mucho más sencillos de lo esperado (consecuente con la sobriedad antes mencionada), encargándose del eficaz sistema de climatización o de las memorias de las emisoras de audio, cargador de CD´s, etc., rematando un conjunto donde el concepto Premium sale a relucir en todos y cada uno de sus rincones.

La guantera situada frente al copiloto, con un curioso sistema de apertura, ofrece suficiente hueco para guardar muy a mano la documentación del vehículo, chaleco reflectante y otros pequeños objetos. Nos ha gustado especialmente el aluminio cepillado que la recubre y que continúa también en el guarnecido de las puertas.

En la consola central, entre ambos asientos, encontramos la palanca que gestiona el avanzado cambio automático Steptronic de 8 relaciones, y la ruleta desde la que gobernaremos la mayoría de parámetros de configuración del vehículo, navegador, sistema multimedia etc. Justo detrás dos grandes apoyabrazos cubren una guantera de grandes dimensiones con diversos conectores y enchufes para cargar dispositivos electrónicos.

En la parte posterior, muy en línea con su concepción como coupé, sólo dispondremos de dos plazas. Eso sí, tan amplias, cómodas y con una sujeción lateral muy parecida a las anteriores. En el centro de los mismos se ha configurado una zona con guanteras donde poder colocar pequeños objetos, así como posavasos. También gozaremos de controles propios de la climatización. Opcionalmente (por un sobreprecio de 405,64 €) este modelo se puede pedir con 3 asientos en la parte posterior.

Los respaldos de los asientos traseros pueden abatirse, como veremos en el siguiente apartado, para mejorar el espacio de carga o para acceder al maletero, llamando poderosamente la atención el considerable peso de los mismos, lo que da idea de la solidez de construcción de todo el conjunto.

Maletero

A pesar de las tendidas formas de la carrocería en la zona posterior, no supone inconveniente para que este modelo disfrute de un maletero de considerables proporciones. Evidentemente no se trata de un X5, con sus 650 litros de capacidad (1.870 litros, abatiendo los asientos), pero los 570 litros de espacio, divididos en dos zonas por la sólida tapa del suelo, que cuenta con amortiguadores hidráulicos para elevarla y que se puede cerrarse con llave para preservar los objetos de valor que podamos depositar en su interior, no recibe más que parabienes por nuestra parte. La calidad del tapizado interior es excelente, con una moqueta gruesa tanto en la base como en los laterales disponiendo, además, de diferentes anillas o redes de sujeción para pequeños objetos.

Si es cierto que la boca de carga está a excesiva altura sobre el suelo (lo que dificultará subir objetos pesados) o que al no gozar de demasiada altura interior lo suple con una gran profundidad, lo que también entorpecerá el alcanzar los pequeños objetos más alejados del borde. No podía faltar el portón de apertura y cierre eléctrico, que le aporta un plus de comodidad muy de agradecer.

A pesar de que nuestra unidad carecía de una tapa reclinable en el respaldo de los asientos posteriores para poder llevar, por ejemplo, unos esquíes, los bultos de mayores proporciones podrán transportarse abatiendo asimétricamente el asiento posterior, con lo que el volumen total se eleva hasta los 1.450 litros.

No dispone de rueda de repuesto, aunque si fuese de las dimensiones opcionales montadas en esta versión tampoco habría hueco donde ubicarla. En su lugar encontraremos un kit reparapinchazos y un compresor de excelente calidad (similar al que ya tuvimos ocasión de probar en su momento, en la Prueba a Fondo del MINI Cooper S Countryman ALL4). Si tenemos la fatalidad de que en vez de un pinchazo, se nos raje una rueda o desllantemos, entonces no nos quedará más remedio que recurrir a la eficaz asistencia en viaje de la marca bávara.

Equipamiento

Hablar de equipamiento en uno de los vehículos tope de gama de BMW es como intentar poner límites al campo. Sabemos dónde se empieza, pero nunca dónde se acaba, es decir, conocemos cuál es el precio base de la versión, pero no nos podremos imaginar hasta qué límites crecerá la factura final, resultando extremadamente fácil cometer peligrosos excesos que repercutirán posteriormente en la salud de nuestra cuenta corriente.

Estaremos de acuerdo en que quien se decanta por un automóvil de estas características suele tener su vida convenientemente resuelta, al menos económicamente hablando, ya que la versión más básica parte de los 72.900 €  del BMW X6 xDrive 30d, mientras que el BMW X6 xDrive 40d lo hace desde 76.600 €. En el caso de la unidad que BMW nos dejó para efectuar esta prueba disponía, además, del siguiente equipamiento opcional:

  • Pintura Midnight Blue —– 1.208,95 €
  • Llantas aleación ligera Streamline 297 —– 2.588,93 €
  • Cuero exclusivo Nappa con contenido ampliado Schwarz —– 1.071,76 €
  • Paquete de Comunicación Professional —– 3.799,99 €
  • Aviso de salida de trayectoria —– 640,27
  • Cambiador de 6 discos DVD —– 763,55 €
  • Sistema Hi-Fi Professional DSP —– 1.590,73 €
  • Acristalamiento con protección solar —– 516,99 €

  • Carriles longitudinales para la baca —– 332,07 €
  • Estribos de aluminio —– 604,48 €
  • Asientos Comfort de regulación eléctrica —– 2.785,77 €
  • Calefacción de los asientos delanteros —– 469,26 €
  • Interior de techo en color Anthrazit —– 474,15 €
  • Tomas de corriente adicional de 12 V —– 49,71 €
  • Paquete de iluminación —– 405,64 €

Por lo que el precio final se incrementaba considerablemente, ascendiendo nada menos que hasta los 93.902,26 €.

Motor

El motor que equipa el BMW X6 xDrive 40d, que hoy traemos ante vosotros, es el mismo que sirve de base para los MINI ALL4 Racing, ganadores de las 3 últimas ediciones del Rallye Dakar, de los que ya os hablamos aquí extensamente, solo que este último está especialmente adaptado a las peculiaridades de una prueba tan singular a nivel de refrigeración, curva de potencia, elementos auxiliares, etc. pero la base es exactamente la misma, lo que da idea del potencial de este modelo.

Se trata del conocido 6 cilindros en línea y 4 válvulas por cilindro de 2.993 centímetros cúbicos de la firma bávara. Cuenta con un sistema de inyección directa tipo Common-rail y está sobrealimentado mediante dos turbocompresores de geometría variable (TwinPower Turbo), lo cual finalmente implica que es capaz de alcanzar una respetable potencia de nada menos que 306 CV a 4.400 rpm y un par máximo de 600 Nm entre 1.500 y 2.500 rpm.

El nivel prestacional alcanzado no le va a la zaga, logrando una velocidad máxima de 236 km/h o, lo que todavía impresiona más, acelerar de 0 a 100 km/h en tan sólo 6,5 segundos además de realizar el kilómetro partiendo desde parado en 26,9 segundos (cifras que ya quisieran para sí algunos modelos que se califican como deportivos), sobre todo si tenemos en cuenta que, en orden de marcha, este BMW X6 pesa la friolera de 2.675 Kg.

Todo ello con un consumos homologados de 8,8 l/100 km en ámbito urbano; 6,8 l/100 km en recorridos interurbanos y 7,5 l/100 km en el combinado. Nuestras cifras distan bastante de éstas, como suele ser habitual, obteniendo un consumo medio que nunca bajó de los 10 l/100 km, y con valores por encima de los 12 l/100 km en ciudad o de los 15 l/100 km en conducción muy deportiva.

Y es que cuesta mucho resistirse al tremendo potencial de este propulsor. Esto implica que, en condiciones reales, con un depósito de combustible, de 85 litros de capacidad, la autonomía superará por poco los 800 km. De todas formas no nos parece que el consumo sea ni mucho menos excesivo para la tremenda capacidad prestacional que ofrece este modelo. Por su parte las emisiones de CO2 se sitúan en 198 g/km.

Comportamiento

Arrancamos el motor, pulsando un botón en el salpicadero (una vez introducida la llave en su ubicación) y un inmediato y ronco bramido nos acompaña, anticipándonos el potencial de tan descomunal modelo. No suena a diésel, tanto por el ruido que sale de los escapes como por la excelente insonorización del habitáculo.

Una vez abandonamos el parking de la sede del grupo alemán, los primeros instantes en ciudad son de conocimiento mutuo. Resulta curioso el hecho de estar sentados tan altos, pero con una postura de conducción muy próxima a la del resto de berlinas de la marca. Todos los elementos nos resultan familiares, por lo que la habituación es inmediata, únicamente deberemos tener cuidado con sus dimensiones para desenvolvernos tranquilamente entre el cada vez más congestionado tráfico existente a esas horas en la capital de España.

De todas formas resulta curioso observar como cuando los vehículos que nos preceden (o salen a nuestro paso) ven por los espejos acercarse a esta mole, se apartan casi impulsivamente, aunque estemos practicando una conducción de lo más relajada y siempre cumpliendo estrictamente las normas. Tal es el poderío y agresividad que emana este modelo.

Gracias a los tremendos bajos de su propulsor y a la suavidad de marcha que proporciona el excelente cambio automático Steptronic de 8 velocidades no tendremos problemas a la hora de circular por ciudad. Evidentemente no es el ámbito donde mejor se desenvuelve, e incluso deberemos ser algo más precavidos de lo habitual al deambular por calles estrechas, aunque la mayor altura a la que vamos contribuirá a que podamos anticiparnos a las maniobras de otros conductores. También deberemos ser cuidadosos al acceder a parkings públicos o al intentar encontrar plaza de aparcamiento en la calle, aunque en estos casos el sistema de ayuda al estacionamiento, sumado a las cámaras perimétricas (Top View), serán de tremenda ayuda.

Algo que sí hemos echado de menos en este ambiente es la presencia del sistema Stop&Start que contribuiría, al menos en parte, a reducir el consumo en detenciones en semáforos o aglomeraciones.

En carreteras de montaña hay que tomarse las cosas con una cierta precaución inicial, ya que sus dimensiones no son precisamente las de un pequeño SUV deportivo como el Nissan Juke Nismo. Pero una vez habituados podremos imprimir un ritmo de marcha realmente sorprendente, con una facilidad pasmosa y un guiado de precisión casi milimétrica. El propulsor nos impulsará de una curva a la siguiente en apenas unos instantes, perfectamente acompañado por las inmediatas reacciones del cambio de marchas (en posición Sport y manejado mediante las levas tras el volante).

Su comportamiento es muy bueno y las suspensiones contienen bien la carrocería. Eso sí, siempre que seamos conscientes de su tamaño y peso (no olvidemos que estamos hablando de más de 2 toneladas y media). Si sobrepasamos el umbral de lo lógico las inercias jugarán en nuestra contra y a pesar de la gran superficie de contacto con el suelo que suponen los grandes neumáticos y el considerable tamaño de los frenos, éstos últimos comenzarán a tener problemas para detener semejante mole, no tanto por capacidad de frenada y tacto como por resistencia ante un uso intenso.

Si, además, el estado de la calzada no es el idóneo notaremos que cada una de sus inmensas ruedas tratará de transmitir la mayor cantidad de potencia disponible al asfalto, a través del eficaz sistema xDrive de tracción a las cuatro ruedas, repartiendo el par casi instantáneamente entre ambos ejes, ayudado por una electrónica que solo se muestra intrusiva en los casos más extremos.

En autopistas y autovías se transforma en un gran rodador, casi al mismo nivel que las berlinas de representación de la marca. El tarado de las suspensiones no resulta nada duro, lo que unido a la gran comodidad interior y a la excelente insonorización hará que los grandes desplazamientos se conviertan en toda una delicia. Solamente el gran tamaño de los neumáticos, sobre asfaltos muy rugosos, hará que un pequeño y casi imperceptible rumor se transmita al interior.

Tendremos que tener cuidado, eso sí, con no sobrepasar los límites legales, cosa que resulta francamente complicada. Su potente propulsor, a 120 km/h, apenas superará las 1.800 rpm en octava marcha lo que, unido a la escasa sensación de velocidad que transmite el vehículo, puede llevar a que cometamos algunos excesos. Mejor programar el Cruise Control para evitar sustos en este sentido.

La verdad sea dicha no estamos ante un modelo concebido para desarrollar su día a día fuera de los tramos asfaltados. Ni por configuración de suspensiones, ni por el tipo de neumáticos montados, ni por distancia libre al suelo. Es cierto que podemos permitirnos ciertas alegrías gracias a la tracción total xDrive antes mencionada, pero más por pistas de tierra en buen estado que por caminos rotos o muy bacheados, y no digamos ya en todoterreno puro y duro. En tales casos es mejor que se imponga la cordura y demos media vuelta…

De todas formas si aun así y todo lo aquí indicado este modelo no os parece suficiente para vuestras aspiraciones, siempre podéis subir un par de peldaños más en la escala prestacional de este SAV de la marca bávara:

En el apartado diésel solamente se sitúa por delante el BMW X6 M50d, con un motor similar a la unidad que hemos probado, pero dotado de ¡¡3 turbos!!, con lo que obtiene una potencia de 381 CV entre 4.000 y 4.400 rpm y un par máximo de 740 Nm entre 2.000 y 3.000 rpm permitiéndose alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h o una aceleración de 0 a 100 km/h en apenas 5,3 segundos, recorriendo el kilómetro partiendo de parado en 24,8 segundos.

Si, en cambio, nos decantamos por la gasolina, el tope de gama de este modelo lo constituye el espectacular BMW X6 M (del que ya realizamos una corta toma de contacto en el circuito del Jarama) con su extraordinario propulsor de 8 cilindros en V y nada menos que 4.395 centímetros cúbicos, sobrealimentado mediante dos turbocompresores TwinScroll, que le supone alcanzar una descomunal potencia máxima de 555 CV a 6.000 rpm y un no menos inmenso par motor de 680 Nm entre 1.500 y 5.650 rpm. Gracias a tamaño potencial es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en tan solo 4,7 segundos o lograr una velocidad máxima (autolimitada electrónicamente) de 250 km/h, además de cubrir el kilómetro, partiendo desde parado en 23,5 segundos. Aunque también hay que estar dispuesto a pagar los más de 136.300 € que cuesta la versión básica (menos equipada) de este modelo…

Veredicto de Coches.com

Este auténtico todocamino Premium que es el BMW X6 xDrive 40d es todo un compendio del saber hacer de la firma germana. Es cierto que si queremos o necesitamos viajar cómodos dispondremos, siempre hablando dentro de la propia marca, de grandes y lujosas berlinas como el BMW Serie 6 Coupé (o el Gran Coupé). Si, en cambio, por nuestro quehacer profesional o lúdico, necesitamos frecuentar todo tipo de terrenos, incluidas pistas de tierra para acceder a una finca o llevar a cabo actividades recreativas, transportando cierta cantidad de material, nos vendrá mucho mejor el recientemente renovado BMW X5.

Pero el BMW X6 intenta conjugar (y creemos que lo consigue satisfactoriamente) lo mejor de esos mundos, sumándole además un plus de deportividad, exclusividad y representatividad. Es un símbolo de éxito personal o profesional y como tal su adquisición escapa a parámetros meramente racionales.

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