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Gonzalo Yllera

Nissan 370Z Nismo, prueba a fondo

En una época dominada por la constante supervisión de las ayudas electrónicas a la conducción, la delicada asistencia en los mandos o los cómodos reglajes de suspensión, resulta todo un alivio que todavía puedan adquirirse deportivos de pura raza, que no simplemente nos transporten de un punto a otro.

De esos en los que hay que esforzarse por conducirlos, en cambiar de marcha en su caja de cambios manual o en pisar con consistencia los pedales del freno y del embrague para que respondan a nuestros deseos; en los que podemos sentir el brutal empuje de un vigoroso propulsor atmosférico de alta cilindrada transmitido en exclusiva al eje posterior, a la vez que sufrimos cada imperfección del asfalto en nuestro trasero gracias a las reacciones poco filtradas de las secas suspensiones y los anchos neumáticos. Y por supuesto, como colofón, la gratificante sonoridad proveniente de una línea de escape sujeta a pocas restricciones.

En Nissan, afortunadamente, todavía existe un vehículo así: y no es otro que el objeto de nuestra prueba de esta semana: el 370Z Nismo 2015.

Como muchos de vosotros ya conoceréis, Nismo es la división del gigante japonés especializada en sus vehículos de competición y que, al mismo tiempo, trata de transmitir ese espíritu a las creaciones más deportivas de los modelos de calle del fabricante de Yokohama.

Sus orígenes datan de hace justo 50 años, cuando a un grupo de ingenieros nipones de la firma Prince Motor Company se les ocurrió adaptar un motor V6 para introducirlo bajo el capó de un Skyline, mejorando notablemente la relación peso/potencia del modelo original. Tras no pocas vicisitudes consiguieron homologar 100 unidades y hacerlo competir con notable éxito. Este fue el principio de una fructífera relación, que les llevaría dos años más tarde (1966) a formar parte de la gran compañía automovilística.

Las actividades deportivas de Nissan estaban separadas en dos empresas, una de las cuales se ocupaba de los coches oficiales de fábrica y otra de los clientes privados, pero en 1984 se decidió fusionarlas en una sola bajo el nombre de Nissan Motorsports International Co. Ltd, más conocida por su acrónimo de Nismo.

No es la primera vez que un modelo firmado por la división más deportiva de la firma japonesa pasa por nuestras manos. En aquella ocasión analizamos el Nissan Juke Nismo 2013, un atractivo SUV urbano al que se le aplicó la receta habitual en estos casos para tratar de convertirlo en un verdadero deportivo. Aunque su comportamiento en carretera ganó muchos enteros, al someterlo al trato intensivo en un circuito mostró ciertas carencias a la hora de transmitir al asfalto la mayor potencia disponible, únicamente a través del tren delantero.

En esta ocasión el objetivo va mucho más allá, puesto que este Nissan 370Z Nismo toma como base un modelo que ya es en sí mismo un excelente deportivo y que ha demostrado su valía en numerosas ocasiones, como es el efectivo y divertido Nissan 370Z, que en su momento ya pasó bajo la lupa de Coches.com.

Aunque no nos fuimos hasta una pista de carreras a probarlo, si le aplicamos un tratamiento lo suficientemente exigente, recorriendo un sinfín de tramos de montaña y tomando a alto ritmo curvas de todo tipo con el fin de analizar a fondo su comportamiento… ¿habrá salido bien parado de esta prueba?

Exterior

Si el modelo de partida ya es un deportivo sumamente llamativo por sus sugerentes líneas, su reducida altura y su ancha y asentada apariencia, los calificativos a emplear se ven pronto superados cuando hablamos de esta versión a la que se le ha aplicado la receta Nismo que, a nivel externo, ha consistido en numerosas mejoras aerodinámicas y estéticas que le otorgan una estampa aún mucho más provocadora y agresiva. Agresividad que se ve notablemente acrecentada por el color Negro Diamante con el que está pintada nuestra unidad de pruebas.

A pesar de la espectacularidad del conjunto sus dimensiones generales son bastante contenidas, con una longitud total de 4,410 metros, una anchura de 1,870 metros y una altura de tan sólo 1,315 metros, mientras que la distancia entre ejes es de 2,550 metros.

En el frontal no varía su bajo capot o los faros delanteros, pero sí se modifica el paragolpes que dispone de una parrilla con nuevas formas (atravesada en su zona central por un perfil en color gris) cuya misión consiste en alimentar de aire fresco al potenciado propulsor. Se prescinde de las luces diurnas tipo LED emplazadas verticalmente en los laterales, y se añade un contundente spoiler en la parte inferior, que contribuye a aumentar la carga aerodinámica a altas velocidades en esta zona.

En la vista lateral es donde mejor se aprecia su estudiada aerodinámica (con un coeficiente de penetración de 0,32), gracias a su morro afilado, su corto e inclinado parabrisas o su techo descendente que se une sin solución de continuidad con el portón trasero para terminar en un espectacular alerón que aporta las dosis necesarias de radicalidad.

La tradicional línea roja característica de las versiones Nismo, que no se ha pintado en el frontal de este modelo, sí podemos apreciarla en los retrovisores exteriores que, junto al asa de la puerta y al intermitente lateral redondo con el logo Z, son algunas de las notas diferenciadoras de esta vista frente al oscuro tono general del conjunto.

Pero es que en esta versión pasada por el tamiz de Nissan Motorsports resaltan, además, unas espectaculares llantas RAYS de aluminio forjado, de 19 pulgadas de diámetro y exclusivas para este modelo, donde se calzan unos deportivos neumáticos Pirelli P-Zero Rosso en medidas 245/40 ZR19 98Y en el tren delantero y 285/35 ZR19 99Y en el posterior.

A través de ellas se dejan entrever unos frenos que también han sufrido ligeras mejoras, montando ahora latiguillos metálicos y líquido de frenos heredados directamente del Nissan GT-R. Cuenta en el tren anterior con discos ventilados de 355 mm de diámetro y pinzas de aluminio de 4 pistones pintadas en rojo, mientras que en el trasero son, también ventilados, pero de 350 mm de diámetro y pinzas de 2 pistones.

La distancia libre al suelo se ha reducido hasta tan sólo 115 mm por la suspensión modificada, que consta de nuevos amortiguadores, muelles y barras estabilizadoras. Este efecto que se ve acrecentado por la presencia de unas voluminosas faldillas laterales en color gris que recalcan su poderío.

La zaga es, a nuestro modo de ver, la zona más conseguida, estando marcada por la presencia de un gran alerón que, aparte de la mejoría estética, se encarga de proporcionar una mayor estabilidad a altas velocidades, aunque también disminuye la ya de por sí precaria visibilidad posterior. Incluye en su cuerpo la tercera luz de freno.

Los grupos ópticos traseros son idénticos a los de la versión estándar del 370Z y enmarcan al símbolo de Nissan que está flanqueado por la denominación del modelo y por el logotipo de Nismo. El paragolpes trasero también es específico de esta versión con unos extractores de aire verticales, situados en los laterales, y un voluptuoso rebaje que acoge en su interior la placa de matrícula.

Lo que más cambia es la parte inferior por sus formas heredadas directamente de la competición con un característico difusor, delimitado por un reborde de color rojo, donde además se sitúa la luz antiniebla, en posición central. Pero, sobre todo, destaca la presencia de las dos grandes salidas de escape, que no son más que el punto final de un conjunto que ha sido optimizado para mejorar la respuesta del vehículo, además de añadir bastantes decibelios a la sonoridad del V6 alojado en la parte delantera.

Interior

Tras abrir la puerta, sin marco, se presenta ante nosotros el típico interior que esperaríamos encontrarnos en un modelo de estas características, es decir, pensado exclusivamente para conducir, sin demasiados elementos que nos distraigan de esta labor, aunque pasado por las especiales manos de los diseñadores japoneses y todo lo que conlleva.

El acceso al habitáculo no resulta complicado, dado el tamaño de las puertas, aunque deberemos tirarnos al interior y acomodar nuestras posaderas muy cerca del suelo. Pero no temáis, el espacio es suficiente para sus dos ocupantes, incluso aunque su estatura se aproxime a los 1,90 metros. Los exclusivos asientos Nismo, con las recurrentes costuras rojas y el logo bordado en los respaldos destacan tanto por su comodidad en viajes como por la sujeción en curvas aunque, para ser sinceros, esperábamos “algo más” dada la herencia de competición de este modelo, quizá más similares a un bacquet y con la banqueta extensible para aportar sujeción extra en las pantorrillas.

Hay muchos ejemplos en otras marcas que sí los incluyen en sus ediciones limitadas, aunque sea como opción, dotándoles de un halo de deportividad y exclusividad muy de agradecer. Las regulaciones de los asientos son de tipo eléctrico y gracias a ellas encontramos rápidamente la postura idónea para practicar una conducción deportiva.

Frente a nosotros se sitúa un volante multifunción de tres radios de buenas dimensiones y grosor, que enfatiza su vertiente más deportiva gracias a estar forrado parcialmente en Alcantara y cuero, además de contar con la presencia en su parte superior de una marca de centrado, de color rojo, similar a la que encontramos en los volantes de competición. Lástima que sólo sea regulable en altura y no en profundidad, aunque ello no impedirá que veamos correctamente el cuadro de instrumentos, ya que bascula conjuntamente con el volante.

Y ya que mencionamos el cuadro de relojes, hemos de indicaros que está formado por tres grandes esferas, siendo la central la destinada al cuentavueltas, lo que da idea de las intenciones de este modelo, con el inicio de la zona roja en las 7.500 rpm y el límite en 9.000 rpm. Incluye un indicador de la marcha engranada.

Por su parte el reloj de la derecha corresponde al velocímetro, que contiene en su interior el odómetro que indica las distancias totales y parciales recorridas. En cambio la esfera de la izquierda encierra una pequeña pantalla monocroma, diversos testigos y los indicadores del nivel de gasolina y temperatura del agua, que muestran la información mediante unas líneas de puntos no muy propias de todo un deportivo de casi 60.000 €.

El salpicadero se presenta ante nosotros con sus formas curvadas que continúan en los paneles de las puertas estando, por ejemplo, los aireadores laterales colocados en éstas. Los plásticos cuentan con unos buenos ajustes, sin ruidos parásitos o crujidos que molesten por mucho que se exprima al chasis en conducción deportiva, aunque la calidad y textura de algunos de ellos no está a la altura del resto del vehículo.

En la consola central encontramos en su zona superior tres relojes redondos, girados hacia el conductor, un termómetro, que indica la temperatura del aceite del motor, un voltímetro y un reloj digital. Justo debajo se ubica una gran pantalla táctil de 7 pulgadas desde la que podremos controlar el navegador 3D, el sistema de audio Bose o el teléfono conectado mediante Bluetooth, así como otro tipo de dispositivos auxiliares.

El hecho de estar encastrada en esta zona permite que no se produzcan molestos reflejos a la hora de ver lo que nos es mostrado. Lo que ya no nos gusta tanto es la ubicación más horizontal de los diversos controles que hay en su base, por lo que a veces será necesario apartar la vista de la carretera para su manejo.

Si continuamos descendiendo nos toparemos con la boca del cargador de 6 CD´s y algunos controles adicionales del sistema multimedia, así como los mandos del sistema de climatización. Dos pulsadores nos permiten accionar los intermitentes de emergencia y la función S-Mode (SynchroRev Match Mode) que activa una especie de punta-tacón automático a la hora de reducir marchas.

El alto túnel de transmisión limita en parte nuestra movilidad, pero a la vez facilita que apoyemos la pantorrilla derecha en fuertes apoyos, manteniéndonos perfectamente sujetos. Además gracias a él la palanca de cambios cae perfectamente a mano para permitirnos insertar las marchas con rápidos movimientos. El freno de mano, de tipo mecánico, un posavasos y la guantera completan esta zona.

Las puertas están cubiertas en parte por un plástico de aspecto demasiado común además de por un tejido técnico, similar al que encontramos en los asientos. En ellas se sitúan los controles de ambos elevalunas y los que sirven para manejar los espejos laterales. También encontramos los altavoces principales del equipo de sonido Bose y unos huecos donde poder tener a mano botellas de agua, chalecos reflectantes, etc.

Dado el escaso espacio de almacenamiento existente en el maletero, cobran mayor importancia estos receptáculos en los que guardar los objetos de uso más común para que no vayan dando tumbos cuando exprimamos las posibilidades dinámicas de este modelo de Nissan, como la guantera con llave del salpicadero, el apoyabrazos central o las zonas situadas tras los asientos.

Por último no podía faltar aquí el toque de exclusividad que le otorga una pequeña placa en aluminio cepillado donde se indica la numeración de esta serie limitada, aunque podía destacar un poco más ubicándola, por ejemplo, en el salpicadero.

Maletero

Como acabamos de comentar y suele ocurrir en una gran mayoría de los deportivos radicales, el espacio de almacenaje no es una prioridad para los diseñadores e ingenieros, que dedican sus esfuerzos a otros aspectos relacionados con el dinamismo del modelo, que serán mucho más apreciados por sus futuros propietarios.

De todas formas este Nissan 370Z Nismo está un poco mejor dotado que algunos de sus competidores, gracias a sus 235 litros de capacidad, aunque con formas que no ayudan a aprovecharlos al máximo, sobre todo por las molestas torretas de las suspensiones que invaden parte del espacio y la barra de refuerzo con la que cuenta esta versión especial, además de tener que conformarnos con una cota de altura claramente insuficiente.

A duras penas podremos acoplar dos maletas de tipo cabina y colocar alguna pequeña bolsa en los recovecos restantes. Todo el equipaje puede cubrirse con una bandeja extensible, aunque tampoco impide del todo que las miradas ajenas puedan ver que hay algo en el maletero. Para ello quizá habría que oscurecer el cristal posterior.

Debajo del falso fondo del maletero no encontraremos una rueda de repuesto, ni siquiera de emergencia. En el hueco que debiera ocupar se sitúa el amplificador del sistema de sonido Bose y, por lo tanto, tendremos que conformarnos con el consabido kit reparapinchazos, compuesto por un bote de líquido que se introduce por la válvula del neumático gracias a la ayuda de un compresor. También hallaremos una sucinta dotación de herramientas y el gancho para que podamos subir el coche a la grúa en caso de necesidad, además de los triángulos de emergencia.

Equipamiento

El Nissan 370Z, que parte en su configuración básica desde un precio recomendado de 46.600 €, cuenta ya de serie con elementos tales como:

  • ABS, EBD y asistencia a la frenada + ESP con botón de desactivación
  • Airbags frontales, laterales y de cortina
  • Faros de Xenón (tipo proyector) con limpiafaros y sistema de autonivelación
  • Sistema de monitorización de la presión de neumáticos (TPMS)
  • Climatizador automático
  • Llantas deportivas de aleación de 18” con 5 pares de brazos
  • Faldón delantero y spoiler posterior

  • Salida de escape doble con acabados en acero inoxidable
  • Radio-CD 2 DIN con 4 altavoces y mandos audio en volante + conector auxiliar
  • Bluetooth, micrófono + mandos en el volante
  • Ordenador de viaje y Sensor de lluvia
  • Retrovisores exteriores calefactados, ajustables y plegables eléctricamente
  • Volante en piel con regulador manual de la inclinación y mandos iluminados
  • Pedales y reposapiés en aluminio
  • Panel de instrumentos con fondo negro

El Nissan 370Z Pack, asciende hasta los 52.910 €, y suma a lo anterior:

  • Asientos calefactados en piel y ante negro, con inserción textil en forma de rejilla
  • Control de Sincronización de revoluciones (para transmisión manual)
  • Sistema de audio Bose con cargador de 6 CD´s, Bluetooth, 8 altavoces (6 altavoces + 2 woofers) y micrófono + mandos al volante
  • Llantas deportivas de aleación de 19” en forma de rayo + pinzas de freno rojas
  • Bolsillos en el respaldo del asiento acompañante

Por último el Nissan 370Z Nismo, la versión probada por nosotros, con un precio de 57.950 € (sin posibilidad de opciones), incluye adicionalmente:

  • Barras de refuerzo para aumentar la rigidez de la carrocería
  • Exclusivo kit aerodinámico con nuevo diseño de paragolpes (delantero y trasero), de parrilla frontal, faldones laterales y alerón trasero.
  • Inserción de línea en color rojo en la parrilla frontal, el difusor trasero y los retrovisores
  • Llantas de aleación ultraligeras de 19” estilo RAYS, exclusivas Nismo
  • Sistema de escape exclusivo  con salidas cromadas
  • Asientos deportivos eléctricos en tejido exclusivo negro y rojo, con logo Nismo bordado y costuras en rojo
  • Emblema Nismo con número de serie grabado
  • Volante en piel y Alcantara con costuras en rojo

Aunque no incorpore las ultimísimas tecnologías en materia de seguridad activa, reconocimiento de señales, etc., con los que sí cuentan algunos de los recientes lanzamientos de Nissan, no los echamos de menos, porque lo que verdaderamente nos interesa en este caso son las prestaciones puras y las sensaciones radicales vividas a sus mandos. Y para ese menester se encuentra sobradamente preparado.

El precio final de casi 58.000 €, a pesar de ser una cantidad muy importante, puede considerarse hasta “comedido” si lo comparamos con el de alguno de sus posibles competidores, como el Audi TT RS Coupé 2.5 TFSI (quattro, 340 CV, desde 67.325 €), el Porsche Cayman S (325 CV, desde 74.388 €) o el BMW Z4 sDrive 35is (340 CV, desde 67.600 €)

En cualquier caso, si estás interesado en este Nissan 370Z Nismo, siempre puedes encontrar el mejor precio del mercado a través del buscador de Coches.com, al igual que el seguro más adecuado a tus necesidades.

Motorización

El propulsor que monta este biplaza japonés es el veterano V6 a 60° de 3.696 centímetros cúbicos en posición delantera longitudinal, que únicamente recurre a la inyección electrónica multipunto y al sistema de apertura y elevación de válvulas variable (VVEL) para obtener 344 CV de potencia a 7.040 rpm y un par máximo de 371 Nm a 5.200 rpm. Las emisiones de CO2 son de 248 g/km.

Supone un ligero, pero significativo, aumento de potencia y par frente a la versión estándar de este modelo, con una ganancia de apenas 16 CV (respecto a los 328 CV a 7.000 rpm del 370Z) y tan sólo 8 Nm (por los 363 Nm a 5.200 rpm). Provienen en su mayoría de la renovada línea de escape menos restrictiva, con configuración en forma de H, que además contribuye a generar un sonido más bronco y adictivo, a lo que hay que sumar una optimización en la electrónica de gestión del motor.

Gracias a estas pequeñas modificaciones puede alcanzar una velocidad máxima (autolimitada electrónicamente) de 250 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 5,2 segundos. Aunque las frías cifras no nos hablan de una contundente mejoría, lo que resultan incontestables son las sensaciones que se sienten a sus mandos, que os describiremos más adelante en el apartado referido al comportamiento…

En un vehículo con un nivel prestacional tan alto, donde prima por encima de todo la diversión y el disfrute, no se debe tener muy en cuenta el gasto de combustible, aunque pese a ello nos ha sorprendido negativamente. Si miramos la ficha técnica veremos que el fabricante japonés ha homologado unos consumos de 15,3 l/100 km en el entorno urbano, 7,9 l/100 km en el interurbano y 10,6 l/100 km como consumo combinado. Es aquí donde sale a relucir la veteranía del propulsor con la ausencia, por ejemplo, de un sistema de inyección directa que aproveche al máximo cada gota de combustible dado que, además, sólo se puede utilizar gasolina de 98 octanos.

En nuestras mediciones estas cifras se han visto ampliamente superadas, con un consumo urbano de 17,4 l/100 km, que desciende hasta los 10,2 l/100 km en carreteras nacionales y autovías (a ritmo extremadamente moderado…) y un consumo medio ponderado de 13,8 l/100 km. Si, en cambio, nos decidimos a practicar la conducción que este Nissan 370Z Nismo exige, sacando a relucir todo su potencial, por ejemplo en un tramo de montaña, no será raro ver consumos que superen la veintena de litros cada 100 km.

Aunque la capacidad del depósito de combustible es bastante amplia, ya que cuenta con 72 litros, la autonomía no es especialmente generosa, superando por muy poco los 500 kilómetros (muchos menos en conducción deportiva). Por lo que si nos decidimos a pasar un domingo cualquiera haciendo curvas en nuestra carretera de montaña favorita, o en circuito, tendremos que conocer de antemano la ubicación de las gasolineras más próximas a nuestro recorrido, so pena de quedarnos tirados…

Comportamiento

No nos vamos a andar por las ramas, este es un vehículo de capricho, que se adquiere para el disfrute personal o en pareja, tanto en carreteras de montaña como, mucho mejor, en circuito. Por lo tanto hablar de cómo se comporta en ciudad apenas tiene sentido, será un entorno que sólo transitarás para sacarlo y meterlo del garaje, y poco más, a no ser que quieras presumir de este deportivo en una terraza delante de amigos. Eso sí, serás el rey de los semáforos y sólo quizá un Ferrari o Lamborghini (que lo triplican en precio) crearán más expectación que este Nissan.

Si no es así desearás abandonarla cuanto antes por la incomodidad de sus suspensiones, que te hacen sentir en las posaderas hasta el más mínimo resalte de la calzada. Además su escasa altura al suelo supone que tendrás que tener especial cuidado con los bordillos al aparcar o con los guardias tumbados, que deberás sobrepasar prácticamente parado…

La visibilidad hacia adelante y los lados es buena, pero la trasera es francamente mala, pues a la ya reducida de origen hay que sumar el prominente alerón trasero que ocupa prácticamente todo el ventanal posterior. Lo mejor fiarnos de la cámara trasera a la hora de aparcar, y aun así extremar las precauciones.

Por tanto lo mejor es que salgamos a carretera, donde nos daremos cuenta casi de inmediato que todo lo que hasta ese momento eran pegas se transforman en virtudes, eso sí, siempre que el asfalto esté en buenas condiciones. No conviene olvidar que esta versión Nismo monta muelles un 14% más rígidos delante, aunque no se modifica la dureza de los traseros, mientras que los amortiguadores son un 23% más enérgicos delante y un 41% detrás. A todo ello hay que sumar las barras de refuerzo encargadas de aumentar la rigidez de la carrocería.

Mientras la carretera goce de un buen firme el Nissan se comportará como un auténtico tiralíneas en curvas rápidas, siguiendo milimétricamente la trayectoria marcada desde el volante. Esto nos permitirá hundir el pie derecho a fondo para abordar los virajes con total confianza, ya que el límite de adherencia se sitúa muy alto.

De esta forma podremos enlazar curva tras curva cambiando de marchas con rapidez, gracias a una palanca de accionamiento duro pero muy preciso, y veremos cómo la aguja del cuentarrevoluciones se dispara hacia la zona roja, pidiéndonos insertar la siguiente relación.

Una vez alcanzamos el ápice de la curva, bastará con aplicar la presión precisa en el pedal del freno y bajar un par de marchas, esta acción se facilita enormemente gracias al sistema S-Mode (SynchroRev Match Mode) que realizará un “punta-tacón” automático acompañado de un sonoro petardeo del escape, para volver a acelerar de inmediato y ver desaparecer el corto tramo recto hasta llegar a la siguiente curva. Esta sensación resulta totalmente adictiva y sólo pararemos cuando necesitaremos repostar combustible y recuperar el resuello…

Los frenos se muestran muy potentes y con un excelente mordiente, deteniendo el vehículo justo en el momento y en el sitio que deseemos. Incluso resisten perfectamente el uso intensivo sin desfallecer, gracias a los nuevos latiguillos y líquido heredados de su hermano mayor, el Nissan GT-R.

Pero el momento culmen de la jornada llegará cuando nos atrevamos a desconectar el ESP, desde un botón situado a la izquierda de la columna de dirección. Debemos ser conscientes de lo que hacemos y estar preparados para afrontar fuertes cruzadas del tren posterior, además de derrapajes continuos si nos excedemos con el pedal del acelerador, acompañados de un fuerte olor a goma quemada… Eso sí, cuando nos bajemos a estirar las piernas parecerá que nos han tatuado una sonrisa permanente en la cara…

Como decíamos anteriormente si el estado del firme no es el mejor nos veremos obligados a rebajar el ritmo impuesto, y es que los constantes rebotes pueden llegar a descolocarnos el coche y obligarnos a rectificar con pericia alguna situación comprometida. Se nota que su puesta a punto se ha llevado a cabo más con vistas a su utilización en circuitos que en un tramo de rally. Si encontramos alguna zona húmeda (nada inusual en este tipo de recorridos…) será mejor que actuemos con precaución, pues el comportamiento se vuelve más crítico.

En autopista y autovía los recorridos se realizan sin mayores contratiempos beneficiados por la buena aerodinámica del conjunto, aunque el confort de marcha se resiente por la dureza de las suspensiones y el constante bramido de los escapes o el ruido de rodadura de los enormes neumáticos. Evidentemente no se trata de un vehículo idóneo para llevar a cabo largos desplazamientos que, en todo caso, se convertirán en un mero trámite para alcanzar esas carreteras de curvas que tanto nos gustan…

Veredicto de Coches.com

Si tenemos en cuenta que el Nissan 370Z que sirve de base a esta versión ya es un excelente deportivo y que la ganancia en prestaciones puras es apenas apreciable, además que resulta notablemente más barato, menos ruidoso y las suspensiones son algo más cómodas para el día a día ¿cuál es la ventaja de la versión Nismo? ¿Compensan los más de 11.000 euros de diferencia respecto a la versión base, o los más de 5.000 euros sobre el Nissan 370Z Pack?

Para el común de los aficionados la versión estándar es ya lo suficientemente potente y sus prestaciones alcanzan niveles muy por encima de lo que se puede disfrutar en carretera abierta. Sólo si eres un auténtico quemado del motor, tu nivel de pilotaje está bastante por encima de la media, o te gusta dar el cante en la terraza de turno y dispones del dinero suficiente, entonces puede que sea el deportivo que llevabas tanto tiempo esperando y que te quitará el sueño durante noches y noches…

De todas formas este es uno de esos vehículos pasionales que se compran antes con el corazón que con la cabeza. Sea cual fuere tu decisión, te garantizamos que la diversión está asegurada y pasarás momentos inolvidables a sus mandos…

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