Hace tiempo que seguimos a Josh Clason en su viaje por América con su mujer en busca de las mejores historias de coches y el motor. Es increíble tanto la calidad de sus vídeos como la delicadeza con la que cuenta historias como JDM Legends y su amor por los clásicos japoneses, la pasión de un seguidor de los BMW 2002, la fraternidad entre los competidores por batir un récord de velocidad en Boneville o la exquisita restauración de los Wolkswagen más hippies, el Beetle y la Trasnporter T1 que ha tenido entretenido casi 20 años a Craig Johnson.
En este viaje del Atlántico al Pacífico estadounidense, Clason no deja de mostrarse «sorprendido por la profundidad, la pasión y el amor que conlleva el mundo del automóvil, que puede parecer una locura visto desde fuera». Ahora ha llegado el turno de que su cámara capte toda la destreza automovilística británica. Los MG y Austin Healey pueden haber caído un poco en el olvido, pero hubo un tiempo en que se codeaban con las cosechas más selectas de los fabricantes de vehículos de lujo de Gran Bretaña.
Quien sabe bien esto es Roger Gisseman, cuyo amor por los coches británicos se remonta a los días de su juventud. Puede que los coches británicos de la época no resistan una comparación con los Honda o Subaru actuales destinados a un público más joven, pero la pasión de Bob por los clásicos británicos permanece inquebrantable. Y no se agotará, ya que Bob ha pasado el testigo de su british-mania a su hijo Rob. Toma asiento cómodamente, sube los altavoces, pon el vídeo a pantalla completa y disfruta…
Vía:Hypebeast