Si hay algo que saben hacer muy bien los italianos es diseñar cosas cuya funcionalidad no tiene por qué sacrificar su aspecto. En otras palabras, los italianos saben hacer cosas bonitas, y a lo que lo nuestro se refiere, saben diseñar coches donde potencia y apariencia no se contradicen.
Alfa Romeo, nació con ello en mente. A lo largo de su historia podemos encontrar verdaderas joyas que confirman aquello de que la «curva es bella». Un estilo de diseño que tiene como antagonista las líneas cuadriculadas.
De todas las icónicas piezas de Alfa Romeo, la serie Giulia de 1962 tiene algo bastante místico. Para la marca supuso el relevo de la serie Giulietta, así como la confirmación de que la compañía había pasado de ser una factoría pequeña a una gran y desde el punto de vista económico, viable empresa.
El éxito vino de forma considerable gracias a una estrategia basada en producir coches elegantes y versátiles a un precio medio. Estrategia que funcionó a los dos lados del Atlántico.
No obstante, de todos los coches producidos bajo el paraguas del Giulia, el Giulia Spider Veloce se lleva nuestro entusiasmo.
Como bien indica su apellido «Veloce», se trata de la versión más potente y estilizada de la línea del Giulia. Con un motor de doble cámara de 1600 cc, apoyado por dos carburadores Weber, se conseguía optimizar al máximo la relación de compresión lo que derivaba en un rendimiento muchísimo mayor al que presentaban los coches de la versión «normale». Una experiencia de conducción única y placentera para los sentidos donde la única preocupación radica en meter sus cinco velocidades de transmisión.
Si la producción total del Giulia Spider ascendió 10.318 unidades, la del Veloce únicamente llegó a las 1.091 unidades. Casey Annis, un californiano especialista en coches clásicos, es propietario de una de ellas.
En un vídeo rodado de manera elegante y sofisticada, como no podía ser menos viniendo de Petrolicious, Casey relata su interesante historia con Alfa Romeo.
Todo comenzó con un sueño y una afición por los coches que nació el día que Casey vió un Ferrari Dino aparcado en frente de su casa. Restaurar coches clásicos se volvió su principal afición y una de sus primeras aventuras fue lanzarse a editar su propia revista de coches.
Un pequeño proyecto que encandiló a los gerentes del club de dueños de Alfa Romeo en Estados Unidos. Quienes pidieron a Casey que se encargase él mismo de editar la revista del club.
Fue entonces cuando empezó a cobrar un especial interés por la historia de Alfa Romeo, teniendo además acceso a la información privilegiada relacionada con la compraventa de modelos clásicos.
Un anuncio al que Casey tuvo acceso antes de que se publicase era justamente el de un Alfa Romeo Giulia Spider Veloce de 1962. Quedó tan maravillado por el coche, que supo que si no se hacía con él sería una decisión que lamentaría toda su vida. Tomó la decisión correcta.
Casey, que es un aficionado del mar, le gusta desconectar sacando a su Alfa Romeo a pasear por la costa de California. Algo que ni el mal tiempo es capaz de impedir, antes se pone un impermeable que sube la capota.
Imaginamos que mojarse dentro de este coche es un sacrificio que vale la pena hacer.
Fuente: Petrolicious
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