Si hay un segmento encarnizado en la actualidad, ese es el de los SUV pequeños. Es el que más crece y está llamado a ser el que más venda dentro de poco, por eso los fabricantes han ido aumentando la oferta de estos modelos, con el punto de mira puesto en incrementar las ventas. Pero ante tanta competencia hay que sacar buenos productos y mejorar lo que había, un claro ejemplo de esto que decimos es el nuevo SsangYong Tivoli G15T AT que hemos probado recientemente.
El Tivoli es un modelo sin mucha historia, la marca coreana se lo sacó de la manga en 2015 para entrar en un segmento en el que no tenían experiencia previa. Se trató del primero concebido ya bajo el paraguas de Mahindra y fue anticipado por algunos prototipos como el XIV Air. Desde el principio se convirtió en uno de los más vendidos por su carácter urbano y por su precio competitivo (acumula más de 300.000 unidades producidas), aunque hay que reconocer que tenía algunas carencias.
Eso es precisamente lo que han querido solventar mediante dos actualizaciones. La que llegó en 2019 ya mejoraba su equipamiento y algunos detalles estéticos. Y ahora estamos con el Tivoli 2020, que supone un paso adelante en muchos aspectos y que adapta su gama mecánica a las necesidades actuales. Para los que no se hayan dado cuenta todavía, Tivoli viene de la frase «I lov’ it» al revés. Ahora vamos a comprobar si consigue enamorarnos o no.
Exterior
Lo primero que llama la atención es que su diseño se adapta y se acerca al de su hermano mayor, el SsangYong Korando. Lo hace con sus líneas pero también se acerca ligeramente en tamaño. Este nuevo Tivoli es 23 mm más largo, 12 mm más ancho y 31 mm más alto que el que salió en 2015. Eso nos hace estar ante un SUV pequeño con una longitud de 4.225 mm, una anchura de 1.810 mm y una altura de 1.621 mm; mientras que la distancia entre ejes se queda en 2.600 mm.
Si volvemos a la imagen del exterior, comenzaremos diciendo que el frontal sigue ese lenguaje de diseño tan característico de la marca coreana. Aparecen unos nuevos faros con luces LED diurnas que se integran en esa estrecha parrilla que tiene en el centro el logotipo del dragón alado y va surcada por un listón cromado. En la parte intermedia del paragolpes hay otra rejilla que conecta con unas molduras negras donde están unos antiniebla circulares. La parte inferior está cubierta por plástico negro.
Esa tendencia está presente en todos los bajos de la carrocería del SsangYong Tivoli, que pretende conseguir un aspecto más de crossover con esas protecciones plásticas. Si pasamos al lateral lo que vemos es una silueta bien reconocible que ahora puede contar con la carrocería bitono como es el caso de nuestra unidad, que combina el nuevo color Cherry Red con techo y retrovisores blancos. En la parte superior destacan unas barras de techo y por abajo queda calzado con unas llantas de 18 pulgadas, que corresponden al acabado superior.
Terminamos con una zaga bastante singular y reconocible desde la lejanía. Los principales protagonistas son los pilotos traseros que adoptan una posición bastante vertical y se introducen ligeramente en el lateral. En el Tivoli aparece un generoso portón que tiene en el centro tanto el logotipo de la marca como el nombre del modelo. En la parte baja el paragolpes es de plástico negro como en el resto de los bajos del coche y la salida del escape queda parcialmente oculta.
Interior
Si ya en el exterior del SsangYong Tivoli veíamos cierta evolución, en el interior los cambios son más obvios. Comenzaremos por lo que más llama la atención, ese bloque vertical que parte en dos el salpicadero y que integra el sistema multimedia y la climatización. En la parte superior hay unas peculiares salidas del aire y justo debajo la pantalla táctil de 8 pulgadas desde la que se controla el infoentretenimiento.
Hay que decir que se trata de una pantalla bastante básica, con unos gráficos menos avanzados que otras que vemos en otras marcas. Su respuesta es bastante precisa y los menús muy simples y fáciles de controlar. Al fin y al cabo, las funciones son limitadas y no contamos con navegación ni siquiera opcionalmente. Por suerte la conectividad con Apple CarPlay y Android Auto hace que se completen las posibilidades siempre que liguemos el smartphone. Unos controles de la climatización analógicos completan este módulo central.
Por suerte, detrás del volante encontramos uno de los elementos que más destacan del nuevo Tivoli. Hablamos de la instrumentación digital de 10,25 pulgadas que ha sido bautizada como «Blaze Cockpit». Es una tecnología que aparece en los acabados superiores y que destaca por unos gráficos más desarrollados que los de la pantalla principal. Se puede ir cambiando la visualización de la información a través de los botones del volante, que es multifunción.
Sobra decir que SsangYong es una marca generalista más preocupada por ofrecer un precio contenido que de hacer alardes de calidad. Eso se refleja en un habitáculo en el que predominan los plásticos duros, aunque la mayoría con remates bastante conseguidos que parece que durarán en el tiempo. La moldura plateada que surca el salpicadero o la tapicería mixta son ejemplos de materiales buenos. Por el contrario, el Piano Black tiene demasiado protagonismo (módulo central, puertas, volante..) y nos parece que desmerece el conjunto.
En habitabilidad, la marca coreana suele cumplir con buena nota. En el Tivoli vemos unas plazas delanteras amplias y cómodas gracias a unos asientos bien mullidos, pero que no recogen demasiado el cuerpo. Si pasamos a las plazas traseras nos encontramos los mismos problemas que en otros modelos del segmento. El espacio disponible para las piernas (883 mm) y cabeza es muy bueno (988 mm), pero la anchura es algo justa. Por ello, la plaza central es menos utilizable y eso que el túnel de transmisión no es demasiado prominente.
Maletero
Aunque no lo hemos mencionado antes, el respaldo de la segunda fila de asientos puede ajustar su inclinación en dos posiciones, una a 27,5 y otra a 32,5 grados. Eso también condiciona al maletero, que tiene una capacidad de 427 litros en su posición más ventajosa. Destaca por unas formas rectas y bien aprovechables, aunque es cierto que la boca de carga queda algo elevada. Otra ventaja es el doble fondo del maletero, que permite dividir la carga.
En esta ocasión también tenemos que nombrar un accesorio de lo más útil que tenía la unidad de pruebas. Nos referimos a esa cubierta de plástico que permite una limpieza mucho más fácil y poder subir cualquier cosa sin preocupaciones. Si necesitamos toda la carga del maletero basta con abatir los asientos traseros en dos partes (60:40) para obtener una superficie plana de hasta 1.115 litros de capacidad
Equipamiento
El SsangYong Tivoli se ofrece en nuestro país en cuatro niveles de equipamiento diferentes que son cerrados, no hay apenas opcionales en este modelo (ni en la marca, en general). Todo comienza con el Line, que a pesar de ser el más básico cuenta con una dotación bastante completa que incluye llantas de acero de 16 pulgadas, retrovisores eléctricos, instrumentación con pantalla de 3,5 pulgadas, climatizador manual, dirección con varios modos de dureza y unas cuantas ayudas a la conducción.
Porque ya de serie aparece el Sistema Avanzado de Seguridad SsangYong (SASS), que aglutina todos los asistentes gracias a una cámara frontal que envía lo que ve a una unidad de control que lo procesa. Eso hace posible contar con la frenada automática de emergencia, la advertencia de salida de
carril, el sistema de permanencia en carril, luces largas automáticas, reconocimiento de señales de tráfico, aviso de avance de vehículo delantero, advertencia de fatiga y de alerta de distancia de seguridad.
Pero ese equipamiento que viene de serie podrá completarse gracias al resto de acabados. Con el Urban se suman llantas de aleación de 16 pulgadas, pantalla de 8 pulgadas con Apple CarPlay y Android Auto, cámara de marcha atrás, volante multifunción tapizado en cuero y cristales tintados. Un paso por encima está el Premium para añadir climatizador bizona, instrumentación digital de 10,25 pulgadas, tapicería mixta y regulación en altura y profundidad del volante.
El acabado tope de gama, el mismo que emplea nuestra unidad de pruebas es el Limited. En este caso hay que sumar a todo lo anterior la carrocería bitono, las barras de techo, retrovisores eléctricos con intermitentes LED integrados, acceso y arranque sin llave o los sensores de aparcamiento delanteros y traseros.
Motor
La gama mecánica del SsangYong Tivoli es muy simple y apenas deja elegir entre dos opciones. El diésel es el D16T, una mecánica de cuatro cilindros turboalimentada e-XDI de 1.6 litros con tecnología AdBlue que desarrolla una potencia de 136 CV y 300 Nm de par. Puede ir ligado tanto a la caja de cambios manual de seis velocidades como a una transmisión automática Aisin también con seis relaciones.
Por la parte de la gasolina aparece el G15T, que es un motor de gasolina T-GDI de cuatro cilindros y 1.5 litros que llega hasta los 163 CV y 280 Nm de par. También puede ser escogido con el cambio manual o con el automático. La tracción delantera será la única opción en el Tivoli, mientras que se sumará una versión adaptada a GLP de esta mecánica para obtener la etiqueta ECO de la DGT. En nuestro caso, nos toca probar el combustible más demandado en la actualidad.
Nos ponemos al volante del SsangYong Tivoli G15T AT, la versión de gasolina ligada al cambio automático. si echamos un vistazo a su ficha técnica veremos unas prestaciones adecuadas para el segmento con una velocidad máxima de 175 km/h para este automático que reduce su par hasta los 260 Nm de par (el manual mantiene los 280 Nm). Por otro lado, homologa un consumo combinado de 7,7 l/100km y unas emisiones de CO2 de 175 g/km.
Comportamiento
Tras poner fin a la teoría toca pasar a la práctica y descubrir cómo es conducir este SsangYong Tivoli G15T AT. Al principio somos un poco escépticos respecto a su mecánica. Es refinada, como cualquier gasolina actual que se precie, sin que haya demasiados ruidos ni vibraciones a la vista. Sin embargo, lo que llama la atención es la entrega de potencia. Con esa cifra de 163 CV en un SUV pequeño esperábamos un poco más de contundencia, pero lo cierto es que el empuje es muy lineal y desde bajas vueltas.
Tiene un funcionamiento un poco «de diésel», con los 260 Nm de par disponibles entre las 1.500 y las 4.000 rpm. Hay que recalcar que no es un coche lento, en adelantamientos o incorporaciones no echamos de menos más potencia, simplemente nos inquieta su forma de entregarla. Creemos que con un cambio manual habría convencido más por precisión. Porque la caja de cambios automática de Aisin tiene que mejorar para nuestro gusto.
Se trata de una transmisión de convertidor de par que es muy suave y en la que apenas se notan las transiciones entre marchas. Pero al mismo tiempo nos ha resultado muy lenta y algo imprecisa. Cuando pisamos el acelerador a fondo buscando una reducción rápida lo cierto es que tarda bastante en llegar. Para más inri, no disponemos de levas en el volante para poder cambiar al gusto, tendremos que mover la palanca de forma secuencial o confiar en los modos de conducción.
El SsangYong Tivoli se puede escoger entre el Normal y un modo Sport que cambia ligeramente su respuesta, aunque no podemos esperar un comportamiento realmente deportivo. También hay un modo Winter reservado para condiciones meteorológicas adversas y que puede ser útil si tenemos en cuenta que no hay versiones 4×4 de este modelo. El chasis de este modelo hasta un 79% de acero de alta resistencia (un 40% de acero de alta resistencia avanzado) y eso es una buena noticia.
De hecho, uno de los puntos más destacados de este coche es precisamente su puesta a punto. Ahí es donde ha mejorado notablemente respecto a su antecesor. El Tivoli se presenta como un ejemplar muy equilibrado y que no desentona en prácticamente ningún ámbito. En la ciudad, su terreno predilecto, se mueve como pez en el agua y mostrando una agilidad envidiable. Al fin y al cabo, ha conseguido mantener un peso contenido de 1.335 kg en vacío.
Si pasamos por autopistas aparece algo de ruido aerodinámico, pero el SUV pequeño mantiene un buen aplomo. Incluso en las carreteras reviradas no sale mal parado a pesar de que no sea un coche que invite a correr. Esta sensación de equilibrio se consigue con elementos como su suspensión, con un nivel de firmeza que es justo el término medio para lograr confort sin perder eficacia. También la dirección tiene algo que decir en este aspecto, con una respuesta bastante artificial pero algo más comunicativa que antes.
Terminamos la prueba con nuestro SsangYong Tivoli G15T AT y echamos cuentas con respecto al consumo. Ahí viene una pequeña decepción, pues hemos estado rondando los 9,5 litros de media. Es cierto que son 163 CV de potencia, pero también hablamos de un SUV pequeño de tracción delantera… Es otra de las desventajas del cambio automático, con el manual se habrían arañado algunas décimas más.
Opinión coches.com
El SsangYong Tivoli G15T AT es una opción muy a tener en cuenta en el encarnizado segmento de los SUV pequeños. Es cierto que no tiene tanto nombre como otros modelos ya asentados y de marcas más populares, pero el coreano tiene algunos argumentos de peso que convencen. Por fuera es diferente y llamativo, gracias a las mejoras introducidas y a la carrocería bitono. Por dentro se queda algo atrás tecnológicamente hablando, aunque la habitabilidad es generosa.
La gama mecánica es escueta, pero el gasolina es una opción ideal y potente que además se combina con un chasis bien resuelto y equilibrado en todas las situaciones. Eso sí, en nuestra opinión mejor el manual que el automático, que termina siendo algo gastón. Aunque la principal baza de este Tivoli es su relación calidad-precio-equipamiento, pues por una tarifa bastante ajustada puedes llevarte un ejemplar con prácticamente toda la dotación disponible.
- Espacio interior generoso
- Equipamiento completo de serie
- Potente y equilibrado
- Calidad justa en el interior
- Maletero algo justo
- Consumo elevado del automático
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