El mundo ha abrazado a los SUV como modelos en los que albergar 7 pasajeros y, ¿sabes una cosa? Es una mala idea. Donde esté un monovolumen grande, no hay todocamino en el mercado que le supere en espacio y comodidad. Lo malo, que este tipo de vehículos han disminuido sus ventas y apenas quedan opciones. Menos aún con algún tipo de electrificación en su mecánica. El Ford S-Max híbrido es casi único. Y hace casi todo bien.
Cuando uno quiere un coche para la familia, busca amplitud. El Ford S-Max híbrido la tiene, con siete plazas aptas para adultos (si usas todas, queda poco maletero, claro). También se busca comodidad en viajes. Y el Ford S-Max híbrido la ofrece, además con un gasto muy bajo de combustible, algo imprescindible tal y como están los precios de la gasolina. Porque sus pocoss rivales o gastan más o gastan (caso del Seat Alhambra, que es además menos potente) o muy parecido (como el Renault Espace con motor diésel, que no tiene la etiqueta ECO:
Desde luego, hay algunos puntos débiles, como el interior. No por acabados, ya que una unidad on a terminación Vignale como la que protagonizó nuestra prueba es muy buena en este sentido. Pero se nota en algunos detalles en paso dell tiempo. Recordemos que el S-Max actual se lanzó en 2019 (tenía otras mecánicas de inicio, ahora solamente híbrido) y que era una actualización del modelo presentado en 2015.
En marcha tiene un toque dinámico del que carece, por ejemplo, el Ford Galaxy, más enfocado a maximizar el espacio que a disfrutar de la conducción. Nos gustaría que fuese mejor maniobrando, ya que su radio de giro es bastante elevado, pero es algo que le perdonas habida cuenta de su tamaño y el interior que ofrece. Por lo demás, cuenta con un precio ajustado, pues partir de 40.850 euros, emn estos tiempos con precios de coches nuevos disparados, no está nada mal.
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